No llores por mí, Leganés

Volver a empezar. Un frenazo a una progresión que comenzaba a ilusionar de nuevo con encontrar la mejor versión de un futbolista desequilibrante. Fede Vico se ha roto el cruzado, algo totalmente inesperado. Dicen que lo que no mata te hace más fuerte.
Un diagnóstico de impacto
Comenzaba Fede Vico a ser el motor ofensivo del Leganés de Nafti. Desde la segunda línea ofensiva dirigía las operaciones del juego pepinero. Lo hacía conjugando diferentes formas verbales representadas en la técnica, la visión de juego y la inteligencia. El fútbol del barrio, que encaja a las mil maravillas con el aficionado asiduo a Butarque.
En La Romareda, todo ello se quebró aún sin consciencia de ello. Sí, tuvo que retirarse lesionado, pero ni el más pesimista podía imaginar que el diagnóstico final sería el más temible de los posibles. Una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla que le mantendrá alejado de los terrenos de juego durante meses. Se acabó la temporada. Adiós a ese regreso paulatino del futbolista al que habíamos conocido tiempo atrás, que había desaparecido para volver a emerger.
No llores por mi, Leganés
La cuenta atrás ya ha comenzado. Serán meses duros, de recuperación y de trabajo físico y psicológico para que el regreso sea el esperado. Uno en el que el amante del fútbol pueda volver a disfrutar de un jugador vistoso, de aquellos de los que se suele decir que merece la pena pagar una entrada para verlos.
No llores por él, Leganés, porque él necesitará vuestra alegría cuando regrese para sacar todo su potencial. Te esperamos pronto, Fede. Más de lo que imaginas.
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