Más moral que el Vallecano

Seguro que han escuchado más de una vez la mítica frase “Más moral que el Alcoyano”. Muchos no saben en que momento exacto nació este lema, ni siquiera desde el propio club alicantino. Pero si me lo permiten desde Alcoy, les voy a pedir prestado el dicho para dedicárselo al Rayo Vallecano, al menos para esta última semana.
El motivo por el que reclamo esta oración tiene que ver con el mejor partido que nos brindó la jornada 23 de LaLiga Smartbank, entre RCD Espanyol y Rayo Vallecano. Tanto aficionados vallecanos como pericos todavía no olvidan la tarde del domingo, ya sea para bien o para mal.
45 minutos de tormenta franjirroja
Si eres seguidor del conjunto madrileño, probablemente quieras olvidar la primera mitad que realizó el equipo de Andoni Iraola (en esta ocasión entrenado por Unai Medina, tras la sanción al técnico vaso).
Los jugadores blanquiazules salieron a comerse a un Rayo, que a los ocho minutos ya estaba por detrás en el marcador. Este tanto lejos de reactivar al equipo, lo enfrió hasta tal punto que Alejandro Catena regaló el segundo gol antes del descanso, con una pérdida en la frontal de su propio área, ante un ex-rayista como Raúl de Tomas, para más inri.
Muchos desde sus casas daban el partido por finalizado, un auténtico transatlántico como el Espanyol se iba 2-0 al descanso, en su propio estadio y sin sentir lo que era el peligro en su meta. Por lo que no seré yo quien les culpe.

El Espanyol se imponía con claridad al Rayo | LaLiga
Sin embargo, desde el frente dañado aún no habían dicho su última palabra. La confianza en ellos mismos era tal, que no se realizó ningún cambio para el inicio de la segunda mitad. Los visitantes tenían 45 minutos para desatar la tormenta. Y así sucedería.
El encargado de agitar la coctelera sería Isi Palazón, un futbolista que empezó la temporada como un auténtico tiro, pero que se había desinflado durante el final de la primera vuelta. Tras 15 partidos sin ver portería, el murciano se sacaba de la zurda un libre directo en forma de misil, que Diego López no pudo desviar, y que servía para recortar distancias nada más empezar el segundo asalto.
Tras varios minutos de ida y vuelta, Iraola vertía nuevos sabores en el cóctel madrileño: Andrés Martín, Jony Montiel y Qasmi. Dos de ellos serían imprescindibles para dinamitar el encuentro.
Entrabamos en los últimos 15 minutos de partido, el Rayo apretaba arriba pero sin éxito. De nuevo una falta cerca del área blanquiazul, un tanto escorada, por lo que la opción más clara era un centro. Advíncula prolonga la pelota hacia dentro y Joni Montiel arranca por el centro con posibilidad de disparo, el canterano debió preguntarle a Isi por el funcionamiento de su cohete, porque siguiendo sus pasos estalló la red del RCDE Stadium para empatar la contienda.
A priori, el empate sabía a gloria para el conjunto vallecano, pero si alguien pensaba que se iban a detener aquí, estaban muy equivocados. Apenas cuatro minutos después del empate, Andrés Martín y Álvaro García jugaron a ser funambulistas en la banda izquierda del ataque franjirrojo, y el utrerano desataba la locura al colar el balón por debajo de las piernas de Diego López, poniendo así el 2-3 defintivo.

Los héroes de la remontada festejan uno de los goles | LaLiga
La lucha continúa
La resaca de esta trepidante batalla lleva a los madrileños a pensar en el mazazo que significó la derrota frente al Mallorca en el Estadio de Vallecas. Un partido en el que el Rayo perdió la oportunidad de haber asestado un duro golpe al ascenso directo.
Sin embargo, de nada sirve quedarse atrapado en el pasado, sólo queda mirar hacia delante. El ascenso directo está únicamente a cinco puntos, y si son capaces de pasear por la categoría de plata el ímpetu, la garra y el corazón que mostraron frente a la mejor plantilla de Segunda, el Rayo estará muy cerca de las mieles del éxito a final de temporada.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.