Como si de una partida de ajedrez se tratase, los equipos siguen sus estrategias para ganar los encuentros. Aunque a veces, como el pasado domingo en Butarque, un solo jugador pueda desbaratar todo el trabajo del rival. Joan Femenías fue el héroe azul, el peón inesperado que logró evitar que la estrategia del Leganés, muy superior al Oviedo, saliese vencedora de Butarque. 

Su mejor actuación llegó en Butarque 

No se puede decir que haya sido el mejor partido del guardameta manacorí como futbolista carbayón pero, sin duda, está en el top. Femenías fue un muro contra el que se estrelló una y otra vez el Leganés de Nafti. Arnaiz en varias ocasiones, Borja Garcés, Javi Hernández y Bruno lo intentaron, pero se encontraron con un Joan superlativo. Hasta siete paradas realizó el meta para llevarse un punto a Oviedo y dejar una vez más la portería a cero.

“Feme”, como le apodan cariñosamente en el vestuario, necesitaba un partido así para redimirse. Su temporada estaba siendo discreta e incluso llegó a ser señalado por gran parte de la afición debido a varias jugadas que acabaron costando puntos. Ante el Lugo y el Éibar, no logró blocar el balón y el rechace, manso y al medio, acabó en el fondo de la red tras ser empujado por un jugador rival.

Femenías en Butarque.
Fuente: Laliga

Ziganda siempre confió en él y ahora el guardameta le está dando la razón. Con sus intervenciones, fue clave para que el conjunto azul no perdiese ni el pasado domingo ni la jornada anterior contra Las Palmas. Sigue destacando por sus grandes reflejos, faceta en la que es uno de los mejores de la categoría y, poco a poco, va puliendo sus defectos. Ha mejorado en los balones aéreos y ahora es más atrevido en las jugadas a balón parado.

Los números le avalan y, por el momento, demuestran que es uno de los mejores de la categoría. El Oviedo es uno de los equipos que menos tantos recibe (15), por lo que encaja menos de un gol por partido (0,9). Además, el meta ha conseguido dejar su portería a cero hasta en cinco ocasiones.

Un duelo regional en la portería

El pasado verano, el Oviedo se adelantó a muchos equipos para cerrar el fichaje de uno de los porteros más contrastados de la categoría de plata: Tomeu Nadal. Él y Femenías nacieron en Manacor (Mallorca) y ahora compiten por un puesto en la meta carbayona. El ex portero del Albacete, con el que consumó el descenso, llegaba con muchas papeletas de ocupar la portería azul desde el principio. La mayoría confiaban en que, gracias a su veteranía y a su nivel, lograría ganarle la batalla a Femenías, un portero mucho más joven y con menos experiencia. 

Pero nada más lejos de la realidad. Hasta la fecha van 16 jornadas disputadas y es el único jugador del primer equipo que aun no ha debutado. Ziganda ha confiado ciegamente en Femenías, por lo que Tomeu deberá seguir trabajando duro para hacerse con el puesto. Eso sí, sus primeros minutos como jugador azul están cada vez más cerca. Todo apunta a que será titular en la Copa del Rey, cuyo rival se conocerá este jueves. 

Un futuro prometedor y una renovación cada vez más cerca

Femenías fue el primer fichaje del Oviedo la temporada pasada. Llegó como apuesta personal de Arnau para reforzar la portería azul, que por aquel entonces estaba huérfana. Su fichaje prometía mucho por varios motivos. Era joven y tenía grandes capacidades, sobre todo en el apartado de reflejos. Pero llegaba con el hándicap de haber disputado tan solo seis partidos en el fútbol profesional.

El guardameta balear cayó de pie en la capital del Principado y con sus grandes actuaciones se hizo un hueco en el once titular y desde entonces nadie ha sido capaz de relegarle a la suplencia. 57 partidos después se puede decir que su fichaje fue un acierto y que, a pesar de sus altibajos, aun con 25 años, le espera un gran futuro por delante. Tal es su situación, que Rubén Reyes ya se está moviendo para renovar el contrato del guardameta, que finaliza en junio de 2022. El tiempo apremia y, como no consiga renovarle antes del 1 de enero, el guardameta podrá negociar con otros equipos.