Leganés, el camino natural del talento

Los comienzos nunca fueron fáciles. Que se lo digan a Asier Garitano en la temporada 2014/2015. Tras retornar a Segunda División una década después, algunos pedían su cabeza. Hakuna Matata. Vive y deja vivir. En este caso, dejar trabajar. Los proyectos no se hacen de un día para otro. El Leganés acumulaba 6/12 puntos y el ritmo cardiaco se aceleraba en Butarque. No comprendían ni apoyaban la táctica de su nuevo míster José Luis Martí. Él mismo, tras la derrota en casa frente al Girona (0-1), decidió cambiar piezas en un freno a la excesividad ofensiva. La virtud de la rectificación. Hagamos camino.
Llegó el deseado equilibrio de Martí
Desde entonces, el Leganés sólo supo sumar de tres en tres: Logroñés (0-1), Zaragoza (1-0) y Oviedo (2-1). Cuarto clasificado con 15 puntos, hasta la derrota en Sabadell. Pero, sobre todo, lo más destacable es la seguridad que ahora sí transmiten los ‘pepineros’. Ahora sí vemos el equilibrio que recalcaba Martí en la pretemporada. ¿La clave? El interior derecho. El entrenador mallorquín no cambia su 4-4-2. A principio de temporada el habitual era Avilés, haciendo grandes actuaciones. Pero, claro, su mayor virtud no es defender y retroceder en las ayudas con su lateral. Por ello, el equipo se terminaba de ‘romper’ en las transiciones defensivas.
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Dani Ojeda fue el primero en ocupar esa posición, más acostumbrado al repliegue y con mayor rigor táctico. No destaca por sus aportaciones ofensivas. No tiene más calidad que Avilés. Pero sus funciones ayudan mucho más al bloque. El último en ocupar esa banda derecha ha sido Rubén Pardo. Aunque no sea su puesto habitual. Sin embargo, en fase ofensiva tiende a ir al centro para acompañar a Gaku y Rubén Pérez. Ambos se van entendiendo cada vez más. Mientras que Arnaiz adelanta su posición para después hacer incursiones por dentro para buscar disparo. También favorece a Borja Bastón y su acompañante. Ya no hay tanta distancia entre el mediocampo y la delantera. Esta es la dinámica del actual Leganés.
Leganés, era cuestión de tiempo

Martí dando instrucciones | Teleganés
Este cambio ha repercutido también a nivel defensivo. Desde la derrota en Butarque contra el Girona, el Leganés sólo había encajado un gol en tres encuentros, y fue a balón parado. Martí parece haber encontrado un bloque defensivo compacto. En las tres últimas jornadas no había variado su línea de cuatro defensas: Javi Hernández, Tarín, Omeruo, Palencia. Sus dos centrales, un seguro por alto. Gran noticia la vuelta de la mejor versión del nigeriano. El lateral izquierdo más resguardado ante la libertad de movimientos de Arnaiz. Palencia es el más ofensivo. Siempre anticipado a la jugada y buscando la espalda de su interior.
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Sin olvidarnos del banquillo ‘pepinero’: Juan Muñoz, Bustinza, Conde, Sabin Merino, Sergio González, Luis Perea, Kevin Bua, Santos, Avilés, Rober Ibáñez… Entre otros. Talento a raudales para el Leganés, que cuenta con hasta 31 futbolistas. Una plantilla tan extensa da garantías de poder aguantar el ritmo competitivo de La Liga SmartBank. Más aún con tanta jornada intersemanal. Tarde o temprano la calidad tenía que salir a relucir. Los miedos y la indecisión juegan malas pasadas. Era cuestión de encajar las piezas. Los engranajes claves están pulidos y engrasados. En la Nova Creu Alta, un pequeño frenazo a esa nueva dinámica positiva. Relativizar lo negativo. “Sin pausa, pero sin prisa”.
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