La UD Almería volvió a dar la de arena en su visita al Burgos CF. Pese a que parecía tener el encuentro bajo control, sus desconexiones pesaron mucho más. Comenzó con una, que le costó el 1-0, aunque logró reaccionar. Empató en la primera mitad y tomó el mando del partido. Tuvo ocasiones para dar la vuelta al encuentro, aunque otros dos errores infantiles llevaron al 2-1. Selvi Clúa cometiendo una falta innecesaria y Centelles, errando en la marca sobre Fer Niño. Y ahí, desmoronamiento moral. Preocupante.
Rubi, pese a todo, se resistía a renunciar al ascenso directo. “Hemos hablado desde dentro que no vamos a tirar la toalla, vamos a seguir empujando y vamos a intentar forzar al máximo la situación”. Así pues, en el mejor de los casos, el ascenso directo estará alrededor de los 75 puntos. El Almería, con 50, estaría obligado a sumar un porcentaje de puntos superior al 80% de los restantes.
En otras palabras, y por concretar, tan sólo podría permitirse el Almería ceder una derrota y un empate en los diez encuentros que restan. Ocho victorias podrían otorgarle opciones a los de Rubi de ascenso directo. Menos de eso requeriría que el listón de los equipos de arriba bajase en este tramo decisivo de campeonato. El primer reto, derrotar a un Levante que se encuentra perfectamente situado en lo alto de la tabla. Sería el primer paso para conseguir el desafío y un espaldarazo moral inmejorable.
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