Amorebieta, creer para crecer
Reza un proverbio árabe que la humildad es el hilo con el que se encadena la gloria. Conocer las limitaciones de uno mismo e ir creciendo en base a ellas, bajo los férreos principios de trabajo, esfuerzo y sacrificio, para triunfar en un convulso mundo llamado fútbol donde el poder económico emerge como la principal fuerza motriz. Pero ,por fortuna, en este deporte siempre existe un resquicio de esperanza para el fútbol modesto. Una oportunidad para la reivindicación de la humildad ante el poder, en el camino hacia la gloria que todos ansían, pero solo consiguen unos pocos dichosos. La pequeña localidad vizcaína de Amorebieta tocó el cielo la mágica noche del pasado 23 de mayo, cuando su equipo se impuso a todo un coloso de la categoría de bronce como el CD Badajoz ante la incredulidad de todo un país. Aquella noche, la SD Amorebieta cerró el capítulo más importante de sus noventa y cinco años de historia, para comenzar a escribir sus primeras líneas en el fútbol profesional. Al menos durante una temporada, la liga donde todo es posible será su nuevo hogar.
Adaptarse a la nueva realidad
En Amorebieta se respira ilusión. Poco menos de 19.500 habitantes que conviven en el pequeño municipio vizcaíno presenciarán una temporada de ensueño que difícilmente podrán borrar de su memoria. Aunque la andadura del equipo zornotzarra en la categoría de plata no promete ser fácil. El nivel de exigencia es máximo y el grado de competitividad trasciende a cotas inimaginables en una liga donde partirá de inicio con la vitola de ‘underdog’. En términos económicos, las diferencias son insalvables. La SD Amorebieta afrontará la temporada con un escaso presupuesto provisional de 6’4 millones de euros que le coloca como uno de los más bajos de la categoría. Precisamente, la falta de efectivo estuvo a punto de costarle su presencia en la categoría de plata, con el sueño de todo un pueblo pendiendo de un hilo. Pero nada consiguió imponerse en el camino de la SD Amorebieta hacia el fútbol profesional, aunque, para cumplir con la normativa de la Liga, se vieron obligados a cambiar de feudo.
Urritxe no podrá acompañar al equipo en su nueva aventura en Segunda División. Las buenas relaciones con el Athletic Club de Bilbao posibilitaron la emigración de los los azules a Lezama. El campo de entrenamiento donde suelen disputar sus partidos el equipo femenino y el filial rojiblanco será la nueva casa de la SD Amorebieta durante esta temporada. Urritxe podrá contemplar orgulloso desde la distancia como el equipo que vio crecer llevará el nombre de Amorebieta a lo más alto del fútbol español. Adaptarse a la nueva realidad. Esa es la premisa que seguirá este modesto equipo vizcaíno de cara a su debut en el fútbol profesional. Evolucionar para asegurar la supervivencia.
Los héroes del pueblo
La mejor noticia de la SD Amorebieta en su ascenso a la categoría de plata fue, sin duda, la continuidad de Iñigo Vélez de Mendizábal. El técnico vitoriano es uno de los grandes artífices del ascenso, un ídolo de la afición ‘zornotzarra’. Ahora, afronta su cuarta temporada al frente del Amorebieta, donde tendrá la difícil tarea de conseguir la permanencia en la categoría de plata. El camino será tortuoso, pero la ilusión y la esperanza se presentan como sus grandes aliados. Convertir lo que debería ser un paso fugaz en un lugar donde consolidarse y seguir creciendo. Ese es el gran cometido de Iñigo Vélez de Mendizábal en Segunda División. Para ello, contará con la ayuda de los héroes del ascenso. Aquellos futbolistas que consiguieron situar el nombre de Amorebieta en el mapa a través de un balón. La dirección deportiva, liderada por Asier Goiria, trabajó incansablemente durante el mercado de verano para mantener el bloque, y conservar la columna vertebral del equipo que tan buenos resultados dio la temporada anterior. Aunque también centraron sus esfuerzos en la llegada de nuevas piezas, para completar el engranaje que impulse al Amorebieta a lo más alto de la tabla. El club ‘zornotzarra’, al igual que el Athletic Club de Bilbao, también se rige por los principios de una filosofía basada en jugadores oriundos de Euskal Herria. El motivo es claro. Preservar la esencia de equipo cercano y familiar.
