El CD Leganés endereza el rumbo

No ha sido el mejor año para Leganés. En ningún sentido. 2021. Azotado en lo social y en lo deportivo, disfrutando sólo de pequeños permitidos. Una de cal y otra de arena. Covid-19. Playoff. Eliminación. Descenso. Asier. Una secuencia de imágenes que recorre la mente de aquellos pepineros de fe.
Sin embargo, al sur de Madrid, la fe es lo último que se pierde. Porque el Leganés siempre ha jugado con mucha. Pero la fe hay que buscarla sin quitarle la cara al miedo. Se convive y se lucha contra él. Esa es la misión de Mehdi Nafti y su plantilla: enderezar el rumbo y hacer disfrutar al ‘pueblo’.
No se dieron las circunstancias, Asier
Desde el comienzo de temporada había un runrún en torno a Butarque. La situación sanitaria no facilitó los fichajes de un equipo con un bloque ya formado la pasada campaña. Un bloque que consiguió el tercer puesto de la clasificación con un total de 73 puntos. Pero que estaba siendo incapaz de ganar. Y, sobre todo, de convencer. Apático. Un gran barco que hacía aguas.
A pesar de dar un gran nivel en el campo del líder, una dinámica de 10 puntos en 13 jornadas y una posición de descenso se llevaron por delante a Asier Garitano; un hombre que seguirá siendo querido en Leganés. Es Hijo Adoptivo. Pero, benditos o malignos, los resultados mandan. También las sensaciones, que estaban siendo incluso peores que los resultados. Ansiedad. No sale nada. Caos en la tripulación.
Los valores innegociables de Asier estaban al descubierto. Siendo muy inferiores en los duelos individuales, destacando negativamente en el juego aéreo. Cada ocasión del rival parecía ser gol. Reflejado en 18 goles en contra. Las sensaciones no llegaban y tampoco la recuperación de futbolistas importantes para el grupo como Jon Bautista, que estaba dando goles y puntos al Leganés. No acompañó la suerte. No se dieron las circunstancias.
Nafti: Coherencia traducida en puntos
Desde la distancia es cómo mejor se observa y así lo reflejó Mehdi Nafti desde su llegada al banquillo pepinero. No inmediatamente, porque apenas dispuso de un par de días para preparar su debut frente al Cartagena, pero ha sabido dar en el clavo sobre aquellos aspectos que necesitaba mejorar y fortalecerse el equipo. Sobre todo, con la introducción de dos piezas clave al once: Sergio González y José Recio.
“Quiero un equipo que sea coherente en el campo”, deja claro el entrenador franco-tunecino en cada rueda de prensa. Al pie de la letra. Un equipo coherente y con un sorprendente dominio del mediocampo.
A través de la posesión y la figura de Recio el Leganés ha mejorado sobremanera en las transiciones defensivas, perdiendo menos balones (92% precisión pase) y en situaciones menos comprometidas. El equipo está corriendo menos hacia atrás.
Además de tener una salida de balón más fluida con una tríada en el medio formada por Gaku, Rubén Pardo y el malagueño. Aunque la lesión de Fede Vico en la mediapunta hará mella. No hay nadie como él en la plantilla.
Defensivamente, Sergio está siendo el jugador más en forma. Junto a Omeruo o Bruno están solucionando el mal de altura pepinero, además de reflejar una mayor seguridad en cada acción defensiva. Cuatro porterías imbatidas en ocho partidos. La viva imagen de la confianza.
Dar continuidad al plan
Los 15/24 puntos desde la llegada de Nafti muestran la mejoría del Leganés, con una efectividad y un juego que pudo disfrutar Butarque con el 4-1 ante la UD Las Palmas. Qué importante es hacer disfrutar a una afición. “No hemos conseguido esas sensaciones desde el descenso. Es una de las cosas que hemos recuperado con Nafti”, comentaba Bustinza en una entrevista del diario As.
Unos números en la clasificación que sólo mejoran el Almería y el Girona, igualando con Éibar, Tenerife, Ponferradina y Valladolid. Todos ellos en puestos de ascenso. Aunque al sur de Madrid evitan nombrarlos, centrándose en las sensaciones y la coherencia del equipo. Varapalos como el 3-0 en Girona (única derrota de Nafti) ayudan a poner los pies sobre la tierra.
De igual manera, el Leganés debe luchar por subir a Primera División. Centrándose en lo que viene y no en lo que vendrá. Se ha abandonado el descenso, pero humildad. Día a día. Constancia. Técnicas que dieron resultados tiempo atrás. Excelente trabajo mental del míster. En sinergia con el ‘pueblo’. La próxima jornada los pepineros tendrán la oportunidad de medir sus aspiraciones ante el Valladolid en el José Zorrilla. Nadie se baja del barco.
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