El año de la consagración malaguista

El comienzo de una nueva temporada siempre ofrece a los equipos la posibilidad de empezar desde cero. De aprender de errores pasados, sentar las bases de un proyecto sólido, y dar rienda suelta a la aspiración de soñar con cotas más elevadas. Esta temporada, el espejismo ilusorio del mercado veraniego va camino de convertirse en la realidad del Málaga CF. José Alberto y sus jugadores han sabido plasmar las ideas de una utopía blanquiazul sobre el terreno de juego mediante escuadra y cartabón, que antes solo existían en la imaginación del aficionado boquerón. Aún es pronto para realizar presagios y suposiciones, pero es innegable que el arranque de temporada del cuadro andaluz ha sido prometedor. Podríamos estar ante el año de la consagración malaguista.
La mano de José Alberto
El técnico asturiano fue una clara apuesta de la dirección deportiva para encabezar el navío blanquiazul. Llegó con la premisa de convertir al Málaga en un equipo ganador, capaz de luchar por asentarse en la zona noble de la tabla clasificatoria. Pero el comienzo no fue nada fácil. Los empates cosechados ante el Mirandés en casa, y el Ibiza en tierras baleares, agriaron las dos primeras jornadas de competición para los intereses malaguistas. El equipo generaba muchas dudas, viéndose superado por el rival en numerosas ocasiones, mientras afloraban las carencias en ataque donde la realización de un esfuerzo sobrehumano no aseguraba ver portería. Las raíces del efecto José Alberto brotaban tímidamente, pero los escasos goles marcados no servían para contrarrestar la debilidad de una defensa que concedía demasiadas oportunidades. La victoria por la mínima ante un tocado Alcorcón supuso la aparición de una fina cortina de esperanza en la parroquia malaguista. Un disparo de larga distancia obra de Escassi ,con más corazón que cabeza, inauguró el casillero de victorias para los andaluces y, con ello, volvió a dibujar la sonrisa en el rostro de una afición que veía como el método del preparador asturiano comenzaba a carburar.
La derrota en el Estadio de los Juegos Mediterráneos por dos a cero ante el siempre temible Almería amenazaba con devolver la incertidumbre al equipo, pero la victoria en la jornada cinco ante un hueso duro de roer como el Girona FC se encargó de disipar todo tipo de interrogantes. Una auténtica exhibición de fútbol, donde la verticalidad en ataque, las transiciones eléctricas en zona ofensiva, y una defensa sólida, contundente, pero sobre todo bien plantada sobre el terreno de juego, emergieron como las armas potenciales de un equipo que comienza a sembrar el pánico en los campos de LaLiga Smartbank. El camino no será fácil. En el horizonte se divisan dos ‘cocos’ de la categoría como la sorprendente Ponferradina de Bolo y el renacido Sporting de Gallego, pero la afición boquerona puede estar tranquila. Con José Alberto al frente del equipo, el Málaga CF está en buenas manos.
Una resistencia inexpugnable
La defensa es, seguramente, el mayor bastión que sustenta el momento dulce vivido por el equipo malaguista en estas cinco primeras jornadas de liga. La Rosaleda es un fortín y el equipo andaluz ha mejorado sobradamente sus registros como local respecto a la temporada pasada. No parece casualidad que el Málaga CF sea, junto al CD Tenerife de Ramis, el único equipo de la categoría de plata que aún no ha encajado como local. La muralla blanquiazul ha concedido cuarenta y ocho tiros en lo que llevamos de temporada, de los cuales tan solo trece han alcanzado los tres palos. Cifras nada desdeñables para un equipo que ha encontrado en su defensa la parcela donde comenzar a cimentar el crecimiento de su juego. José Alberto ha sabido exprimir las cualidades de sus futbolistas al máximo y ha encontrado ,en tres miembros de la plantilla, a los auténticos líderes de la zaga boquerona.
