Sabadell, en busca de la continuidad

El Sabadell ansía encontrar la regularidad y continuidad necesaria para salir del abismo. No es solo el hecho de haber ganado únicamente cuatro partidos. Sino que solo han empatado en una ocasión. Números que generan incertidumbre.
Qué importante es sumar. Siempre, pero más aún en un recién ascendido que necesita salvarse y asentarse en el fútbol profesional. Seguir ese camino le está costando al Sabadell. Un equipo que ha dejado picos de fútbol muy buenos y un abanico de matices tácticos enorme. Aunque merece analizar si le está dando resultado tanta variedad.
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El Sabadell es penúltimo. Son 14 goles a favor y 22 en contra en 16 partidos, es decir, menos de un gol de media a favor y más de un gol de media en contra. Aunque lo más preocupante es lo arriba referenciado: un solo empate, 11 derrotas. “En caso de no ganar, no pierdas” que diría más de un entrenador. Al cuadro catalán le cuesta horrores cerrar los encuentros.
Sabadell, dibujo indescifrable
Qué difícil es analizar el dibujo del Sabadell. 5-3-2, 5-4-1, 5-2-2-1, 4-4-2… Todos esos dibujos y más vemos en un mismo partido. Jaime Sánchez hace de central derecho en defensa de tres pero también de lateral en 4-4-2, con Óscar Rubio o Víctor García por delante. En ocasiones repliega con cinco y en ocasiones con cuatro.
En el mediocampo suele haber dos fijos. Ante Oviedo fueron Antonio Romero y Boniquet. Pero siempre se suma un tercero que ayuda a formar el 4-4-2. En este caso fue Juan Hernández defendiendo la banda izquierda por delante de Cornud. Arriba Guruzeta y un Stoichkov que lo pone aún más complicado, pues es un pájaro libre sin posición fija.
Crónica Jornada 17
El ataque suele dibujar un triángulo, un 2-1 con delantero y dos mediapuntas por detrás. Sea Stoichkov, Édgar, Néstor, Juan Hernández, se sitúan detrás del punta y no a sus costados. Las bandas son siempre para carrileros. Un engranaje en muchas ocasiones asimétrico, porque puede acumular dos hombres de banda en la izquierda pero en la derecha basta con Víctor García, tanto por el físico de éste como por la tendencia de Stoichkov a jugar por dentro.
Siempre interesante ver al Sabadell, pero este engranaje conlleva una exigencia táctica y de concentración difícil de sostener. Aparecen muchos espacios por el desorden que se puede generar. Se generan huecos entre carrilero y central y superioridades en mediocampo que cuestan partidos.
Ello, unido a los errores defensivos más individuales suponen que el Sabadell no sea un seguro atrás. Tiene centrales que sufren si les sacas de posición constantemente y todas esas lagunas a la espalda cuestan puntos. El cuadro catalán ha recibido muchos goles en jugada combinativa, con el rival moviéndola por dentro, descargando al área y desordenando completamente la defensa.
Sin un once titular
Lo preocupante no es haber utilizado a 25 jugadores, sino el cómo. Hasta 18 jugadores han jugado diez partidos o más. De los 1.440 minutos disputados por el Sabadell, solo dos jugadores, además de Mackay, superan los 1.000 (Juan Ibiza y Grego Sierra). En definitiva, no es solo haber usado a muchos jugadores, es que directamente no hay titulares ni suplentes en este equipo.
Esto será a gusto de cada uno, pero la ausencia total de definición en este equipo puede estar mermando sus objetivos. Más allá de dos maratones de partidos en los que rotar era obligatorio, da la sensación de que si mañana Antonio Hidalgo jugara una final, no sabría a quién alinear.
Pero no todo es negativo. El Sabadell ha demostrado tener buen trato de balón, predisposición para salir con jugada limpia desde atrás. Hay jugones en mediocampo, delanteros con carácter y ‘punch’ y recursos muy variados. Le está costando tener determinación para sentenciar y hacerse con puntos, pero no transmite ni mucho menos esas sensaciones negativas que sí transmiten Albacete, Tenerife, Castellón o incluso Zaragoza hasta su último triunfo. Y ese debe ser su impulso para seguir mejorando. Mimbres hay.
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