Lugo, la historia interminable

Como si de la famosa novela se tratara. Así ha sido el periplo del Lugo en Segunda División durante los últimos años. Siempre en el alambre, sufriendo hasta el final, pero logrando sobrevivir. Y todo hace pensar que esta campaña no será excepción. Al equipo albivermello le quedan 11 finales por delante para sellar la permanencia en la categoría de plata por octava temporada consecutiva.
Setién y Luis César, los mejores
No entraban en las quinielas, pero esos fueron los mejores años del equipo gallego en la categoría de plata. El primero fue el artífice del ascenso, al que le siguieron tres campañas más que aceptables con algún que otro momento para soñar con cotas más ambiciosas. Por su parte, el segundo completó uno de los cursos más consistentes de los que se han vivido el Anxo Carro, acabando en una meritoria décima posición.
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En ninguno de esos escenarios el descenso fue una gran amenaza, pero ahora la realidad ha cambiado. La competencia ha aumentado y el equipo albivermello se ha visto obligado a reinventarse año tras año para acercarse al nivel exhibido en esos primeros años.
Lugo, baile de técnicos
A excepción de la temporada 2016-17, donde Francisco logró mantener la inercia positiva del curso anterior, los años posteriores se han convertido en un vaivén constante en las filas gallegas. Luis Milla y José Durán en la 2015-16, y posteriormente Javi López, Alberto Monteagudo, Eloy Jiménez y Curro Torres. Ninguno ha conseguido aguantar una temporada completa. Este último tendrá ahora su oportunidad y la permanencia será la condición indispensable.
Mirando solo las cifras pueden apreciarse ciertas diferencias, pero yendo un paso más allá el equipo rara vez ha dado la sensación de ir sobrado de cara a lograr el objetivo marcado. La competitividad, por suerte, se ha mantenido intacta, y ese ha sido uno de los factores diferenciales.
Algunos problemas añadidos
Enfocando ya el presente, al Lugo le han surgido algunos contratiempos derivados del parón. Por una parte el calendario. La situación geográfica provocará que los gallegos sean uno de los equipos que más kilómetros tengan que recorrer en esta recta final del campeonato. Si a esto se le suma la posibilidad de jugar más de un partido a la semana, el hándicap cobra aún más relevancia.
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Todas las plantillas ya han vuelto a la rutina de entrenamientos, pero algunas no han podido hacerlo al completo. En el caso de los lucenses solo existe la baja de Leuko. El defensa camerunés viajó a su país antes del inicio de la pandemia por problemas familiares. Su regreso a España está programado para la semana que viene, pero su participación en los primeros encuentros está prácticamente descartada.

Serge Leuko aún no entrena con el equipo | Imagen: Diario Marca
Un año más tocará luchar hasta el final. La igualdad y el nivel no han dejado de aumentar, pero hasta ahora el Lugo siempre ha conseguido estar un paso, por pequeño que haya sido, por delante. Para mirar al curso que viene con optimismo y esperanza no queda otra que repetir la fórmula.
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