Cartagena o el arte de la irregularidad
La primera vuelta del Cartagena ha sido la de dos caras opuestas, diametralmente contrarias. Ser un rodillo en el Cartagonova y, a su vez, mostrarse anulado lejos de las animosas gradas cartageneras. Con ello, la irregularidad ha sido la nota dominante del equipo de Carrión y, sin embargo, el Efesé mira más al play-off que a evitar el desastre. Ojo, porque un equipo que se deje dominar por la ilusión puede resultar realmente peligroso. Amenazador. Un incordio entre los obligados aspirantes.
Impredecible, además. Porque nunca sabrás si te encontrarás a un equipo aculado en una línea defensiva baja o si por el contrario querrá dominarte a través de la posesión. Presión alta bien seleccionada o repliegue para aprovechar el vértigo de su segunda línea. Ese es el Cartagena, aunque a veces esa diversidad de recursos parece confundir al equipo para terminar en indeterminación.
El talento se expone en el Cartagonova
Siete victorias contemplan al conjunto blanquinegro como local, con tan sólo dos derrotas al amparo de su gente. Como un potenciador de sus virtudes, el Coliseo blanquinegro se erige en talismán para el conjunto de Carrión. Allí, sus talentosos futbolistas exponen lo mejor de su repertorio, el elixir de las esencias. Una segunda línea ofensiva plagada de calidad, aunque también de perfiles distintos que otorgan variedad y riqueza al fútbol del equipo e imprevisibilidad de cara al rival.
Y todo ello se eleva a un nivel excelso, superlativo, cuando se encuentra cómodo, al calor de las gargantas cartageneras. Pablo de Blasis al mando de las operaciones, con Bodiger como escudero y bastión y… la clase de un futbolista superlativo como Álex Gallar haciendo diabluras escoltado por Cayarga o Dauda. El estadio del Efesé ha disfrutado hasta la fecha de una cantidad excelsa de fútbol de salón. O algo que se le acerca mucho.
Una película de terror lejos de su hábitat
El polo opuesto se encuentra cuando el equipo se aleja de ese amparo. Ahí se muestra como huérfano, carente de cualquiera de sus cualidades distintivas. Inseguro, inestable. Realmente frágil e incapaz de competir del mismo modo que lo hace en su feudo. Ni tan siquiera de acercarse. Tan sólo dos victorias -antes de conquistar Almería- con siete derrotas han deparado una primera vuelta nefasta lejos de casa.
Sin ningún atisbo de duda, la línea defensiva ha sido el mayor talón de Aquiles de un equipo que el pasado verano realizó movimientos muy interesantes en el mercado. Nada que no se pudiera esperar de un director deportivo que nos tiene acostumbrados a deliciosas degustaciones en cada banquete que ofrece en forma de ventana de traspasos. A Carrión le costó encajar las piezas, especialmente en un centro de la zaga que ha mejorado y mucho con la consagración de la pareja formada por Pablo Vázquez y Pedro Alcalá. Una estabilización necesaria para poder dar ese paso al frente que permite acercar a los sueños hacia la realidad. Y los sueños, sueños son.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.