UDA, la cuenta atrás

Después de varios años en el ostracismo, la UD Almería ha despertado con la llegada de Turki Al-Sheikh. Cuando la competición comienza su fase final, recordar el pasado es una tarea obligada para ver de dónde venimos y a dónde vamos. Solo conociendo nuestra historia entenderemos el momento de crecimiento en la afición y el objetivo que tiene el conjunto rojiblanco de regresar a la élite. Una cuenta atrás hacia la gloria.

Celebración del equipo de Rubi en el encuentro frente al Mirandés – Agencia LOF
Historia y presente
El deporte almeriense ha disfrutado de tres promociones a la máxima categoría del fútbol español en su historia. La Agrupación Deportiva Almería logró el hito de colocar a la ciudad en el mapa futbolístico y, 29 años después, la nueva Unión Deportiva volvería a hacerlo. José María Maguregui y Unai Emery fueron los hombres que dirigieron a ambos planteles. Javi Gracia sería el tercero en llevar a un equipo rojiblanco a Primera. Ese 2013 queda bastante lejos, habiendo pasado muchas penurias desde entonces. El quinquenio negro, la peor etapa en la corta historia del club, acabó en el Anxo Carro en 2018. Con Fran Fernández a los mandos, se retomó el vuelo para virar la crítica situación. La venta del Almería por parte de Alfonso García, en un período caduco y sin más recorrido, devolvió la ilusión a la afición con una nueva ejecutiva. Las aspiraciones de hacer una rápida reconstrucción se han visto truncadas por las dificultades que suponen dicha conquista. Los dos años cayendo en playoffs han conducido a un proceso de maduración exprés en el que la sensatez y el asentamiento de unas bases ha sido necesarios.
El proyecto de Turki Al-Sheikh se fundamenta ahora en varios pilares fuertes. Un gran entrenador como Rubi, conocedor de la táctica y cuyo modelo es compatible en la dialéctica actual. Unos jugadores que están en la élite de la categoría. Una directiva con mayor calma y capacidad resolutiva para afrontar los cambios. Unas instalaciones deportivas que van camino de sufrir una remodelación de dimensiones inimaginables, con la Ciudad Deportiva como cúspide de la pirámide. Y, como colofón, unos aficionados como pata en la que sustentar todo el aspecto deportivo.
El crecimiento de la masa social
La idiosincrasia almeriense va íntimamente ligada a un asombroso pasotismo en todos los campos que conforman la sociedad. No solo se refleja en el deporte, sino que también en diversas materias como el transporte, la agricultura o la pesca. Ahora, centrándonos en lo futbolístico, parece que hay un halo de luz al final del túnel. En ese pequeño círculo que cada vez se hace más grande, la afición se está contagiando con un equipo alegre, que transmite y con el que disfrutas en el estadio. Un sentimiento de identidad al que se están uniendo poco a poco los más jóvenes. Críos que, en épocas pasadas, no hubiesen optado por la UD Almería y sí por uno de los grandes del fútbol español. En este cambio paradigmático, la vuelta del conjunto rojiblanco a la máxima categoría es el impulso definitivo para que la masa social acabe de crecer definitivamente.
Diez jornadas y un objetivo
En estos tiempos de cambio, en el que los distintos actores están respondiendo, la historia solo necesita un cierre. El cuadro almeriense afronta los últimos dos meses ligueros con el subidón que supuso vencer en el Heliodoro Rodríguez López. Restan diez jornadas y el conjunto dirigido por Rubi afronta la recta final del campeonato con un colchón de cuatro puntos sobre el Real Valladolid y siete con respecto al Tenerife. Los números y, sobre todo, el historial en campañas anteriores sonríe a un Almería que quiere lograr el objetivo de volver a LaLiga Santander. Volver. Un verbo de seis letras y un significado enorme. Deseosos de que llegue el momento, solo toca esperar a que ocurra. A que este equipo siga disfrutando del camino y logre el objetivo. Por una Unión Deportiva Almería en Primera División. La cuenta atrás.
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