Adrián López: la última bala del Málaga
No es sorpresa para nadie que el Málaga CF está atravesando una situación delicada. El pobre rendimiento ofrecido por el equipo no logra colmar unas expectativas que se reducen cada vez más con el paso de las jornadas. Pero, hasta cuando pensamos que todo está perdido, aparece ese factor sorpresa capaz de cambiar un guion visto para sentencia. Porque, hasta en el cielo más oscuro, siempre emerge ese rayo de luz tan tenue como inesperado, que abre un hilo de esperanza y muestra el camino a distintas perspectivas. Y ese hilo conduce a un destino que tiene nombres y apellidos: Adrián López.
Un disparo certero
Ni el más pesimista de la entidad blanquiazul pudo llegar a imaginarse que el Málaga CF se encontraría inmerso en la pelea por la permanencia a estas alturas de la temporada. El runrún sobre un posible descenso de categoría al final de la campaña comienza a subir decibelios: ya no se concibe como una idea distópica e inimaginable, sino como el destino más lógico para un equipo que nunca supo enmendar el error inicial. Las matemáticas parecen estar de acuerdo. El Málaga es, a día de hoy, el tercer equipo que menos veces ha encontrado el fondo de la portería contraria. Un registro que solo empeoran Alcorcón y Fuenlabrada. 27 goles en 33 partidos parece un balance demasiado pobre para un equipo que siente el calor del infierno cada vez más cerca a medida que transcurren las jornadas.
El factor cambio de entrenador tampoco ha conseguido surtir efecto. Los días de Natxo González en la Costa del Sol parecen estar contados. El técnico vitoriano ha agotado todos los cartuchos sin conseguir acertar en el centro de una diana que activaría una reacción tardía, aunque salvadora. Aún queda una última bala en la recámara. Pero el Málaga deberá apretar el gatillo con convicción para ejecutar un disparo certero que valga la victoria en una guerra. La guerra por no descender. Y esa última bala se llama Adrián López.
El factor sorpresa
Ha pasado más de un decenio desde la última vez que Adrián López vistió la elástica blanquiazul. Por aquel entonces, en la temporada 2008-09, un jovencísimo delantero de 20 años llegó a La Rosaleda para acompañar al equipo en su retorno a Primera División. Aquella temporada abrió un libro que comenzó a escribirse con letra dorada en la historia del fútbol malacitano. Diez años en la máxima categoría y una experiencia continental que aún permanece en la retina de todo aficionado blanquiazul. Eran otros tiempos. Mucho ha cambiado desde entonces. Los años también han transcurrido para Adrián López aunque, a sus 34 años, aún conserva la ambición y el espíritu competitivo que le llevaron a forjar un camino de largo recorrido en el fútbol español. RC Deportivo y Atlético de Madrid fueron sus siguientes destinos. Especialmente recordado fue su paso por la orilla del Manzanares, donde aportó su granito de arena para construir una gran fortificación que sigue en pie a día de hoy.
Al pensar en delanteros que dejaron huella en la historia reciente del Atlético de Madrid, aparecen figuras ilustres como es el caso de Fernando Torres, Diego Forlán, Radamel Falcao, Diego Costa o Kun Agüero. Nadie se acuerda del nombre del asturiano. Adrián López nunca destacó por ser un goleador prolífico. Nunca acaparó la atención de los focos, pero siempre aportaba esa movilidad en el frente de ataque que nutría a su acompañante en la punta de deliciosos manjares en forma de goles. Siempre fue un trabajador incansable en la sombra. Un jornalero del área que ahora llega a La Rosaleda para poner todo su talento y experiencia a disposición del equipo. Para dotar al Málaga de un soplo de aire fresco, con la esperanza de que pueda terminar convirtiéndose en ese poderoso vendaval que devuelva el equilibrio a un equipo que divagaba en alta mar.
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