La graduación de Francho Serrano

De entre las piedras también nacen las flores. La esperanza sigue presente incluso en tiempos tan abruptos y difíciles como los que vive el zaragocismo. Del llanto y el sufrimiento brotan los tallos que tal vez algún día lleven a este equipo al lugar que merece. En Segunda hemos visto su crecimiento. Hicieron patente su ambición y talento por toda Europa a edad juvenil y en estos momentos son los encargados de llevar el león sobre gules a hombros para hacer vibrar a La Romareda. A Francés lo conocimos el año pasado. Esta temporada quien se ha quitado la máscara del misterio es Francho Serrano. Un graduado del fútbol que cada vez es más real e importante sobre el campo.
Francho ha crecido sobremanera de un año para otro. El maño ha dado un paso notable del asentamiento a la trascendencia. Con razón es actualmente uno de los preferidos de la afición. También de su técnico, que lo ha hecho titular en prácticamente todos los partidos que ha podido. Juega como un veterano y tiene la ambición de un joven. Pese al mal momento de la institución su idilio con el deporte y con la Segunda División es más que evidente.
Pese a que buena parte de los focos apuntan a Alejandro Francés el joven mediocentro se ha hecho un hueco en el primer plano. Cada vez más cerca del rendimiento de un futbolista importante en la categoría. Capacitado para poner en marcha la maquinaria de su equipo y para definir el ataque. Con un estilo diferente. Incluso una estética diferente. Medias cortas y camiseta por dentro. Cuidando cualquier mínimo detalle para ser protagonista en el partido.
La dinamo blanquilla
Francho es la principal fuente de energía del Zaragoza de Juan Ignacio Martínez. Una batería recargable que enciende el ataque y activa multitud de mecanismos ofensivos en la fase posicional. Este mediocentro es una variable que se mueve con libertad, flotando y ofreciendo diferentes registros según le exija el partido. Hemos visto encuentros de Francho en los que ese despertar ofensivo nace a partir de sus intervenciones con balón y de su poder organizativo a través del pase. Se mueve adonde va la pelota y la hace viajar con seguridad, criterio y velocidad a través de su diestra. Como dirían en el bar, es un pelotero de mucho talento.
Por otra parte, su juego se puede adaptar también a un registro más propio al de un box-to-box. Si está acompañado de un pivote o un futbolista más posicional en la medular, Francho ocupa espacios intermedios y conecta más con zonas del campo adelantadas. Desmarcándose con inteligencia al apoyo o ruptura -según la situación- y ocupando coherentemente espacios sin pelota. La cabeza no sólo sirve para mover la pelota, si no también las piernas. Como consecuencia a ello, el equipo avanza. Incluso como llegador tiene cierta pegada y destellos al ofrecer últimos pases hacia el área.
Un esbirro más en el trabajo silencioso
Aunque su trabajo se aprecia más por lo que es capaz de producir para el ataque también se ha de considerar su empeño en la defensa. Como mediocentro tiene la tarea de sustentar colectivamente esa segunda línea en el 4-4-2 de JIM. Por su físico mediano y sus condiciones no es el jugador que más balones recupera, pero asume correctamente sus desplazamientos, realiza con acierto las presiones individuales y mantiene con facilidad el orden dentro de los bloques defensivos.
Esa movilidad y dinamismo que le ofrecen sus piernas le sirve también para estar bien ubicado y mantener superioridades defensivas. Tácticamente vuelve a mostrar sus buenas maneras cada vez que se produce un desequilibrio o que tiene que recurrir a una permuta con sus compañeros. En definitiva, podemos remitirnos al título de este apartado: es un esbirro más en el trabajo silencioso del Real Zaragoza.
Un rayo de esperanza
Su campaña hasta la fecha es motivo de grandes esperanzas para todos por lo que es capaz de hacer y lo que parece que puede hacer en un futuro. A veces obviamos que el maño tiene 20 años y que está siendo su segunda temporada íntegra en la Segunda División. Su fútbol habla por su madurez y su inteligencia. Ha germinado a una velocidad pasmosa y no extraña que en futuro próximo pueda haber interés de grandes equipos del país por su fichaje. Su graduación como futbolista es una realidad.
A falta de un nuevo propietario y de un rumbo definido, Francho Serrano -junto a Francés y otros nombres- lleva las amarras del equipo dentro y fuera del campo. En una temporada de más sensaciones que resultados el Zaragoza y su afición se ha aferrado al momento de jugadores como Francho para lograr una salvación tranquila y tomar un rumbo más próspero como entidad. En la ciudad del viento no hay dudas respecto a que la segunda vuelta de esta temporada seguirá el mismo guion.
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