José María Gutiérrez, sentenciado

Lo usamos como inocentada el 28 de diciembre, aunque no pensábamos que tan pronto, menos de dos meses después, podría hacerse realidad. José María Gutiérrez, por aquel entonces aún ‘Guti’, está sentenciado en la UD Almería. Y lo está a todos los niveles, tanto de vestuario como de despachos. Tras un inicio prometedor al frente del equipo rojiblanco, las últimas semanas los acontecimientos se han precipitado hacia una salida inminente.

Guti, en un entrenamiento | Imagen: Eurosport
¿Por qué, si el equipo se mantiene en posición de ascenso directo? Eso mismo se preguntaban todos cuando Pedro Emanuel fue destituido de forma fulminante en idéntica situación. Por aquel entonces, cuentan que Mohamed El Assy cuestionó al técnico portugués si con la plantilla que tenía en sus manos podía asegurar el ascenso. La respuesta no fue la esperada por el Director General y, literalmente, le aseveró:
“Mañana estás fuera del Almería”
Y así fue. Como recambio llegaba Guti, que cumplía todas las condiciones que la nueva propiedad almeriense requería. Joven, mediático, con carácter. La última fase de Pedro Emanuel como técnico indálico estaba siendo dominada por un juego anodino, aburrido, inofensivo y monótono. Fue la excusa perfecta para consumar la destitución.
José María Gutiérrez, un inicio prometedor
Paulatinamente, Guti fue mejorando las prestaciones del equipo. El juego mejoraba, los resultados acompañaban y la ciudad volvía a ilusionarse con su equipo. Especialmente la apuesta por la dupla atacante formada por Darwin Núñez y Juan Muñoz resultó un movimiento maestro por parte del nuevo guía espiritual del equipo. Sin embargo, al mismo ritmo que todo subió, ha comenzado a menguar. La apuesta futbolística del técnico, que en mitad del camino solicitó que se le llamase José María Gutiérrez, renunciando a su acortado “Guti”, era realmente atractiva. Sin embargo, muchos han sido los frentes ante los que se ha visto y los que, finalmente, parecen haberle superado.
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La suplencia y posterior salida de René Román, idolatrado capitán indálico, fue uno de esos grandes frentes abiertos. Pese a que tras su suplencia todo parecía indicar que el motivo de la salida del guardameta era el técnico, nada más allá de la realidad. La decisión fue del club, en su ansiada búsqueda de aumentar el límite salarial. En cualquier caso, este sólo fue, quizá, el más diminuto de los problemas de un José María Gutiérrez que se ha ido enterrando, aparentemente superado por los acontecimientos.
El manejo del vestuario, mejorable
A nadie escapa que la personalidad del nuevo técnico rojiblanco es especial. El caso es que Almería es pequeña y los rumores, enormes. Como ese que corrió como la pólvora, que indicaba que el técnico cerró un conocido local de la noche almeriense para una fiesta con una parte de la plantilla. De ser cierto, tal acontecimiento dejaría tocada la relación con el resto de la plantilla, además de debilitar su autoridad con aquellos con los que habría realizado tal acción. Un rumor, y sólo eso, lo que no supone un hecho cierto y demostrado.

José María Gutiérrez, en sala de prensa | Imagen: Aires de la Ciudad
Por otro lado, los mensajes públicos del técnico en rueda de prensa cada vez que el resultado no ha acompañado hacia los integrantes de su plantilla han resultado cualquier cosa salvo conciliadores. No ha dudado el madrileño en atacar a sus jugadores tras dolorosas derrotas, incluso simplemente tras partidos mejorables, como el empate en Los Pajaritos. De Soria, los jugadores se trajeron un mensaje de su técnico cuando menos contundente:
“Parece que no vienen aquí a ascender y que no quieren ganar”
Declaraciones, actitudes, que no debieron sentar nada bien en el vestuario. Así como otras cuestiones, que siendo igualmente rumores, trascienden, como podría ser que el técnico no comulgue con el ejemplo, entre otras cosas, con la puntualidad en los entrenamientos.
Y por encima de todo, las sensaciones
Además, lo que el técnico acertó a catalogar como “riqueza de recursos” por contar con futbolistas que se podían amoldar a diversos sistemas, ha terminado convirtiéndose en una sucesión de “palos de ciego”. O al menos ello ha aparentado, especialmente en el último encuentro. Continuos cambios de sistema, futbolistas jugando en diferentes posiciones en función del rival o futbolistas fuera de lugar en un sistema que ya casi nadie reconoce.

Luis Fernández, al frente del Athletic | Imagen: El Correo
Y sensaciones negativas, con resultados mediocres y juego anodino, carente de sentido. Todo ello conduce a José María Gutiérrez a la guillotina, a la puerta de salida o al precipicio. Eso, y su obstinación por evitar constantemente la autocrítica. El árbitro, la actitud de los jugadores, su juventud, su inexperiencia, la presión… Cualquier excusa es válida para desviar los errores propios.
Luis Fernández, posible sustituto
De hecho, incluso por la ciudad andaluza ya circula el nombre de un nuevo técnico mediático: Luis Fernández. Alguien que como jugador fue campeón de la Eurocopa en 1984 y que en España dirigió al Athletic (subcampeón liguero), Espanyol (al que salvó del descenso) y al Real Betis. Además, ha entrenado en su país, entre otros al PSG, en Israel o Qatar y ha sido seleccionador de Israel o Guinea. Su último servicio, como Director Deportivo del centro de formación del PSG. Y quizá el carácter de una figura como la del francés pueda ser la idónea. Se habla de que no podría llegar hasta el lunes, y ese sería el único motivo por el que el actual técnico se sentará en el banquillo del Almería en Huesca el sábado.
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Y es que el jeque y su equipo directivo tienen claro el objetivo: ascender cuanto antes a la Liga Santander. Y ante dicha presión, los entrenadores son devorados, acabando desquiciados. José María Gutiérrez está sentenciado. Y salvo giro de 360º, sus días, contados.
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