Pedro Díaz, el inventor rojiblanco

Las incertidumbres de la pasada temporada han quedado atrás en Gijón. La llegada de David Gallego ha supuesto un antes y un después en el momento de forma y de juego del equipo asturiano. Un club, que sin haber hecho grandes inversiones el pasado verano, ha logrado rehacerse y asentarse en la zona alta de la competición, postulándose como un claro candidato a pelear por el ascenso. En la fórmula del éxito de Gallego vemos agentes más que claros. Uno de ellos ha sido la presencia de Mareo en el proceso. El Sporting le ha adjudicado galones a la gente de casa, tanto a los que ya estaban en el primer equipo como a aquellos que merecían una oportunidad. Pedro Díaz es uno de los primeros. Y en Segunda, uno de los mejores.
Pedro Díaz se convirtió la temporada pasada en una de las mayores revelaciones del Sporting. En un año de dudas él fue una de las certezas con las que se topó El Molinón. Su rendimiento fue del agrado de todos y se destapó como lo que es: una de las piedras en las que sustentar un proyecto de ascenso. Un año después, la historia no ha cambiado su rumbo. Pedro sigue dirigiendo y destacando en la medular sportinguista, ahora en un equipo que aspira a todo en LaLiga SmartBank. Un joven de presente y futuro que ha logrado triunfar en su tierra.

Pedro Díaz, alegría sportinguista | Imagen: La Voz de Asturias
Un inventor de posesiones
Si Pedro Díaz es uno de los organizadores más destacados de su categoría es por su cerebro y su capacidad de gestión. Cayendo con frecuencia junto a Gragera, o apareciendo cerca de los centrales, este mediocentro diestro dibuja pases con destreza para hacer progresar la pelota. Bien dotado con el balón, demuestra dominar el pase en distancias cortas y medias, además de hacerlo en diferentes alturas. El mayor valor que aporta al juego de su equipo es su pase entre líneas. Veloz, bien medido y coherente. Muestra una excelente sensibilidad para encontrar a sus compañeros libres en el césped.
Pedro Díaz juega en dos toques, normalmente desde situaciones estáticas del ataque posicional, pero también exhibe facultades fuera de esa zona de confort. Cuando lo acosan, muestra magníficos fundamentos de protección al poseer, tales como el primer control o la gestión de sus autopases. Su visión también le permite detectar e interpretar sus recepciones y movimientos con balón. También su cambio de ritmo, que pese a no ser el más potente lo ayuda a superar presiones individuales y acercarse a campo rival.
Talento y trabajo a partes iguales
Cuando Pedro Díaz se aproxima al área rival corrobora todas las sospechas. Si en la base desprende finura, en la frontal la explota para generar en el sentido más numérico del juego, con pases que preceden a asistencias o asistencias. Una vez más, su calidad al distribuir habla de él como un hombre de talento. Incluso su disparo, que combina potencia y colocación. Un recurso más para atacar a balón parado y para resolver jugadas próximas al arco rival. El del Siero cuenta con varios tantos de estas características en su galería particular.
En lo relativo a la defensa es tesón e implicación. No se quita el mono de trabajo cuando su equipo pierde la pelota. Ayuda a mantener las mareas calmas en el bloque, posicionándose bien y marcando cuando debe de marcar al adversario. Físicamente no impone -hablamos de un mediocentro de 1,80m- pero se mueve con velocidad y con esfuerzo para poder cerrar espacios o cortar balones. Junto a un elemento más estático o capacitado para ofrecer equilibrio -Javi Fuego, Gragera- es un elemento ideal en la defensa.
Un ‘guaje’ en pleno desarrollo
A sus veintidós trabaja con la madurez de cualquier veterano. La juventud de Pedro Díaz no tiene concordancia con el carácter y las sensaciones que deja en el terreno de juego. En apenas dos temporadas se ha hecho dueño de un sitio en el once inicial del Sporting de Gijón. En la actualidad es un miembro más que asentado en la plantilla, con una relevancia singular. A la altura de pocos jugadores del equipo asturiano. Es sencillo presagiarle un buen futuro por todo lo que muestra cuando juega.
Pedro Díaz ha llegado al fútbol profesional para quedarse y no parece conformarse con ello. Si su crecimiento sigue al alza, estaremos hablando de un candidato claro a cualquier plantilla de la Primera División. En un sistema donde la tenencia del balón sea relevante -tan característicos en las décadas pasadas del fútbol español- Pedro Díaz es y será inventor. Dibujante, relator y director de todo lo que suceda. Imaginando el juego y creando el ataque.
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