Asier Garitano, Juicio Final

Existen personalidades que reflejan figuras representativas. Iconos inequívocos que lo son para un club concreto. Asier Garitano y el CD Leganés tienen una historia en común que les convierte en inseparables. Pero ello no les condena a mantener sus caminos siempre unidos.
Porque además, ya se separaron. No sería la primera vez, no. Ya ocurrió, porque cuando las cosas no van bien a veces no queda otra que romper con todo. Incluso con relaciones que parecen eternas. O que lo son.
Una vuelta para enderezar el camino
Lo bueno es que, como ocurre con la familia, siempre se está cuando vienen mal dadas. O casi siempre. Así que Asier acudió a la llamada de socorro la pasada temporada. El objetivo era el ascenso y estaba lejos. El técnico terminó llevando al equipo a la tercera plaza y por tanto al play-off. Pero en la lotería de las eliminatorias salió cruz.
Al borde del éxito, así finalizó el primer intento. El reto se volvía más difícil todavía. Porque ascender tras el descenso es aprovechar el impulso, pero sin hacerlo más que un impulso figura una losa que hunde cualquier esfuerzo. Por tanto, Asier logró enderezar el rumbo aunque no lo suficiente para llegar al destino.
La losa conduce al Juicio Final
Y esa losa, pesada y obstinada, merma el camino del Lega esta temporada. Es una rémora que imposibilita competir a un equipo debilitado, aunque con piezas de sobra para mirar a las alturas. Así, los pepineros se hunden cada vez más de tal manera que ni tan siquiera el mito Garitano encuentra solución. El bloqueo es total.
Hoy, en Almería, Asier se enfrenta al Juicio Final. Una derrota puede condenar al técnico y al Leganés a volver a separar sus caminos. Unos senderos unidos para siempre aunque susceptibles de transformarse en un laberinto. Que sea lo que el destino tenga reservado para una historia imborrable.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.