Real oviedo, la incógnita del doble pivote

Son muchos los nombres, pero se ven sumergidos en un mar de dudas. Nueva temporada, nueva propiedad y nuevo entrenador. Lo que no cambia es el bloque. El Oviedo ha hecho lo más difícil: mantener el núcleo de jugadores que se quedó a un punto de disputar los playoffs. Solo hubo una baja importante: la de Gastón Brugman. Ahora, necesita encontrar a la brújula que le guíe en busca de algo más. Con la posición huérfana, los carbayones buscan ese capitán que sea capaz de dirigir el barco y hacer funcionar la sala de máquinas. Ese elemento que engrase el sistema y haga que la Boloneta inicie su travesía. Con la ausencia del uruguayo también se perdió ese equilibrio en el mediocentro que se trata de encontrar ahora. Dos meses después de la llegada de Bolo el once va cogiendo forma, pero aún queda una parcela repleta de incógnitas: el doble pivote.
En busca del sustituto de Brugman
Tras finalizar su cesión en el Oviedo, el futbolista uruguayo puso rumbo a la MLS, dejando un vacío enorme en el centro del campo azul. Su influencia en el juego fue notoria durante toda la temporada y uno de los objetivos de Tito era encontrar un sustituto de garantías.
Llegó Bolo, analizó la plantilla, y encontró como recurso puntual la figura de Hugo Rama, que había llegado en el pasado mercado invernal y que apenas había tenido minutos con Ziganda. El gallego, acostumbrado a jugar por detrás del punta o en un esquema con tres medios, vio cambiado su rol drásticamente en esta pretemporada. Y con él, su estatus en la plantilla. Era uno de los principales candidatos a abandonar el club, pero ahora nadie se lo plantea.
El técnico bilbaíno comenzó a probarle en el doble pivote, buscando encontrar a su particular “Agus Medina” que tan buen resultado le dio la temporada pasada en Ponferrada. A priori, había indicios de que la apuesta podía salir bien. Rama, un jugador con mucho recorrido y llegada desde segunda línea, fue uno de los futbolistas más destacados en el arranque de la pretemporada, pero poco a poco comenzaron a verse sus carencias.
Habituado a jugar en posiciones más adelantadas, donde tiene menos responsabilidad defensiva, no acabó de aportar ese equilibrio en el doble pivote junto a Luismi. El pasado lunes quedó demostrado ante el Andorra. Sufrieron en exceso y en ningún momento lograron imponerse al rival.
La culpa no es exclusiva del gallego. De hecho, seguramente acabe siendo un jugador importante en el Oviedo de Bolo, pero no parece que vaya a ser el sustituto de Brugman, sino que destacará en otros esquemas y/o posiciones.
Varios nombres, muchas dudas: todo por decidir
A la base de Jimmy, Javi Mier, Rama y Luismi se unió el refuerzo de lujo de Montoro, uno de los héroes del Granada de Diego Martínez, con el que consiguió el ascenso y disputar la Europa League.
El valenciano parte con la vitola de titular, pero su larga hoja de lesiones puede ser un impedimento durante el transcurso de la temporada. Por sus condiciones técnicas, está capacitado para ser un jugador diferencial en la categoría. Destaca por su rol como organizador, una posición que escasea en la plantilla. Es, por tanto, la gran esperanza en el mediocampo y, posiblemente, la única posición clara si el físico le respeta.
A su lado deberá acompañarle un perfil de corte más defensivo, capaz de abarcar mucho campo y servirle de complemento. Luismi y Jimmy se disputarán el puesto, que sigue abierto a día de hoy.
Y por último queda el nombre de Javi Mier. El canterano, que siempre fue una debilidad para Ziganda, no ha convencido a Bolo y el club le busca una salida. Tito está a la búsqueda de más refuerzos que puedan ofrecer diferentes opciones al equipo. Desde jugar con tres en el medio a tener más perfiles para el doble pivote.
El nombre ya está claro y en las próximas horas será oficial: Koba Koindredi (2001) llegará procedente del Valencia para cerrar (a falta de la salida de Mier) el centro del campo carbayón. A la capital del Principado llegará un jugador con mucha llegada, físico y calidad. Lo que hoy en día se conoce como un “box to box”. El francés también cuenta con un buen golpeo desde larga distancia, tal y como ha demostrado en el filial valencianista. Llegará para curtirse en una categoría tan dura como es la Segunda División.
El dilema cartera vs cantera
La más que probable llegada de Koba, un futbolista sin experiencia en la categoría, pone en la rampa de salida a Javi Mier. Lo que está siendo objeto de debate entre la parroquia carbayona estos días.
Mier, que ha jugado toda su vida en el Oviedo, ya había demostrado de sobra su nivel en la categoría, llegando a ser importante con el Cuco en el banquillo. El mediocentro disputó más de 50 partidos con la elástica azul y su evolución era notoria.
Su rendimiento está fuera de toda duda, pero parece no contar con el suficiente apoyo de Bolo. Y unido a la llegada de Koba, su salida está más cerca que nunca. La lógica hace pensar que si no va a jugar, lo normal es que salga cedido, pero la llegada de un jugador sin experiencia en la categoría y sin identificación con el club (el año que viene volverá al conjunto ché) hace que mucha gente esté molesta con la operación.
El perfil de ambos, diferente, tampoco aclara del todo las cosas. Viendo el historial de lesiones de Montoro y la situación de Hugo Rama, Mier podría ser un buen complemento de rotación para esa posición en muchas fases de temporada. El tiempo dará y quitará razones, pero es, sin duda, la operación que más dudas genera a la hinchada azul.
Aun así, la propiedad confía en el jugador y según las últimas informaciones antes de marcharse cedido renovará con el Oviedo. Varios equipos se interesaron por sus servicios, aunque todo apunta a que recalará en el equipo de su principal valedor: el Huesca de Ziganda.
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