Luces y sombras en Valladolid

Pucela vive desde esta reciente temporada la peor etapa de la era Ronaldo. Una crisis institucional y un inminente descenso deportivo a la Segunda División sentenciaron anímicamente a una afición que, una vez más, observa como su equipo no consigue la estabilidad necesaria para consolidarse en Primera, descubriendo de nuevo la faceta de ‘equipo ascensor’ del Real Valladolid.
A pesar de ello, la llegada de Fran Sánchez a la dirección deportiva (ex Granada) y de Pacheta al banquillo del «Estadio de la Pulmonía» devuelven la ilusión a una ciudad con ganas de reivindicarse en una competición familiar para los blanquivioletas. Y en la que, a día de hoy, es el único equipo sin estrenarse en el mercado de fichajes.
Pachetismo en Zorrilla
La mejor de las noticias para la hinchada pucelana ha sido el relevo en el puesto de entrenador. Sergio González, que llevó al equipo de vuelta a Primera en 2018 y lo mantuvo dos años en la máxima categoría, no hizo los deberes en esta pasada temporada. En un año marcado por la ausencia de público, el Real Valladolid únicamente saboreó la victoria en cinco ocasiones.
Quién le iba a decir a los vallisoletanos que el ilusionante proyecto de Ronaldo en Primera iba a terminar de una manera tan bochornosa para el equipo castellano, aunque pocos han sido los que todavía no han recuperado la ilusión dos meses después del descenso. La llegada de Fran Sánchez a la dirección deportiva trajo consigo la irrupción de José Rojo Martín, ‘Pacheta’, quien solo ha necesitado un par de ruedas de prensa para devolver la esperanza al pueblo pucelano, aferrado a su llegada y al lanzamiento de las nuevas camisetas para fantasear con el éxito, ya que es lo único que le ofrece el club en cuanto a anuncios se refiere. Permiso para soñar, aunque sea por la vuelta del violeta a los colores de la camiseta.
A la espera del arranque de la campaña de abonados, Pacheta no solo aspira a dirigir un equipo valiente y ambicioso, sino que promete que todo pucelano que salga por las puertas de Zorrilla lo haga orgulloso de sus colores. Y que mejor campaña de abonados que la de un entrenador seguro, como es el burgalés, y cuya experiencia lo avala. Aunque no todo le está saliendo a favor en su arranque como blanquivioleta, Pacheta es, sin duda, la luz que guía a un barco que llevaba mucho tiempo a la deriva. En otras palabras, en comparación a Sergio González, Pacheta es el mismísimo Pep Guardiola para los vallisoletanos.
El coronavirus, primer rival de la temporada
En añadido al esperpento futbolístico a nivel de juego, la pasada temporada la plantilla del Valladolid sufrió una sucesión de bajas decisivas debido a continuas lesiones musculares y hasta tres brotes de Covid-19 entre los jugadores blanquivioletas. Meses después, la cosa no ha cambiado. De hecho, en esta ocasión, ha pegado más fuerte que nunca.
Con un primer positivo de Rubén Alcaraz (ya recuperado), ya han sido hasta 10 jugadores los que han tenido que abandonar los entrenamientos de pretemporada tras dar positivo en coronavirus. La pretemporada del Valladolid, organizada a nivel local y sin gira internacional, se ha visto truncada por la pandemia, y, posteriormente al amistoso en Tordesillas (1-9), los encuentros contra Unionistas y la Ponferradina se han visto suspendidos. Pacheta se ha visto obligado a enfrentarse a este primer bache, más grave de lo que parece a nivel físico y preparatorio, pero se espera que se pueda llevar a cabo la pretemporada con normalidad lo antes posible.
‘Overbooking’ en el vestuario
No hace falta tener conocimientos epidemiológicos para asegurar que, cuantas más personas se vean expuestas al virus, mayor va a ser el brote. Quizá no haya sido un factor determinante, pero cabe destacar que la plantilla del Pucela está compuesta, a día de hoy, por 35 jugadores. Desde su llegada, Fran Sánchez y la nueva dirección deportiva se han encontrado con el legado fructuoso del recién despedido director deportivo, Miguel Ángel Gómez, con la vuelta de numerosos jugadores cedidos y con la subida de varios canteranos del filial al primer equipo. Por ello, se ha llevado a cabo una operación salida que ha tenido efecto en las salidas de Alende, Villarasa, Waldo Rubio y en la rescisión de contrato del capitán, Míchel Herrero, reciente fichaje del Tenerife.
Para empezar a realizar nuevas incorporaciones a la plantilla, se espera que se de salida a, como mínimo, diez jugadores antes de la segunda semana de agosto. De hecho, con el regreso de Aleix García al Girona, el Valladolid es ahora el único equipo de Segunda División que no ha realizado ni un fichaje desde que comenzó el mercado. Aunque se espera que lleguen nuevos jugadores a Zorrilla, como la vuelta del canterano y vallisoletano Iván Alejo desde el Cádiz o el posible y sorprendente fichaje del argelino Sofiane Feghouli desde el Galatasaray, la afición confía en que, convenciendo a jugadores claves para el ascenso como Marcos André u Olaza (con muchas «novias» en el mercado) se puede mantener una plantilla que podría haber brillado la temporada pasada en Primera, pero se espera que valga para regresar esta misma temporada a la máxima categoría del fútbol español.
En contraste al continuo movimiento de mercado de equipos como el Eibar, que se ha convertido en el Dream Team de Segunda, Fran Sánchez y su equipo deportivo llevarán a cabo las salidas necesarias en la próxima semana y se negociarán subidas de sueldo con aquellos jugadores que quieran abandonar la entidad presidida por Ronaldo Nazario. El propio brasileño espera recuperar la confianza de la afición con un nuevo comienzo. Un borrón y cuenta nueva que sirva a los pucelanos para volver a sentir la pasión por sus colores en su regreso al Estadio José Zorrilla, y, quién sabe, llevar a cabo la promesa de Ronaldo de alzar al club a la cumbre de las competiciones europeas dentro de, aproximadamente, cinco años. Esas grandes aspiraciones pasan por esta nueva temporada en Segunda División, y que esta sirva de raíz de un proyecto para devolver al club a su merecido lugar en la historia.
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