Real Oviedo, rey de Asturias

Por motivos inexplicables, ajenos a cualquier atisbo de lógica o de razón, el Oviedo ha convertido El Molinón en su segunda casa. En el escenario más complejo, con un estadio lleno hasta la bandera, con la presión que ello conlleva y el gran ambiente rival, el conjunto carbayón saca a relucir su versión más competitiva y eficaz. En diferentes situaciones, dinámicas y posiciones, pero siempre con un denominador común. Los azules arrasan en los derbis y dejan un dato espeluznante: desde que Oviedo y Sporting se han vuelto a enfrentar, los rojiblancos solo han sido capaces de batirles en una ocasión, y ya van 10 enfrentamientos. Con la victoria del pasado sábado, son ya tres de manera consecutiva en el feudo de su máximo rival. Y este último triunfo viene con sabor especial: el playoff se pone de cara. Los resultados hablan por sí solos: está claro quién reina en Asturias.
Una racha difícil de explicar
10 derbis. 10 partidos especiales. 10 finales. Como lo quieran llamar. Diez partidos en los que en seis el Oviedo ha conseguido el premio gordo: la victoria. Y en otros tres, al menos, llevarse un punto. Y es que desde la vuelta del mejor enfrentamiento asturiano, allá por el 2017, los azules solo han sucumbido una vez (1-0 en El Molinón, me falta el año).
La racha actual es digna de estudio. Seis encuentros consecutivos lleva sin perder el conjunto carbayón ante su eterno rival (4V/2E). Los azules han ganado partidos de todos los colores, porque, a pesar de que las dinámicas no importan en un derbi, sí habían sido inferiores durante toda la temporada los dos cursos anteriores, en los que el Oviedo vagaba por la zona baja de la tabla. Pero aun así salieron vencedores. Tampoco cambió mucho la historia el primer año del derbi (2017) o este, en los que el Oviedo sí marchaba por una buena posición, pero también logró sacar adelante los partidos.
Este año, se daba una situación inédita hasta la fecha. El Oviedo en playoff mientras el Sporting, en la 17ª plaza, sumido en una de sus mayores crisis de los últimos años. Los rojiblancos se amarraban a este encuentro con la esperanza de conseguir una dosis de aire fresco, ganar como antídoto para superar la temporada que sus jugadores están llevando a cabo. Pero no pudo ser.
El Oviedo le tiene la medida tomada al Sporting. No en todos los derbis ha sido superior, pero cuando no lo fue tuvo la pizca de suerte necesaria para acabar certificando los tres puntos. El modelo de juego de ambos en los últimos años parece que sigue favoreciendo a los carbayones, que esperan replegados mientras el Sporting, siempre con el balón, no encuentra la manera de penetrar sus líneas.
Tiene mérito lo que ha formado en su vestuario. En un verano marcado por el gran número de movimientos en su plantilla, los jugadores se han “empapado” de la importancia del duelo y han sabido plasmarlo sobre el terreno de juego, defendiendo el escudo hasta el final. La gran presencia de canteranos en el once azul seguro que ha ayudado en el proceso, y también a la hora de afrontar el choque. Los Lucas, Mier, Borja, Jimmy y Viti saben desde pequeños lo que significa enfrentarse a tu máximo rival y ahora disfrutan partiendo de inicio, alguno incluso marcando los goles decisivos. Tanto en la ida como en la vuelta los cinco contaron con minutos.
El problema no era de intensidad
En los últimos años siempre ha habido debate y runrún sobre si el Oviedo afrontaba los partidos de una manera más óptima que el Sporting. Se argumentaba que los azules sabían cómo motivarse de cara al derbi y que por eso salían a morder desde el minuto uno. Este pensamiento se incrementó aún más tras comparar los instantes previos en el vestuario de ambos equipos, allá por 2018. Mientras que el Oviedo formaba una piña y gritaba sin cesar, el conjunto rojiblanco, con Baraja a los mandos de la nave, recibían la visita de un cura y rezaban. El resultado fue que en el minuto 14 el Sporting perdía 2-0.
Este año, y tras muchas desilusiones ante su gente, el Sporting sí afrontó el partido con la intensidad necesaria para jugar un derbi. Lucharon desde el principio, en uno de los encuentros más apasionantes que se recuerda entre ambos conjuntos en los últimos años. Muy abierto, lleno de ocasiones, sobre todo en los primeros 45 minutos, con idas y venidas y reinando la igualdad. Tal fue la intensidad de los locales, que en cierto modo se les fue de control al acabar el partido con los incidentes que todos hemos visto. Pero la polémica ya está más que hablada y mascada, y no vamos a gastar ni un segundo más en hablar sobre el tema.
Aún así, la manera de llevar la semana sigue siendo diferente. Las declaraciones de ambos entrenadores distan una diferente manera de ver el duelo. Para ambos era especial, pero Marti trataba de restarle importancia. En una semana marcada por la polémica institucional y la ausencia de aficionados carbayones en la grada, el Oviedo también se acordó de su afición colocando fotos en el vestuario.
MARTÍ: «Es un partido especial, pero es uno más; no es el partido de la temporada»
ZIGANDA: «No es un partido más, hay que jugarlo y vivirlo de una manera especial»
Ziganda, especialista en los derbis
Ziganda ya ha desbloqueado la insignia de especialista en los derbis. Pocos entrenadores a lo largo de la historia del Real Oviedo podrán presumir de estar invictos en este tipo de enfrentamientos, pero él puede. Desde su llegada a la capital asturiana, el técnico navarro ha vivido ya cinco, con un balance de cuatro victorias y un empate. Además ha hecho historia, al convertirse en el primer técnico en ganar, de forma consecutiva, tres derbis en El Molinón. Nadie lo había conseguido hasta el pasado sábado.
El Cuco ha sabido imponerse a los distintos técnicos que han pasado por el Sporting durante este periodo. Djukic, David Gallego y ahora Martí no pudieron echarle mano a su Oviedo. Ha conseguido formar un bloque sólido y, a pesar de ser cuestionado en algunas fases de la temporada, ahora vive su mejor momento de azul. La afición le apoya y ha sabido recompensárselo en las últimas apariciones públicas, coreando su nombre, algo que solo había ocurrido con el bueno de Juan Antonio Anquela, técnico muy querido en la ciudad.
Todos los mecanismos de su equipo funcionan a la perfección, componiendo una máquina competitiva muy difícil de batir. Acumula cuatro victorias consecutivas (hasta ahora sólo había conseguido tres) y tiene al equipo luchando en la zona noble. Y, curiosamente, coincide con el mejor Oviedo desde su regreso a la categoría de plata. En estos siete años, el conjunto azul nunca había llegado a la jornada 36 con 57 puntos.
El equipo ha dado ese paso adelante que tanto se le reclamaba, y ha dejado de ser un aspirante. Ya es un serio candidato al playoff y su situación invita al optimismo. Ya no se arruga ante las grandes citas y sabe ganar por inercia, gracias a una de las mejores defensas de la categoría y a un imponente Borja Bastón, que no necesita mucho para marcar. La victoria en el derbi supone un chute de moral muy grande que deberá ser administrado correctamente para encarar la recta final con más moral y confianza.
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