¿Está el Albacete sentenciado?

El Albacete acaba de destituir a su entrenador y a su director deportivo. Todo se ha precipitado tras la última derrota en casa ante el Alcorcón, que deja al conjunto manchego como colista, a ocho puntos de posiciones de salvación con sólo 15 por disputarse. Ante tal situación, surge una pregunta clara. ¿Está sentenciado el Albacete? Motivos para creer y para no hacerlo existen.
Hasta que las matemáticas alcancen…
La dificultad es indudable, manifiesta y evidente. Ocho puntos de diferencia, a falta de 15 por disputarse, suponen para el Albacete la obligación de sumar victoria en los cinco encuentros que quedan y que varios equipos se dejen puntos por el camino. En concreto, uno de ellos al menos tiene que fallar en tres de los cinco partidos y otros en dos de los cinco. Se tienen que alinear los astros, producirse carambolas prácticamente imposibles y, además, que el equipo manchego logre dar un giro completo a su estado de forma actual y a su nivel de resultados.
Pero mientras las matemáticas así lo permitan, la obligación del equipo es luchar, creer y dejarse todo en el césped. Ponferradina, Almería, Lugo, Las Palmas y Fuenlabrada son los cinco rivales que quedan al Albacete Balompié por delante de los que el Almería se antoja el de mayor dificultad. La Ponferradina, Las Palmas y Fuenlabrada se han quedado en tierra de nadie y el Lugo es un rival de su liga al que tiene que ganar si pretende apurar sus acciones. Así pues, para nada se antoja quimérico sumar los 15 puntos -o 13 en su defecto- de aquí al final de temporada y alcanzar los 46-48 definitivos. En una temporada en la que quizá el umbral de la salvación baje de los 50, un halo de esperanza se cuela por una rendija. Eso sí, para ello la fe ha de ser inquebrantable. Creer, imprescindible.
La realidad lo pinta de negro
Sin embargo, cuando la cuesta se empina, lo habitual es que te arrastre. Más aún, cuando la dinámica y las sensaciones son tan nefastas. El Alba tan sólo ha vencido en uno de los últimos siete encuentros, cayendo además en sus dos duelos directos ante Castellón y Alcorcón. ¿A qué clavo agarrarse cuando todos los caminos vienen conduciendo al precipicio? Y es que, más allá de la dificultad de salvar la distancia tan amplia que le separa de la salvación, al conjunto manchego se le plantea el obstáculo de salvar sus propias deficiencias.
Un equipo en caída libre, que viene alternando partidos esperanzadores con bloqueos totales en encuentros en los que se juega la vida y, evidentemente, con la moral por los suelos dada la situación que atraviesan. Los jugadores parecen desquiciados por momentos y, recuperar a las tropas moralmente para la causa se antoja quimérico. Así pues, ante tal panorama, si la lógica actúa el destino del Albacete Balompié está escrito: el descenso de categoría. Sólo un milagro podría evitar tan cruel final para una temporada catastrófica.
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