El Albacete tenía prácticamente atado el regreso de un viejo conocido. Alberto Jiménez, central con pasado reciente en el club manchego, estaba apalabrado para volver este verano. La operación se apoyaba en una cláusula de su contrato con el CD Castellón que le permitía salir por un precio reducido. Algo que el Alba ya había empezado a mover.
Sin embargo, los planes se torcieron en el último momento. Aunque el acuerdo estaba avanzado y existía voluntad por parte del jugador, el Castellón reaccionó rápido. El conjunto albinegro ofreció a Alberto un año más de contrato que los manchegos. Y logró convencerlo de seguir en el equipo. Todo, antes de que el Albacete pudiera cerrar la firma definitiva del acuerdo.
Este giro de guion no ha sentado nada bien en la dirección deportiva del Albacete. No solo por perder a un jugador que conocía la casa y encajaba en el proyecto. También por la forma en que se ha dado. El club tenía confianza plena en cerrar la operación, lo que agrava la sensación de decepción. En el Carlos Belmonte entienden que todo era legal. Pero no esperaban este cambio a última hora.
Ahora, con la planificación de la próxima temporada ya en marcha, el club deberá buscar otras alternativas para reforzar la zaga. La prioridad será encontrar un perfil con experiencia y compromiso. Lo que queda claro es que este episodio deja un sabor amargo en la dirección del Albacete. Y es que veía en Alberto Jiménez una pieza clave para apuntalar la defensa de cara al nuevo curso.
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