Gaku Shibasaki, la mano derecha de Martí

A veces el destino es cruel. Tanto, que puede ser una diferencia mínima la que te condene para siempre. CD Leganés y Martí, en este aspecto, comparten un fatum semejante en sus últimos grandes episodios. Uno vivirá esta temporada de regreso en La Liga SmartBank con la sombra de aquel disparo de Óscar Rodríguez que fue a perderse hacia la grada. Al técnico mallorquín las brujas de San Juan le siguen recordando a Son Moix y al cabezazo de Pablo Marí. Incluso en el Heliodoro se recuerda el sabor de la miel, sin haberla podido probar. Un proyecto en el que Gaku Shibasaki fue su mano derecha. Y ahora que el nipón vuelve a cruzar su camino con el de Martí, tal vez pueda volverlo a ser. Quizá no del mismo modo, pero con la misma relevancia.
Pese al inesperado descenso del Dépor a la Segunda B, Gaku Shibasaki era una buena noticia para el conjunto coruñés cuando aparecía en el terreno de juego. No es de extrañar que a un jugador de su cartel y de su nivel, más allá de la situación del club gallego, se le abriesen numerosas puertas durante este mercado. Una de ellas, la del Leganés, que tiene como carta de presentación a un técnico que supo sacar lo mejor de él, además de un proyecto de regreso a La Liga Santander ciertamente atractivo para muchos jugadores. Ahora bien, la cuestión es: ¿qué podrá sumar Gaku al Leganés 20/21?
De la mediapunta al todocampista: su evolución en Riazor
Para hablar del Gaku Shibasaki que nos podríamos encontrar en Butarque es inevitable hablar de su versión durante el curso pasado. Seguramente muchos chicharreros -y aficionados al nipón- lo recuerden siendo un mediapunta de mucha incidencia cerca del área rival. No es difícil que uno tenga en su cabeza la imagen de un jugador ofensivo elegante, habituado a filtrar balones medidos al espacio. No obstante, en Riazor los coruñeses conocieron a un jugador -bajo mi perspectiva- más completo.
“Pepino de plata”
A muchos le puede parecer lento o que juega con una calma excesiva, pero en la base de la jugada -especialmente con Fernando Vázquez- ha demostrado ser capaz de dirigir y hacer jugar al Deportivo. No funciona tanto como enganche, si no como mediocentro. Con libertad para poder caer a ambos perfiles y darle salida de balón a su equipo. Pese a que no suele romper en conducción su velocidad a la hora de ver el campo y de encontrar a compañeros lo compensa. Cuando está bien, el equipo progresa sin problemas con el balón. E incluso puede asomarse al área y filtrar balones como en sus versiones de antaño.

Gaku, con el Dépor | La Voz de Galicia
La gran pega de este rol es que defensivamente tampoco es un jugador destacado, ni en duelos individuales. Es formidable en el aspecto posicional, pero en el físico o en la defensa pierde bastantes puntos. Se debe elogiar su solidaridad y orden en los bloques defensivos, pero no deja de ser un jugador que vive de su técnica y su inteligencia. Su gran aval en Riazor lo vimos con su trato de balón y su capacidad de leer el juego. Un Gaku con bastante más recorrido que el del Tenerife, que asume más galones en la base del ataque y que no se deja ver tanto en el área rival.
Martí: su descubridor en España
De seguro muchos recordaremos el papel de Gaku Shibasaki con el Kashima Antlers en aquel Mundial de Clubes. Fue unas semanas despúes, en la 16/17, cuando el Tenerife le dio la bienvenida al fútbol español. De la mano de Martí, el nipón cayó de pie y sorprendió a propios y extraños con su juego. Un mediapunta dinámico, de mucha movilidad y con muchísimo último pase. En menos de media temporada se descubrió su magnífica sociedad con el ‘Choco’ Lozano o Amath, entre otros. Quizá a nivel de cifras no fue tan espectacular su rendimiento -un gol y dos asistencias- pero su incidencia fue innegable. Tanto sorprendió que el Getafe lo firmaría al término de esa temporada.

Gaku y Martí, en el Tenerife | livefutbol.com
Con respecto a su rol, debemos incidir en su vocación ofensiva. Jugaba detrás de la referencia y pisaba bastante más área que lo que vimos recientemente. Tenía también peso a nivel posicional, pero no aparecía tanto en la base. Gaku jugaba más ubicado en la zona ofensiva, cerca del delantero o de los extremos, moviéndose entre líneas y ofreciéndose al apoyo e incluso a la ruptura. Por capacidades, podemos pensar que Martí podría recuperar esta faceta de Shibasaki. Más aún sabiendo que fue él quien le otorgó este rol en el pasado. No obstante, será el terreno de juego y las necesidades del equipo quienes dicten a qué Gaku veremos.
“En la cuerda floja”
De lo que no cabe ninguna duda es que Martí conoce de sobre al japonés. Si ha llegado a Leganés, ha sido en parte gracias lo mucho que lo conoce. Para Txema Indias esta era una gran oportunidad de mercado, pues no todos los días te encuentras con un internacional absoluto entre los agentes libres. Menos aún a uno con la experiencia de Gaku en la categoría de plata. En sus pies reside ahora una nueva oportunidad de lograr ese ansiado ascenso a Primera. El nuevo reto de la mano derecha de José Luís Martí.
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