Dani Calvo, el muro en la sombra

El central está cuajando una temporada excepcional y ejerce de barrera infranqueable ante las acometidas rivales. Una y otra vez se enfrentan a él, y suelen salir derrotados. Su altura lo hace el elemento perfecto para defender el juego aéreo, porque cuando la pelota se disputa por el aire emerge un líder indiscutible, un muro muy difícil de sobrepasar. El aragonés pasa desapercibido, sin excesivos halagos, eclipsado por el nivel de Costas, pero su labor en la sombra es digna de admirar.
Un fichaje de altura
Dani Calvo llegó de Primera División procedente del Elche. Lo hizo sin hacer ruido, como le caracteriza, pero pronto ocupó el puesto de titular, superando al hasta ese momento capitán y líder de la zaga, Alejandro Arribas. Y desde entonces se ha convertido en una pieza clave en los esquemas de Ziganda, disputando 32 de las 33 jornadas de liga. Solo se perdió el encuentro ante el Valladolid por acumulación de amarillas.
Su gran envergadura (1,93m) le hacen un jugador diferencial en el juego aéreo, un aspecto fundamental en el fútbol y, sobre todo, en esta categoría de plata. Por cada balón aéreo que merodea el área aparece la figura de Dani Calvo para despejarlo. Su radio de acción en este tipo de balones es enorme y su tarea se acrecienta más por las características de Femenías, un portero que tiene como principal punto débil las salidas. Son muchas las ocasiones en las que vemos al central despejar balones incluso en el área pequeña, por lo que su labor es vital.
Dani gana la mayoría de sus duelos, tanto en el suelo como aéreos, aunque en los segundos su porcentaje de victoria es más alto (en torno al 65%). Ha sabido neutralizar a la mayoría de delanteros rivales en lo que va de temporada y es habitual ver como inicia las jugadas de su equipo. Cuando los adversarios hacen despejes o los porteros sacan, Calvo suele imponerse a los delanteros rivales y ganarles la batalla, evitando el peligro y recuperando el balón para los de azul.
Contundencia y solidez a la orden del día
Dani Calvo no solo es altura. El central aragonés tiene un gran número de virtudes que lo colocan como uno de los defensas más solventes en lo que va de competición. Al principio le costó, algo habitual en él desde sus inicios en el fútbol profesional. Tarda en coger ritmo, pero una vez que lo tiene se mantiene a un nivel elevado toda la campaña. Calvo es un central muy contundente, que encaja como anillo al dedo con la idea de juego del equipo azul.
Ziganda ha diseñado un sistema defensivo basado en el bloque bajo, en la que el equipo se resguarda en muchas fases del partido en la zona de atrás, mostrándose cómodo. En ese tipo de contextos sale a relucir la mejor versión de un Calvo que, si bien se muestra estratosférico en el juego aéreo, sufre en transiciones rápidas. Sus características físicas le ponen en apuros si tiene que enfrentarse a delanteros rápidos con espacios a su espalda. La velocidad no es su principal virtud y por eso resguardado se encuentra más cómodo.
No solo aporta en la retaguardia, sino también en lo ofensivo en las jugadas a balón parado, uno de los grandes peligros de este Oviedo. Había conseguido conectar varios remates, pero ninguno había acabado en gol hasta este fin de semana. A su gran temporada le sumó un bonito gol de cabeza que abrió la lata ante el Fuenla.
La doble C: una pareja perfecta
Hablar de Calvo y no hacerlo de Costas es como ver un estadio sin aficionados, no se concibe igual. Hasta este curso, no habían jugado juntos, pero parecen conocerse desde mucho antes. Ambos futbolistas casan a la perfección y se hacen mejor el uno al otro, formando una pareja de garantías. Muestra de ello es el tiempo de juego, pues son los jugadores de campo con más minutos del equipo.
No es casualidad el buen hacer defensivo del Oviedo. Desde su regreso a la LFP, nunca a estas alturas había encajado tan pocos goles (32) en la jornada 33. El año que más se le acerca fue el anterior y la temporada 18/19, con Anquela en los banquillos, en las que los azules sumaban 35 goles en contra.
El mérito hay que otorgárselo, en gran medida, a Ziganda, pero también a los encargados de plasmarlo sobre el terreno de juego. David Costas y Dani Calvo han puesto el cerrojo y son uno de los principales argumentos del Oviedo para luchar por el playoff.
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