No es un Michel cualquiera

El que fuese capitán del barco del Santa Inés que desembarcó en Primera División en la temporada 2017/18, parece tener un destino distinto, pero una misión similar: Montilivi. Michel, el que fuese el artífice del ascenso del Rayo Vallecano en aquella temporada ha sonado, con demasiada fuerza, para suplir en el banco del equipo catalán a Francisco, que por segundo año consecutivo, ha visto como su equipo se quedaba a las puertas del ascenso a la élite del fútbol español
Recomponerse o morir
Superar el mazazo y recomponerse después de perder dos finales consecutivas de play off no debe ser tarea fácil ni plato de buen gusto. Para conseguir, de una vez por todas, volver a la Liga Santander dos temporadas después, parecen haber elegido a un hombre que de ascensos entiende un rato. Y de carisma, compromiso y humildad, tampoco va falto. Miguel Ángel Sánchez Muñoz, más conocido como Michel. La elección del técnico madrileño parece ser la elección perfecta para recomponerse del bache y acabar la temporada de la mejor forma posible.
Un nuevo Girona
La idea que siempre ha manifestado Michel es clara. Quiere un fuerte vínculo equipo-afición. Que la gente disfrute viendo a su equipo jugar y que los aficionados se sientan identificados con el equipo. Es un entrenador atrevido, que juega de tú a tú, sin importar el equipo que tenga enfrente y sin tener en cuenta qué te estás jugando. A pecho descubierto, sin miedo a nada ni a nadie. Como ha manifestado en alguna ocasión, un estilo muy parecido al de Paco Jémez, ex entrenador del Rayo Vallecano entre otros y del que tanto ha aprendido el futuro entrenador gerundense.
Para ello, el técnico madrileño nos tiene acostumbrados a que veamos un 4-3-3, con una salida aseada de balón desde atrás que, en algunas ocasiones, quizás podamos considerar como uno de los puntos débiles de sus equipos en algunos tramos de los partidos. Alguna que otra vez hemos visto como su defensa, al estar demasiado presionada, sufría mucho para salir con la pelota jugada. Pero, las veces que consigue triangular, jugar y salir, el fútbol de Michel es oro en paño. También la presión adelantada que caracteriza a sus equipos y su atrevimiento para recuperar la posesión en campo rival causaban en ocasiones catástrofes defensivas a la hora de replegar y defender.
Atrevimiento, talón de Aquiles y exquisitez
Sin embargo, ese atrevimiento, ese ímpetu de ser protagonista del partido, de tener el balón en su posesión, es lo que levanta a la grada, lo que engancha a la afición. El dirigir a un equipo pequeño no le asusta, todo lo contrario: le motiva, lo hace grande, a él y al equipo. A pesar de su clara idea de juego, es un entrenador muy versátil, capaz de adaptarse a las situaciones del partido de forma excepcional. No obstante, pocas veces vamos a ver a un Girona con una defensa de cinco, como ha sido habitual en la mayoría de partidos de esta pasada campaña. Nos tendremos que acostumbrar a ver un Girona diferente.

Foto: Javier Blasco
Sin embargo, en ocasiones, tanto en la SD Huesca como en el Rayo, el técnico ha recurrido a ese sistema, dependiendo de la fase en la que esté el partido o, incluso, apostando por él desde inicio. Las recuperaciones rápidas en campo rival, el ritmo del partido, la intensidad, la motivación…todo ello será clave en el Girona de la temporada 2021/22.
Dos campeonatos de Segunda
En su mochila de entrenador, Michel lleva dos ascensos a Primera División casi consecutivos: Rayo Vallecano (2017/18) y SD Huesca (2019/20). No solo consiguió el ascenso, sino convertir a ambos conjuntos en campeones de la categoría. La otra cara de la moneda es que con ninguno de ellos consiguió acabar la temporada en Primera División y acabaron descendiendo ese mismo año.
Que nadie en Girona dude de Michel, no es un entrenador cualquiera. No es un Michel cualquiera. Y recuerden, no siempre el pez grande se come al pequeño.
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