Empezando por la portería, desembarca desde la UD Logroñés Roberto Santamaría. El veterano guardameta navarro llega para aportar su experiencia al vestuario y aumentar la competencia bajo palos. Su compañero de equipo la temporada pasada, Lander Olaetxea, también se suma al ambicioso proyecto del Amorebieta, para ofrecer una alternativa más a su entrenador en la medular ‘zornotzarra’. Desde el CE Sabadell, otro recién descendido, también llegan a pares. Josu Oizkodi reforzará el lateral zurdo, mientras que Gorka Guruzeta aportará los goles. En Amorebieta el delantero tratará de reencontrarse con su mejor versión, para volver a ser ese atacante prolífico que comenzó a despuntar en la cantera del Athletic. Otro futbolista formado en Lezama que llega al Amorebieta es Óscar Gil. El ex del Racing de Santander actúa principalmente como central, aunque también se desenvuelve en la posición de centrocampista. El debut en el fútbol profesional también vendrá acompañado del regreso de tres futbolistas que formaron parte del plantel ‘zornotzarra’ en el pasado, y que ahora vuelven para vivir esta temporada histórica. El defensor Oier Luengo retorna desde el Bilbao Athletic al equipo que le vio nacer y crecer como profesional. Salió de Urritxe a una edad muy temprada, y ahora regresa como un central más experimentado para comandar el eje de la zaga. Iker Amorrortu sólo jugó en el Amorebieta durante una temporada, fue en la 2019/20. Tan solo un año le bastó para dejar su huella en el club vizcaíno. Aquella temporada coincidió con Markel Lozano, otro que emprende el viaje de vuelta. La pausa y el temple del bilbaíno resultarán determinantes en la creación del juego.
En la medular estará acompañado por Álvaro Peña, un talentoso centrocampista con gran experiencia en la categoría que llega procedente del Albacete Balompié, aunque la temporada pasada jugó cedido en el CD Mirandés, donde tuvo un protagonismo destacado. Pero, sin lugar a dudas, el fichaje de relumbrón fue Mikel San José. Un pivote defensivo rocoso y de gran envergadura que también puede jugar como central en una defensa de tres. El navarro fue una pieza fundamental del Athletic Club durante más de una década. Entre los aficionados será recordado por aquel gol antológico en la final de la Supercopa de España ante el FC Barcelona, que a la postre acabaría dándole el título a los leones. Sus grandes actuaciones como rojiblanco le valieron para formar parte de la convocatoria de Vicente del Bosque en la Eurocopa de 2o16. Un lustro después, llega a Amorebieta para poner su experiencia al servicio del equipo, y ayudar al equipo ‘zornotzarra’ a lograr su objetivo. En las quinielas partirán en posiciones de descenso, aunque este Amorebieta viene a romper todo tipo de pronósticos. Y viene al lugar adecuado para ello. Si hay una competición donde todo es posible, esa es sin duda la segunda división española.
El comienzo de una nueva vida
Con la nueva temporada de LaLiga Smartbank ya en marcha, ahora la SD Amorebieta deberá comenzar a trazar su plan para la nueva temporada; lograr el objetivo de la permanencia o, al menos, sentar las bases de un proyecto basado en la profesionalidad que pueda seguir desarrollándose en torno a una línea continuista. Aunque, tras lo visto en pretemporada, podemos asegurar que el Amorebieta no será un hueso fácil de roer. El arranque no fue nada fácil. Tres derrotas y dos derrotas en cinco partidos disputados confirmaron un inicio desastroso. Tuvimos que esperar hasta el partido contra el Calahorra riojano para ver el primer triunfo del Amorebieta como equipo profesional. Los dos encuentros restantes se saldaron con una victoria contra el Eibar y un empate ante el Valladolid. El equipo selló la pretemporada con una buena nota. Los resultados no fueron los esperados, pero el progreso invitó a la ilusión.
El método implantado por Iñigo Vélez de Mendizábal es de sobra conocido, pero sigue siendo igual de resolutivo. Bajo el clásico 5-3-2, el Amorebieta se mostró como un equipo bien estructurado atrás, que avanza metros en forma de contraataque mediante balones largos y transiciones rápidas. Las bandas juegan un papel fundamental. Los centros al área buscando el remate se presentan como una de sus mejores bazas en ataque, mientras que la presión a la salida de balón también aporta un plus. La mayor deficiencia de este equipo es sin duda la falta de puntería. Transmite la sensación de necesitar demasiadas ocasiones para ver puerta. Por ello, la línea de cinco será crucial para rentabilizar cada gol marcado. La mejor definición de que el mejor ataque es una buena defensa. Iñigo Vélez de Mendizábal tendrá tiempo a lo largo de la temporada para pulir estos detalles y mejorar el rendimiento del equipo. Ahora, desde Amorebieta deben disfrutar de la nueva experiencia y sacar el mayor rédito posible. Nadie ha dicho que será una campaña fácil. Tan solo hace falta creer. Lo demás llegará sólo.
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