El Tenerife de Cervera es muy inusual

El CD Tenerife está viviendo una pesadilla esta temporada. El equipo no comenzó bien desde el inicio. Óscar Cano comenzó en el banquillo, pese a que la opinión general no estuvo de su parte en ningún momento. Llegó Pepe Mel para tratar de dar la vuelta a la situación, pero entonces se constató que existía un problema de fondo mucho mayor. El trabajo del madrileño fue encomiable, aunque no lograse revertir la gravedad de la situación clasificatoria.

Cervera, un viejo conocido del Tenerife que lo intenta todo

El último recurso fue tirar de Álvaro Cervera. El ecuatoguineano, viejo conocido del club, llegaba con el aval de un estilo definido y del éxito del mismo en el pasado. Ese lema asociado a su figura, «la lucha no se negocia», era prácticamente la última esperanza. Y el técnico ha estado medianamente a la altura. Le ha cambiado la cara al equipo, hasta el punto de hacerle jugar bien y competir a la altura de la división.

De hecho, así lo reconoce el técnico en su última comparecencia. Lo inusual de lo que está ocurriendo con un equipo entrenado por él. “Se me hace difícil ver a un equipo entrenado por mí jugar tan bien”. Eso sí, lamenta precisamente este hecho, ya que su objetivo no era jugar bien, sino ganar. «A mí no se me trajo para jugar bien, sino para ganar partidos. Por tanto, me gustaría revertir esta situación”.

Lo cierto es que, en las 11 jornadas que Cervera lleva al frente del equipo chicharrero, ha hecho números de permanencia. Tres victorias, dos empates y seis derrotas para sumar 11 puntos. Un botín superior al de cuatro equipos e igual que el de otros cuatro. Pero el déficit era tal, que con ello no sirve. Esto era algo conocido a su llegada, lo cual no resta valor a su labor. Le quedan 33 puntos en juego y sólo sumando 28 alcanzaría los 50 puntos. Prácticamente un imposible.