JIM frente al espejo

Entre el frio y los cánticos del Plantío, Juan Ignacio Martínez vio al Real Zaragoza y en el reflejo, por fin, se vio a sí mismo. Mucho y bien habíamos hablado del juego del equipo maño en este comienzo de temporada y mucho y mal habíamos hablado de sus resultados. El mercado estival había traído nuevas caras y consigo una nueva idea de juego. Un método más vistoso, más dominante, pero los números no engañan, también menos efectivo.
El regreso al pragmatismo de JIM
Si algo destacó de aquel milagroso rescate de JIM al Real Zaragoza fue el pragmatismo. El entrenador alicantino convirtió a un equipo endeble en defensa en una muralla difícil de superar y simplificó las ideas en ataque en favor de las transiciones. Aquella fórmula significó el despertar de una plantilla que vagaba sin mucho ánimo por la Segunda División con dirección hacia un destino fatal para la supervivencia del club.
Con los muebles ya salvados, JIM decidió hacer otra apuesta para esta temporada. El nivel defensivo seguía siendo prioritario, pero está vez el balón también tendría su dosis de protagonismo. El equipo generaba y generaba, pero chocó con un muro. El gol no llegaba con la fluidez requerida y los empates se encadenaban uno tras otro. El equipo necesitaba hacer tanto esfuerzo para marcar un gol, que en pequeños descuidos los recibía. El futuro no era alentador. Hasta Burgos.
Un punto de inflexión en El Plantío
El del Plantío es uno de esos partidos que rompen dinámicas. Cuando las cosas no funcionan, cuando no te encuentras, casi como movimiento natural vuelves a lo que un día funcionó. La segunda parte del Real Zaragoza recordó a cualquier otra del final de temporada 20/21. Y funcionó. Racha de empates rota. No tiene esto porque sentar un precedente. Dudo que JIM renuncie a lo que propuso desde el inicio de la campaña, pero JIM y el Real Zaragoza necesitaban mirarse al espejo y recordarse sonriendo. Con menos brillantez, con viejos trucos. Pero la racha está rota, y por qué no pensar que esto puede ser el principio de algo muy bonito.
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