La pareja de centrales , Juande y Peybernes, ofrece una seguridad atrás que no se conoce en Martiricos desde tiempos de antaño. El canterano ha dado el paso al frente que se le pedía, mientras que el francés ha logrado dejar atrás los fantasmas del pasado, para convertirse en ese central imperial y poderoso que Manolo Gaspar vio en él cuando decidió abordar su fichaje. El último pilar de este tridente de ensueño es Alberto Escassi, el motor del equipo. El ’23’ es una pieza fundamental en los esquemas del técnico asturiano. Corta, recibe y distribuye. Escassi realiza una labor vital en las transiciones de juego y siempre se ofrece a sus compañeros como una opción segura de pase. Entre los tres futbolistas, suman sesenta balones recuperados en estas cinco primeras jornadas de La Liga Smartbank. En el juego aéreo también son auténticos especialistas. Los duelos de altura que han ganado de forma conjunta, han convertido al Málaga CF en un equipo solvente en tareas defensivas a balón parado. Una resistencia inexpugnable. Ya lo avisó el estratega y filósofo chino, Sun Tzu, allá por el siglo V a.C.: «el mejor ataque es una buena defensa».
Kevin y Paulino: el dúo demoledor
La prolífica cantera blanquiazul es uno de los grandes estandartes de la entidad. Desde la temporada 2018-19 hasta la 2020-21, hasta veintidós canteranos debutaron con la elástica boquerona. Muchos de ellos han tenido un paso efímero por La Rosaleda, y otros bienaventurados han conseguido hacerse con un hueco en el primer equipo. La última perla de la fábrica malaguista es Kevin Villodres. Tras encandilar a José Alberto con sus magníficas actuaciones en pretemporada, el de La Trinidad irrumpió con fuerza en el club de sus amores, y no tardó en convertirse en el dueño y señor de la banda izquierda a su corta edad. En su debut contra el Mirandés ya dejó claro que había llegado para quedarse. Desparpajo, atrevimiento, descaro, ambición y mucha personalidad. Fintas de fantasía, cambios de ritmo endiablados. Recital de gambeteos y filigranas al alcance de los mejores ilusionistas. Capaz de levantar a la grada con tan solo un certero giro de tobillo. Un extremo habilidoso y vertical. Un virtuoso con el balón en los pies. Un futbolista de los que se encuentran a cuentagotas. Y cuando se asocia con un compañero de lujo como Paulino, saltan chispas. El aficionado malaguista se teletransporta de regreso a su niñez para volver a creer en el poder indescifrable de la magia. Diversos rincones del territorio nacional ya comienzan a presenciar la fuerza combinatoria de este dúo demoledor. El partido contra el Girona FC culminó con una actuación brillante de estos dos extremos juguetones. Un pase trazado por Kevin hacia Paulino acabó con un disparo lejano del santanderino en forma de parábola celestial, ante el que poco pudo hacer el portero visitante. El segundo gol del Málaga demostró que el ex del Logroñés no es solo un futbolista con clase, sino un luchador nato, dotado de gran coraje y corazón.

Foto: Málaga Hoy
Paulino de la Fuente aterrizó en Martiricos desde La Rioja para ser el abanderado del equipo blanquiazul. Manolo Gaspar actuó rápido para sumar al santanderino al Málaga, siendo un gran conocedor de las excelsas cualidades que demostró en las filas de la UD Logroñés. La temporada pasada fue el quinto futbolista de La Liga Smartbank que más regates realizó con hasta ciento quince maniobras. Esparció pequeñas dosis de la notable calidad que atesora a lo largo de la banda derecha de Las Gaunas, pero transmitía la sensación de que aún podía explotar para convertirse en un futbolista más influyente aún, capaz de liderar el juego de su equipo. La andadura de Paulino en la Costa del Sol no comenzó con paso firme. Desaparecido, desorientado, sin rumbo fijo. Enquistado en la banda derecha, el cántabro no conseguía entrar en consonancia con el esquema propuesto por José Alberto. Con el paso de las jornadas, Paulino de la Fuente comenzó a experimentar un crecimiento exponencial y no tardó en convertirse en el nuevo ídolo de la afición malaguista. Su exhibición contra el Girona pasará a formar parte de los anales de la historia blanquiazul. Con mentón erguido y zancada elegante, el canterano del Deportivo Alavés se ha convertido en un maestro del regate y en un talentoso creador de fútbol. Partiendo de banda es peligroso, y desde la posición de enganche, letal. Una gozada verle jugar. Un tormento para el equipo contrario, un privilegio para el espectador neutral. Kevin y Paulino, Paulino y Kevin. Siéntense y disfruten de la pareja de moda del fútbol español.
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