Con esas palabras, Mehdi Nafti definía la situación del Leganés al término de la debacle en Burgos. Derrota por 4-0 y las dudas asoman por Butarque. El aroma a despertar impulsado desde la llegada del franco-tunecino, sufre su primer vendaval. Todavía no han ganado en 2022. Necesidad de refuerzos y el mercado cada vez más cerca del cierre. Mucho que pensar. Piensa, rápido.

El Leganés no ha empezado el año con buen pie. Tres partidos y ninguna victoria. Sólo un punto conseguido en casa frente a la Real Sociedad B (1-1). Pero destacan más las fragilidades que está teniendo para sumar. Principalmente en defensa, recibiendo en estos partidos los mismos goles que en los ochos anteriores (6). La plantilla, todavía, no responde ante la situación.

El sistema defensivo se tambalea

La apabullante derrota en Burgos ha sido un duro golpe para los pepineros, que siguen cerca del descenso: a tres puntos, marcado por el Fuenlabrada. Ante la situación del equipo, Nafti ‘dio la cara’ en disculpa a la afición desplazada. Los continuos errores defensivos y la escasa eficacia en ataque dejan al Leganés tambaleando en la clasificación con 26 puntos.

Esos atisbos en la bajada defensiva no fueron un espejismo contra el Valladolid y el ‘Sanse’. Sobre todo en el José Zorilla, donde los madrileños perdieron 1-0, pero pudieron salir goleados. Están teniendo serios problemas para defender las jugadas a la espalda. Los errores de los laterales han ido derivando a los centrales. También debido a las escasas ayudas en banda por la presión adelantada que ejerce el Leganés.

Bruno y Tarín, respectivamente, fueron protagonistas en el centro de la zaga frente al Burgos. Primero el canario con una mala cesión a Iván Villar que provocó el 1-0 y después el capitán, que no era capaz de manejar ese desorden. No están a su mejor nivel. Así lo reflejó Nafti en los cambios, siendo sustituidos al término de la primera parte junto a Gaku.

La segunda unidad, ausente

El Leganés tiene un once titular para competir notablemente en La Liga SmartBank. Pero cuando algunas piezas fallan, pocos son los suplentes que igualan el nivel. Visto está en los resultados. Por ello, los pepineros reclaman fichajes en este mercado invernal. Con razón. El problema es que no llegan. Txema Indias y la dirección deportiva deben solventar también esta situación.

Lo bueno de una crisis es que igual que empezó, acabará. Porque sigue. La intención del Leganés es cortarla frente al Alcorcón, en Butarque. Con su gente, que anhela tiempos de antaño. Rugir con su equipo y disfrutar como jornadas atrás. Los pepineros tienen que seguir creyendo en el laurel. No queda otra. Nafti y los jugadores deben volver a remar en la misma dirección. Pero se necesitan incorporaciones que tiren del barco. Fin de la conclusión.