Oviedo y Sporting, hay vida tras el derbi

De las 42 jornadas que presenta la liga Smartbank, siempre hay dos marcadas en rojo en el calendario de las aficiones del Real Oviedo y Real Sporting. Tras superar el primer envite del derbi asturiano, ambos deben volver a la realidad y seguir su camino. Aunque el partido acabó en empate, la situación clasificatoria es muy distinta. Mientras el Sporting se encuentra luchando por el liderato, el Oviedo va cayendo posiciones jornada tras jornada.
Real Sporting, un problema llamado efectividad
El equipo rojiblanco, tras siete jornadas en los puestos de ascenso directo, vio como Eibar y Almería le adelantaban por la izquierda tras su tropiezo en Cartagena. En sus dos últimos encuentros, ha pasado apuros para materializar sus ocasiones. Ya frente al Alcorcón se pudo ver esa falta de acierto. El Sporting disparó en diecinueve ocasiones, nueve de ellas a puerta. Aitor García, el Puma y Djuka gozaron de ocasiones claras para adelantarse, pero se toparon con un gran Dani Jiménez que lo paró absolutamente todo. El premio a la insistencia llegó en los compases finales y, con algo de suerte, Djuka anotó para dar los tres puntos.
Podía parecer que eso fue algo puntual, pero en Cartagonova, a pesar de que el encuentro estuvo mucho más igualado, ocurrió algo similar. Los de Gallego se encontraron con la madera hasta en tres ocasiones. Esta vez, lo pagaron, porque el Cartagena, que también tuvo las suyas, sí fue capaz de anotar. Djuka, el Puma y Villalba fueron los que estrellaron sus remates en el larguero.
Este fenómeno comienza a verse reflejado en las estadísticas. El Sporting es uno de los equipos que más disparos realiza por encuentro (una media de 10 por partido). Si lo comparamos con otros equipos que tienen un registro similar, como son el Eibar y Almería, vemos que los asturianos anotan muchos menos goles (14, por los 17 de los armeros y 21 de los indálicos).
No es el único problema que tiene Gallego encima de la mesa. Al Sporting le cuesta ante equipos que ceden el protagonismo. A pesar de que el equipo está cómodo con el balón, en ocasiones sufre cuando tiene que encontrar espacios en la zona de ¾ y su juego acaba siendo plano. Se vio en el partido frente al Amorebieta o el Real Oviedo, equipos que defienden en bloque bajo y que conceden pocos espacios. La posición de Villalba es clave para resolver este problema. En algunos momentos, el técnico catalán apuesta por colocarle en la banda izquierda para que se meta hacia dentro, siempre con total libertad, pero lo cierto es que cuando juega por el centro, el equipo rompe líneas con mayor facilidad. La mejora el día del derbi viene por esta situación. Con el talento del joven mediapunta es mucho más fácil conectar con Djuka y el resto de atacantes.
Fiel a su estilo, siempre busca sacar el balón jugado, pero cuando le presionan arriba muestra las dificultades que tienen para hacerlo. Los centrales no encuentran líneas de pase. En esas situaciones, necesitan la ayuda de Pedro Díaz o Gragera, para que retrasen su posición y le den luz a la salida. Sobre todo el primero, es capital en esta tarea.
Real Oviedo, un quiero y no puedo
El conjunto carbayón es el segundo equipo con más empates de la categoría (7), solo superado por el Real Zaragoza (8). La dinámica preocupa, la última victoria fue hace más de 40 días.
Si no ganas, empata. El Oviedo se agarra al tópico con todas sus fuerzas. Éste, por muy típico que sea, no deja de ser cierto. En una división tan igualada como la Segunda, cualquier punto es oro. Los carbayones lo saben bien. No hace mucho, se quedaron a las puertas de disputar los playoffs por el golaverage. Seguro que por la mente de muchos oviedistas concurría el pensamiento de “y si aquel día no llegamos a perder en el 90…”
La cantidad de empates del club azul es un arma de doble filo que, como todo en esta vida, dependerá de cómo se mire. Los defensores y detractores de Ziganda se acogen a las estadísticas para analizar la labor del técnico navarro. Los más optimistas, los que ven el vaso medio lleno, argumentan que el equipo asturiano es muy difícil de batir. Prueba de ello es que solo sucumbió ante el actual líder de la categoría: la UD Almería y ante el Burgos el pasado jueves.
También aparece otra perspectiva, la negativa. El Oviedo solo ha logrado ganar dos partidos hasta la fecha, y ese es el principal factor que defiende una gran parte de la afición para no estar del todo contenta con su equipo y su entrenador. Esta situación no es nueva. De hecho, desde la llegada del técnico navarro es bastante común. De los 68 partidos que ha dirigido al Oviedo en la competición doméstica, 30 acabaron en igualada, lo que significa casi la mitad de los partidos (44,11%).
La afición del Real Oviedo en el derbi asturianoEl club asturiano necesita dar un paso al frente y comenzar a lograr más victorias. El objetivo, ambicioso, es estar en la lucha por entrar en los playoffs. Actualmente, se encuentran en la zona media baja de la tabla (15º con 13 puntos). A medida que avanzan las jornadas la situación se vuelve más delicada. El ritmo de puntos es insuficiente para encarar la recta final con opciones reales de luchar por estar entre los seis primeros. De hecho, de seguir así podrían pasar apuros para lograr la permanencia. Tienen como tarea pendiente mejorar en el Carlos Tartiere, donde solo han logrado una victoria en seis encuentros, un registro muy pobre. Aunque con ambientes como el del derbi, será difícil que el Oviedo no logre más victorias.
No solo el club como institución debe dar un paso al frente, sino también muchos jugadores por los que han hecho una apuesta importante en verano. El partido del pasado jueves ante el Burgos lo demuestra. Exceptuando la defensa y Borja Bastón, el resto de recién llegados deben ponerse las pilas. Jugadores como Montiel y Pombo no pueden vivir de destellos, deben ser regulares y aportar habitualmente al equipo. Si Ziganda logra sacarles provecho, muchos de sus problemas estarán resueltos.
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