Con 15 jornadas para el final de la competición, el Sporting vuelve a ver un pequeño rayo de luz con el que iluminar el camino: soñar con el playoff.

Ilusiones renovadas

En una de las temporadas más descafeinadas de los últimos años y tras pasar la peor racha histórica del club, el Sporting ve en cualquier mínima señal una razón para soñar. Sí, la trayectoria en estos meses pasados no invita al optimismo. La continuidad de David Gallego pese a todo lo sucedido tampoco acaba de ser bien recibida entre la afición. Y si sumamos que el equipo está decimotercero, pensar en playoff debería ser una utopía. Pero por lejanos que parezcan, hay motivos para creer.

La llegada de Jony -pese a su lesión el último partido- ha devuelto la chispa y ha vuelto a reenganchar a la afición. Tiene ese aura para que, aún sin estar su mejor momento, haga que te levantes de tu asiento en El Molinón porque sabes que algo muy bueno puede salir de las botas y la imaginación del cangués. Ya en la última jornada dio muestras de mejoría hasta su lesión, ayudando a que el partido se decidiera con un contundente 0-3 en la que fue la victoria más abultada de lo que se lleva de temporada. Sin duda, una alegría merecida tras meses viviendo en tonos grises y que se espera que sea un punto de inflexión.

Arreglar los problemas en casa

Si hay campos que intimidan en la categoría de plata, uno de ellos ha de ser El Molinón. De esas plazas en las que los rivales no quieren pensar por mucho que los gijoneses no estén hace años en su mejor nivel. Con esas, y con el subidón tras el partido de Anduva, no hay mejor oportunidad que esta para tener dos jornadas consecutivas en casa. Los rivales, Ponferradina y Zaragoza, no serán fáciles, pero es el momento de la verdad. El momento de dar el golpe encima de la mesa y demostrar si el playoff es una batalla real o se queda en agua de borrajas.

Consiguiendo los objetivos como local, la primera jornada de marzo ofrece otra oportunidad de obligado cumplimiento: visitar Anoeta. Habiendo perdido contra la Real Sociedad ‘B’ de Xabi Alonso en El Templo, otra ocasión pintiparada para resarcirse. Está claro que el fútbol de momento no acompaña, pero lo emocional puede marcar diferencias y todos sabemos cómo de importante es coger una buena racha. Con un 5 % de posibilidades de alcanzarlo (según los cálculos) nadie apostaría por ver a los de David Gallego entre esas seis primeras posiciones de privilegio, pero… torres más altas han caído.