Julián Calero,el triunfo de la honestidad

«Creo que conseguimos ganar gracias a nuestra defensa. Llevo repitiendo esto desde el principio porque si queremos ganar tenemos que defender. Esto lo tengo claro, pero lo más importante es que los jugadores lo tengan claro. Para defender tiene que gustarte esto. Tienes que estar enamorado de la defensa. Tiene que ser un placer para ti. Algunos jugadores todavía están en fase de simpatía con la defensa. Pero necesitamos que todos estén enamorados de defender. Es la única manera de ganar»
Son palabras de Dusko Ivanovic, entrenador de gran bagaje en el baloncesto de élite, pero podría ser perfectamente una charla de Julián Calero con su cuerpo técnico. Y es que el entrenador madrileño ha logrado algo muy difícil: reconocer sus debilidades y convivir con ellas. Aceptando qué tiene y qué puede hacer.
El arte de la defensa
El equipo que dirige Calero se encontraría en descenso si lo que puntuase fuese la posesión media por partido. Es un equipo que pasa gran parte de sus partidos sin balón. De ahí que necesite convencer a sus jugadores de que o se enamoran del arte de la defensa o estarán destinados a sufrir. Deben asumir largos esfuerzos sin balón cerca de su portería, bajo presión, bajo dificultad. Recibirán infinidad de disparos, al ser en estos momentos, junto al Lugo, uno de los equipos que más tiros recibe en contra. Pero donde otros sufrirían el Burgos consigue mantenerse entero. Solo Almería y Tenerife han recibido menos goles.
Atacar al Burgos erosiona. No dejas de chocar con un muro diseñado para hacerte la vida imposible. La defensa modifica su estructura según el rival que tiene enfrente y se mueve con versatilidad de la defensa de cuatro a la de tres centrales, donde la mentalidad de los carrileros en defensa se hace digna de admirar. Los zagueros repelen y repelen. Sus defensas pueden llegar a ser eternas, el balón pasa mucho tiempo en posesión del rival, pero todo el tiempo que te dan te lo arrebatan si entras en zona de peligro. Coberturas bien coordinadas, líneas juntas y saltos a presión muy medidos. Abrir una grieta ahí te pueda causar sobreesfuerzos. Y ¡ay! amigo, como les dejes espacios.
El Burgos, rey de la finalización
Los de Calero necesitan poco balón para hacer mucho. En transición son realmente peligrosos y si llegan hasta tu portería no va a ser en vano. Según la herramienta de Inteligencia Artificial Olocip, son los reyes de la finalización. Tienen la mejor relación entre los tiros realizados y el valor generado gracias a ellos. En ese contexto que defiende y rápidamente castiga están disfrutando Pablo Valcarce y Juanma García, ambos en el top 10 en este apartado. Calero ha logrado construir un escenario para que brillen y eso sumado al buen hacer defensivo está acercando a un recién ascendido a los tan ansiados 50 puntos a una velocidad difícilmente soñada.
Con una plantilla que partía como una de las más débiles de la categoría, el plan de Calero ha triunfado desde la honestidad de reconocer qué le pueden ofrecer sus jugadores y qué no. Ha potenciado un bloque que está volando lejos de un descenso que solo pisó durante dos jornadas. Pocos «peros» se le puede poner a la temporada de Calero y su cuerpo técnico. Están cumpliendo con creces los pasos para salvarse y otorgar tranquilidad a un club que venía de una larga travesía por el desierto.
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