El Leganés vuelve a Segunda sin su líder

El fútbol, a veces, es cruel. El Leganés ha certificado su regreso a Segunda División apenas una temporada después de lograr el ascenso. Un golpe duro para un equipo que compitió hasta el final. Y que ha dejado la sensación de caer con dignidad. El descenso se ha consumado en el tramo final de curso. Cuando las fuerzas flaqueaban y el calendario no daba tregua. Y con él, llega también una despedida que duele: la de Borja Jiménez. El entrenador que guio al equipo durante dos campañas marcadas por la exigencia.

Jiménez fue el gran artífice del ascenso del Leganés. Y el encargado de mantener viva la llama de la esperanza durante todo el año en Primera. Bajo su dirección, el equipo mostró identidad, carácter y competitividad. No fue suficiente. El descenso, aunque cruel por momentos, ha traído consigo un cierre de ciclo inevitable. El club anunció que no continuará al frente del banquillo. Una decisión que abre un nuevo escenario para el futuro.

Fin de etapa en Leganés para un proyecto con alma

Borja se marcha dejando huella. Su estilo y compromiso han calado en la afición, que reconoce el esfuerzo de un grupo que nunca bajó los brazos. Pese a la caída, el Leganés peleó en cada jornada con la dignidad de un equipo que se sentía parte de la élite. La despedida del técnico supone una página difícil de pasar. Pero también una oportunidad de reconstrucción desde la experiencia.

El Leganés vuelve al punto de partida, sí. Pero lo hace con una estructura sólida, con una afición entregada y con la lección aprendida. Ahora empieza otro reto: regresar a Primera… Y hacerlo para quedarse.