Jonathan Viera, bomba de ilusión
No es el Día de Reyes, pero los niños sonríen. Un regalo esperado pero que ya está aquí. Las navidades se adelantaron y la isla de Gran Canaria tiene el regreso del hijo pródigo: Jonathan Viera vuelve a vestir de amarillo y azul.
La llegada de Jonathan Viera significa muchísimas cosas. El de La Feria fue de los primeros en salir de la camada de canteranos que tocaron la primera plantilla en 2010. Vitolo, Juanpe o Vicente Gómez son otros que formaban parte de esos futbolistas que marcaron el comienzo de una nueva etapa en el equipo amarillo. No escondió su calidad y rápidamente puso rumbo a Valencia, donde dejó también muestras, pero donde no tuvo demasiado éxito en el equipo del Turia.
El regreso del hijo pródigo
Tras un periplo en Vallecas y Bélgica, regresó a la isla de Gran Canaria en 2014. Debía una a la afición, y se lo dio. El mazazo de la anterior campaña ante el Córdoba se recuperó con el ansiado ascenso ante el Real Zaragoza después de 13 temporadas. No fue de otra forma: Jonathan Viera fue figura clave y fundamental en el esquema de Paco Herrera. Tras tres temporadas en Primera vistiendo los colores amarillos, a las órdenes principalmente de Quique Setién, puso rumbo a China donde destacó en la capital del país asiático. Tuvo un efímero regreso al equipo canario antes de marchar nuevamente en 2019.
Pero, por cuarta vez, está aquí. Y hay Viera para rato. El futbolista firma por cinco temporadas. Sus palabras, contundentes indican por dónde van los tiros: “les debo una”, dijo durante su presentación. Y es que la entidad insular no sólo ha vuelto a ganar un futbolista de cualidades mayúsculas. En él hay calidad, sí. Desbordante de técnica, quizá el mejor de la categoría. Sus marchas en Las Palmas siempre han sido duras y los amarillos han pasado penurias, porque, por mucho que se busque, es imposible encontrar otro jugador como él, no hay alternativa. Pero es que, además, la llegada de Viera supone una inyección de ilusión a la plantilla y a la afición.
Viera: ilusión desbordante
La Unión Deportiva Las Palmas depende de Jonathan Viera en la medida en que el de La Feria coadyuva a los demás en creer en una idea, el móvil del estado anímico. Con Jonathan Viera debe ser aún más latente que Las Palmas tiene una identidad, que surge inherente al colectivo. Y eso se ve en el terreno de juego, y en la grada. Es probable que no haya habido futbolista que haya generado más ilusión en la isla que Jonathan Viera. Quizá sea la guinda que necesitaba el equipo amarillo en todos sus estamentos para esta temporada, y con la que coge el ascensor que lo lleva a aspirar a cotas altas.
Jonathan Viera va a ser el que lleve la batuta, Las Palmas bailará a su son y los niños sonreirán. Porque a los niños les gusta la magia. Hace que parezca fácil lo difícil, y tener esa capacidad está en los pies de muy pocos. El fútbol de Jonathan Viera es el fútbol de la calle. El fútbol del barrio. El fútbol de la gente. Una idea con la que las personas se siente identificadas.
Y quizá eso también sea la magia: una vez, en un lugar del Atlántico, había un niño que jugaba al fútbol mejor que nadie. Marchó lejos y cuando volvió, tuvo la capacidad de levantar a una isla triste entera, volverla loca de alegría, y de hacerlos feliz incluso en las épocas más oscuras. Disfrutemos mientras dure. Y demos gracias de que estamos vivos para contarlo.
Pero a él no hace falta llamarle Mago. ‘Jonathan Viera mago’ es un pleonasmo.
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