Y el Óscar es para… Whalley

La actualidad manda en una semana en la que no existe respiro. Y en esa inmediatez que apremia, el protagonista principal de lo reciente es un guardameta: Óscar Whalley.
Y es que la actuación del portero nacido en Zaragoza fue de película y digna de Óscar. El galardón se lo adjudica por aclamación popular tras diversas escenas en las que su interpretación adquirió tintes heróicos.
El Castellón, sostenido por una sublime actuación
Y es que lo fue. Whalley se vistió de superhéroe en Albacete, realizando paradas de todos los colores, diversa dificultad y exigencia absoluta. El repertorio fue de lo más variopinto, incluyendo, como cebo, la detención de un penalti a Alfredo Ortuño en el minuto 18. Sin embargo, fue una constante. Óscar se convirtió en un muro infranqueable que repelía cada disparo ya fuese por alto o por bajo.
Por ello, el papel interpretado por el cancerbero fue merecedor de Óscar. La estatuilla va a parar a las manos mágicas de alguien que hizo uso precisamente de ellas para ganarse el premio. Pero como en el cine, aunque el reconocimiento sea individual, la gloria se la lleva la película. En este caso, es el Castellón el que salió beneficiado en un duelo crítico, dramático, por eludir el descenso.
And the Oscar goes to… Whalley
En tal contexto, el momento también es crucial. A domicilio, ante un rival directo y jugándose, ambos contendientes, la vida. Ahí surgió la más magistral interpretación bajo palos de Whalley. Un partido perfecto en el día perfecto. Probablemente, el partido soñado para cualquier guardameta. Para cualquier equipo. Y el sueño ahora es que tal nivel obtenga continuidad.
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