Real Oviedo, una carrera hacia la gloria

La Segunda División es una carrera de fondo. 42 etapas en las que el objetivo principal es llegar vivo al final. No todos luchan por el mismo objetivo, pero hay uno que se caracteriza por su extrema dificultad: asaltar los playoff. Suele ser habitual ver a muchos equipos enfrentados hasta el final por ocupar esa última plaza que da acceso a jugar la promoción. Una lucha impredecible en la que suele salir vendedor el que llegue más fresco. Para llegar hasta ahí, hay que superar ciertos momentos donde la mente pesa y todo se viene abajo. La cabeza te dice una cosa y los sentimientos otra. Siempre hay este tipo de baches a lo largo de la temporada, y muchos se quedan por el camino por ello, pero el Oviedo superó uno el pasado domingo. Cuando peor pintaban las cosas, tras encadenar dos derrotas de forma consecutiva y ante probablemente el equipo más en forma de la categoría, el conjunto azul volvió a coger impulso para colocarse a la cabeza del pelotón, demostrando que aun le queda cuerda para rato. Con más de dos tercios de curso consumido, los azules se han ganado el derecho a soñar. Veremos si se han reservado las suficientes fuerzas para superar a sus adversarios antes de la línea de meta.
En busca de una racha
El Oviedo lleva toda la temporada a la caza de una racha de resultados que le aúpe a la zona alta y le permita una cierta renta sobre sus adversarios, pero esta no ha llegado. El equipo azul es incapaz de encadenar varias victorias seguidas, habitualmente lastrado por los empates y últimamente con más derrotas de las habituales, que le hacen imposible llegar a esos puestos.
Los de Ziganda tan solo han encadenado dos victorias consecutivas en un par de ocasiones, nunca llegó una tercera, y generalmente a estos resultados les acompaña una derrota. Los azules no destacan por regularidad a la hora de sumar de tres y deben cambiarlo. Son el equipo, junto al Ibiza, que menos triunfos lleva entre los diez primeros clasificados (10).
Las cosas tienen un por qué, y en clave azul guarda relación con el enorme número de empates. Pero también con el escaso número de disparos. Con una media de 10 por partido, el cuadro carbayón es uno de los que menos prueba la meta rival y eso, a pesar de tener un delantero como Bastón, pasa factura. Siguiendo con la comparación anterior, el Oviedo es el segundo equipo menos anotador (37 dianas), solo el Burgos marca menos.
Por ello, el equipo asturiano debe meter una marcha más, poner la directa si realmente quiere luchar por victorias que le acerquen a su objetivo. Jugadores como Montiel o Hugo Rama vienen reclamando su sitio en las últimas jornadas y no se debería desechar la opción de contar con jugadores tan talentosos con el balón, que pueden desatascar los encuentros cuando no aparecen soluciones. Como el propio Ziganda dijo: “hay tiempo para todo”, pero la distancia respecto al playoff es de cinco puntos. Es grande, no inalcanzable. Aunque con la media inglesa (ganar en casa y empatar fuera), no llega.
Unos registros ya conocidos para Ziganda
El técnico navarro ya sabe lo que es hacer una puntuación de playoff en la recta final de temporada. La hizo hace dos temporadas, cuando llegó a la capital asturiana en busca de lograr la salvación. El Cuco cogió el equipo en puestos de descenso con 29 puntos,a falta de 14 jornadas para el cierre del campeonato, y consiguió dejarlo en el 15º puesto con 53. Logró 24/42 puntos posibles -18/33 en las once jornadas que restan actualmente- , unos registros que, en caso de seguir la media, deberían ser suficientes para entrar en playoff.
A pesar de que en esta temporada ha estado varias veces sobre el alambre, ha sabido gestionarlo bien e, incluso, sobreponerse de manera positiva a esas situaciones. El navarro ha salvado sus matchballs particulares y sale reforzado. Ahora encara la recta final de curso con un objetivo: repetir o incluso mejorar aquellos registros de la 19/20.
Mirar el calendario en la Liga Smartbank y, sobre todo, en la recta final, no garantiza nada, pero todo apunta a que el conjunto carbayón tendrá enfrentamientos ante equipos ya sin ningún objetivo, que divagan por la zona media de la tabla esperando a que termine la temporada. Se ha quitado de en medio a los seis rivales que tiene por delante y el saldo es bastante positivo, una baza a tener en cuenta. Se jugará sus opciones ante varios equipos de la zona baja, justo la tarea pendiente de este Oviedo, llevar la iniciativa ante rivales que prefieren esperar atrás.
El conjunto asturiano cuenta con un núcleo de jugadores sobre el que sustentar sus opciones. La pareja de centrales se mantiene a un gran nivel, Brugman lidera la sala de máquinas y arriba emerge la figura de un Borja Bastón que sigue encachado, y que se encuentra a tan solo un gol de igualar la mejor cifra goleadora de un jugador azul desde el regreso a Segunda: los 17 goles de Toché en las temporadas 15/16 y 16/17. A eso hay que sumarle la aparición de nuevos jugadores que se unen a la causa y que refuerzan las distintas variantes con las que cuenta el míster, como Montiel o el recuperado Javi Mier.
11 etapas por delante. Las que lo deciden todo. Pero con la tranquilidad de estar bien situados. Todos los que se encuentran fuera del playoff firmarían a estas alturas encontrarse como el líder del pelotón, ocupando la 7ª plaza, aunque las diferencias son mínimas. Conseguirlo es muy complicado, pero el Oviedo busca quitarse la espinita de encima y su relación con el playoff comienza a ser una obsesión. Desde su vuelta al fútbol profesional, allá por el 2015, han pasado multitud de equipos por la categoría, y la mayoría de los que han tenido continuidad en ella han conseguido disputarlo, al menos, una vez. Tan solo el Lugo, Las Palmas y Alcorcón le acompañan en este selecto grupo de clubes que no han catado la promoción desde entonces.
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