López Garai, tocando fondo

Aritz Lopez Garai ya es historia pasada como técnico del Albacete. Tras la derrota por 0-2 ante el Girona, el club emitía un comunicado donde anunciaba su cese. Hasta aquí nada nuevo, cuando los resultados no son los esperados, el primero en tener que abandonar el barco suele ser el capitán. Puede que parezca algo paradójico en algunas circunstancias, pero así funciona el fútbol.
En esta destitución hay muchas cosas llamativas. La primera es que con la salida del técnico vasco, el club manchego va a por su tercer entrenador sin que haya concluido si quiera la primera vuelta de la competición. La segunda son los tiempos de trabajo. A su antecesor, Lucas Alcaraz solo le dieron de margen cinco jornadas, y aunque en el caso de López Garai 12 jornadas puedan parecer suficientes para mostrar tu valía, quizá no sean suficientes si a lo que tiene que hacer frente es una plantilla desmotivada, perdida y con muchas carencias sobre el terreno de juego.
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El Albacete ocupa el último puesto de la clasificación, el temido farolillo rojo. En lo que llevan de competición, 17 jornadas, solo han sumado 11 puntos. Y aunque todavía queda recorrido, se han perdido puntos vitales para llegar con vida al fin de la competición. En las cinco primeras jornadas solo sumaron un punto. Y aunque con la llegada de Garai hubo destellos de esperanza, puesto que el equipo sumó ocho puntos de doce posibles y salió de la zona de descenso, pronto los fantasmas del pasado volvieron a adueñarse de un equipo sin rumbo. Nueve partidos consecutivos sin conocer la victoria, tres empates y seis derrotas.

Aritz López Garai /Albacete Balompié
López Garai: sin soluciones ante las necesidades
Sería injusto que todos los dedos señalaran al banquillo. La reflexión debe ir más allá y analizar con qué cuenta el Albacete en sus filas para hacer frente a una de las competiciones más duras e igualadas. En el mercado de verano se produjo una salida masiva de jugadores, nombres como Maikel Mesa, Susaeta, Dani Ojeda, Pedro Sánchez… Peloteros que quizá no fueron determinantes pero sí supusieron un gran soporte para el equipo aportando su experiencia y máximo rendimiento. Y los sustitutos, en la mayoría de casos no están dando la talla. Jugadores como Del Pozo, Nahuel Arroyo, Liberto Beltran, Bernabé… todos ellos tienen como factor común la juventud, un elemento que de un tiempo atrás se viene considerando como fundamental para inyectar al equipo ambición y competitividad, pero que si no se mide de forma correcta se puede volver en contra. La mayoría de ellos carecen de experiencia en la categoría de plata y no pueden aportar al equipo ese grado de seguridad y estabilidad que ofrecían otros.
Esos detalles, y esa falta de equilibrio dentro de la plantilla también se llevó por delante al director deportivo del club, Mauro Pérez. A principios de mes el director deportivo tinerfeño, que llegó al Albacete en el 2018, anunciaba su dimisión como consecuencia de los malos resultados del equipo. Ese fue el alegato principal, los malos números, sin embargo quizá el problema principal no está realmente en perder, si no en la forma en la que se pierde. Y es que desde el inicio de la temporada 20/21, al Albacete le han acompañado unos números catastróficos, pero también unas sensaciones preocupantes en cada partido.

Plantilla del Albacete durante una sesión de entrenamiento / Albacete Balompié
Factor determinante: el gol
En una liga tan igualada como la Segunda División, el gol se convierte en algo primordial. Es por eso que los equipos que se muestran sólidos en ataque y cuentan entre sus filas con buenos pistoleros, se convierten en la envidia de muchos. En principio dentro del cuadro manchego no había motivos aparentes para mostrar preocupación a la hora de buscar un killer que transformara los tiros a puerta en puntos para los suyos. Ortuño, que se convirtió en uno de los mayores goleadores la temporada pasada con 15 dianas, regresaba tras su cesión en el Oviedo, y se supone que contaba con el apoyo de jugadores como Eddy Silvestre, Zozulia o Chema Núñez.
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Pero la teoría no acompaña a la práctica. El de Yecla no ha aportado ni un solo gol en lo que va de competición, y Zozulia ha conseguido un tanto en 17 jornadas, de penalti. Un panorama desolador si tenemos en cuenta que los más veteranos se encuentran ausentes, ofreciendo un rendimiento muy por debajo de lo esperado. Ante esta situación, el Albacete está encontrando su apoyo en tres pilares: Tomeu Nadal, Kecojevic y Álvaro Jiménez. El futuro y resultados de todo un equipo se está basando en las buenas acciones sobre el terreno de juego de tres futbolistas. Quizá esa sea una de las claves a tener en cuenta cuándo nos preguntamos por qué este Albacete no termina de carburar.
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