La redención de Borja Garcés

Redención, dícese de quien consigue la liberación. No existe mejor definición para analizar el caso de Borja Garcés, que ha vuelto a sonreír tras la llegada de Nafti después de que Garitano le pusiese la cruz.
Pocos futbolistas han dado tanto que hablar en las últimas semanas. A nadie se le escapa el nombre de Borja Garcés y su gran polémica con Asier Garitano, que ha dado la vuelta por todo el panorama nacional. Y no precisamente por su rendimiento dentro del terreno de juego, sino más bien por lo contrario. Para los más despistados, los que aun no se hayan enterado de lo que sucedió, el joven delantero acudió a la boda de su hermano el mismo día que su equipo se enfrentaba al Tenerife, sin el consentimiento ni del club ni de su entrenador por aquel entonces, Garitano.
La llegada de Nafti, una bendición
“No acepto esas situaciones absolutamente de nadie. Estemos como estemos y pase lo que pase ese chico ahora mismo, y mientras yo esté en este equipo, no volverá a vestir la camiseta del club” Estas fueron las declaraciones de Asier Garitano tras la derrota frente al Tenerife aquel sábado 23 de octubre. Y fue un hombre de palabra. En el siguiente choque del conjunto pepinero, ante el Almería, Borja Garcés no fue convocado. Por suerte para el jugador, Garitano no continuó más allá de ese partido, en el que el Lega volvió a perder y la dirección deportiva optó por su destitución. De un día para otro, la situación del delantero cambió por completo y volvió a ver la luz. La llegada de Mehdi Nafti fue como un soplo de aire fresco para él y vio como rápidamente volvió a entrar en los planes del equipo. Y es que el nuevo técnico no ha tenido reparos en darle la oportunidad. Optó por “olvidar” el polémico asunto y centrarse solo en lo estrictamente futbolístico. Y lo cierto es que le ha sentado bien tanto al equipo como al propio jugador.

Foto: Diario Marca
Desde la llegada del técnico francés, el Leganés no conoce la derrota (4/6pts) y ha conseguido poner fin a una racha de siete partidos sin ganar. Además, logró dejar la portería a cero, un registro que solo había logrado en dos ocasiones este curso. Garcés disputó algo más de 20 minutos en el empate ante el Cartagena y toda la segunda parte ante la victoria en El Alcoraz, donde además anotó un gol. Un giro de guión que no se imaginaba ni en sus mejores sueños.
El gol como punto de inflexión
Si hay algo que lo cure todo es el gol. Y más para un delantero. No hay mejor manera para conseguir el perdón de la afición y, de paso, demostrar sus grandes condiciones. Borja Garcés anotó el tanto de la tranquilidad ante el Huesca para poner fin a su polémica y que se comience a hablar de fútbol. La pasada jornada en Butarque fue pitado y Nafti le animó a que trabajase duro para revertir la situación.
El gol, más allá de servir para las estadísticas, se antoja clave para marcar un punto de inflexión en su estancia en Butarque, además de ayudar a apaciguar las aguas. E incluso, no es descabellado pensar que puede abrirle las puertas a la titularidad el próximo domingo. El Lega necesita ganar para salir del descenso, pero no lo tendrá nada fácil. Visita Butarque el Real Oviedo.
Unas expectativas aun por cumplir
Borja Garcés llegaba a Butarque como uno de los fichajes más prometedores del mercado estival. En Fuenlabrada dejó una gran impresión en su primera aventura en el fútbol profesional, aportando 7 goles en media temporada (22 partidos) y demostrando que, con confianza, puede ser un futbolista diferencial.
Por el camino dejó varias ofertas de Primera, donde había recibido el interés de equipos como el Levante, Cádiz y Rayo, pero el delantero melillense apostó por la categoría de plata para gozar de continuidad y seguir dando pasos en su carrera. Muchos equipos de la categoría de plata también pujaron por sus servicios, pero el que más fuerte apostó por su cesión fue el conjunto pepinero, que conseguía un refuerzo de lujo para la parcela ofensiva. Consciente de su potencial, su club de origen, el Atlético de Madrid, le renovó antes de irse hasta 2024.
Pero lo cierto es que, hasta el momento, no se están cumpliendo las expectativas con el joven futbolista. Tiene que ver, eso sí, la mala situación del Leganés, que no ayuda a potenciar el nivel de sus jugadores, afectando especialmente a los de corte ofensivo. Con Garitano, antes de su conflicto, no había participado mucho. Su rol era de revulsivo, disputaba los últimos minutos de los partidos buscando el gol que les hiciese sumar puntos, pero en ninguna ocasión lo logró. Solo jugó dos partidos como titular, en los que consiguió una asistencia.
Ahora, con la confianza del míster y del gol, unido a la dinámica positiva del equipo, su situación puede y debe cambiar. A mejor, claro. Las opciones del Leganés de abandonar la zona baja y acercarse a los puestos que le corresponde, pasan en gran medida por sus botas. Si Borja Garcés empieza a ser el delantero por el que se apostó, el conjunto pepinero irá hacia arriba.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.