La hora del Girona

El tiempo, un actor que puede convertirse en tu mejor aliado o en tu peor enemigo. Algunas veces necesitas mucho para muy poco, y otras la historia es completamente opuesta. Al Girona todo le iba de cara hasta que se topó con el desastre la pasada temporada. Todo dio un vuelco. Se marcó una fecha límite: un año. Desde entonces, en Montilivi luchan sin descanso para devolver a su equipo al lugar de origen antes de que caiga el último grano de arena del reloj que marcará el futuro del cuadro catalán.
Once finales por delante
La pandemia frenó el gran momento de los de Martí, que no perdían desde enero. Cuando se reanude la liga esas cifras influirán poco o nada. Más allá del orden de clasificación, de nada servirá fijarse en los registros cosechados antes del parón. Lo único realmente importante será lo que quede por delante. Todo se va a decidir en apenas dos meses. Sin duda ese no era el plan a inicios de curso, pero la situación sigue siendo bastante favorable para el cuadro rojiblanco.
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El fondo de armario jugará un papel determinante, y ahí es donde el Girona puede marcar diferencias importantes. Stuani seguirá marcando, los Borja García, Álex Gallar o Samu Sáiz deberán dar ese paso adelante que se les exige desde hace meses, y el resto del equipo tendrá la obligación de unirse a todos ellos. No habrá segundas oportunidades, solo valdrá ganar y lograr el objetivo.
Los internacionales, hasta el final

Stuani y Mojica no serán baja | Imagen: ElNacional.cat
Este parón ha trastocado completamente el calendario de los próximos meses, aunque en Girona han visto con buenos ojos algunos de esos cambios. Al igual que la Eurocopa, la Copa América tampoco se disputará este verano, por lo que el club catalán no perderá a ningún jugador de cara a unos hipotéticos playoffs. Obviamente sus potenciales rivales también se verán beneficiados, pero probablemente el hecho de retener a Stuani o a Mojica te hará ganar más enteros que el resto.
Girona, ascender a cualquier precio
Volver a la máxima categoría cuanto antes debe ser la meta de cualquier equipo recién descendido. El Girona es, de largo, el equipo con el límite salarial más elevado de la categoría. En caso de permanecer un año más en Segunda, esos 30 millones se verían reducidos drásticamente, y con ello las posibilidades de confeccionar un equipo tan potente como el actual. Un golpe que desembocaría en un gran retroceso en todos los niveles: jugadores que habían apostado por el actual proyecto y que se verían forzados a replantearse su futuro, la situación económica cambiaría completamente y la apuesta del City Football Group también recibiría un fuerte varapalo.
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El reloj sigue corriendo y quedan poco más de dos meses para que el conjunto catalán disipe todas estas dudas. Un período inesperado de calma que va a preceder a una recta final de curso en forma de tormenta con dos finales posibles: éxito o fracaso.
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