Lega, levántate y anda

¿Saben de aquel pasaje de la Biblia en el que Jesús resucita a Lázaro? «Levántate y anda», le grita. Algo parecido necesita el Leganés. No en el sentido estricto. No necesita un milagro. Pero sí necesita que le devuelvan a la vida. Necesita cambios. Reacción. Ganar. Debe competir entre los mejores. El Leganés necesita resucitar.
La derrota en Butarque frente al Valladolid (0-2) simbolizó un nuevo descalabro de los pepineros, que no encuentran la regularidad y se hunden en el descenso con 9 puntos. Situación crítica y malas sensaciones. Todo ello, reflejado en la sonora pitada de gran parte de la grada al final del partido.
Asier y una preocupación justificada
Su entrenador, Asier Garitano, se mostraba preocupado por los goles encajados en la rueda de prensa posterior al encuentro.
«Tenemos que ser mucho más fuertes defensivamente. Si haces el análisis de cómo han llegado los goles, hay que trabajarlo porque es difícil conseguir así cualquier objetivo”
El técnico de Bergara sigue viendo déficits en su equipo. El más clave: la intensidad. Sobre todo defensivamente, el Leganés está teniendo serios problemas en los duelos individuales (véanse los goles de Sergio León y Weissman). O, al menos, así reflejan los datos. Basándose en SofaScore -portal de estadísticas-, los pepineros han estado muy por debajo de los duelos individuales ganados por su rival, con un parcial negativo de 296-263 en los últimos cinco encuentros. Siguiendo el mismo baremo, también han perdido un gran número de balones aéreos, los cuales han provocado numerosos goles en contra. El balance sigue siendo negativo. En esta ocasión: 111-89.
Los datos no quedan ahí. Otro déficit es la cantidad de pérdidas de balón, siendo muchas de ellas contraataques que acaban en gol. Un aspecto del juego que el mismo Asier señaló como «vital para competir». 789 pérdidas de balón; una media aproximada de 158 balones perdidos en los últimos cinco partidos.
Sin alma ni capacidad de reacción
Además, para más inri, el Leganés está falto de heroicidad. Capacidad de reacción, para ser más exactos. El dilema de las áreas. Sólo ha conseguido remontar un partido en toda la temporada, que fue la victoria en Miranda de Ebro por 1-2. Al hilo de esto, los pepineros no están consiguiendo defender el resultado en los últimos partidos. Ante el Lugo y el Fuenlabrada se adelantaron primero en el marcador, pero rápidamente recibieron un gol en contra. Falta de concentración.
Las situaciones que se están dando en el campo, no reflejan los estándares de Garitano, caracterizados por una solidez defensiva, intensidad y concentración palpable. Sacrificio y ayudas. Valores «innegociables», como siempre comenta en rueda de prensa.
Tres piedras que taponan el objetivo del Leganés
La necesidad exige una reacción. Una muestra para creer. Es innegable el trabajo del cuerpo técnico. Pero se percibe una falta de reacción ante la situación. O así lo exige la grada, que mostró su enfado con una sonora pitada al final del encuentro. Incluso los pitos se escucharon antes del inicio del partido. Sin embargo, la mente del técnico vasco es firme ante su continuidad.
«Yo voy a seguir en la misma línea. Nadie me va a cambiar porque eso sí lo elijo yo”
Y no tiene porqué haber cambios en el banquillo. La directiva confía en él. En quién si no. Aunque no es momento de señalar culpables. Básicamente porque todos tienen culpa. El CD Leganés es un equipo de fútbol. Y si las cosas van mal, la culpa va desde el primer al último bastión. Porque las cosas pueden ir mal. No todo es de color de rosa y no todo es en línea ascendente como pasó desde el año 2014.
En el camino existen baches. Y aquellos que no estén dispuestos a sufrir, no reflejan el laurel. Porque el laurel es sacrificio. El laurel es sangrar y jugar con un vendaje en la cabeza como simbolizaron Mantovani y Bustinza. Eso es el Leganés. Y, ahora, lo que toca es redirigir el barco. Con todos, marineros y capitanes. Incluida la afición. Unión y motor del equipo. Más que nunca, la plantilla y el cuerpo técnico necesitan el aliento de los suyos. Siempre fueron de la mano equipo y afición. Una unión que podría romperse del todo.
La resurrección o la muerte. Dos visiones que andarán revoloteando al Leganés esta semana. El miércoles, Alcorcón será el inicio. Tres días después, el Tenerife visitará Butarque. Dos encuentros que van a medir la reacción del Leganés. Ahora o nunca. Es el momento de dar un golpe encima de la mesa y quitarse las malas sensaciones. Todo alivia con tres puntos. Porque los pepineros se merecen volver a sonreír después de ver un partido de su equipo. Así que: «Lega, levántate y anda».
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