Raúl García, un matador de blanco y verde

Hay un dicho cada vez más frecuente entre los futbolistas jóvenes de nuestro fútbol: «todos los caminos pasan por Miranda de Ebro». Esta pequeña localidad que ha logrado asentar a su club en el fútbol de bronce se ha convertido en un sitio idóneo para que promesas y jugadores por hacer tengan su formación. Esta temporada nada ha cambiado. Anduva será el campus universitario de grandes mentes y talentos de este deporte. Uno de los becados seleccionados para este curso 22/23 es Raúl García de Haro. Un punta en el que el Betis confía para el futuro y que apunta a grandes cosas.
Raúl García vivirá durante esta temporada su primera experiencia en el fútbol profesional de España. Tras varias temporadas con cifras reseñables y un rendimiento al alza en el Betis Deportivo la entidad blanquiverde entendió que era conveniente que tuviese una cesión en el fútbol de plata. Chema Aragón logró convencer al punta y por lo pronto parece que será uno de los efectivos importantes para el club jabato para esta campaña. Un matador llamado a crecer y anotar de forma regular en la categoría para poder alcanzar la Primera División en un futuro.
Un matador de raza
Como todo delantero, Raúl vive del gol. Un arte que no todos dominan, pero que todos tratan de alcanzar para acariciar el éxito a través de diferentes recursos y maneras. En el caso del punta catalán la capacidad goleadora nunca ha sido un problema. Su cuerpo habla de él como un nueve de vieja escuela. Alto, espigado, con capacidad aérea y de carácter referencial. Virtudes físicas que se pueden asociar a los delanteros más clásicos o reconocibles. Él las tiene de forma natural.
No obstante, Raúl también cuenta con calidad al retener y controlar la pelota. Es un jugador que redondea su capacidad rematadora con el talento técnico. Virtudes que le permiten tener calma, tiempo y mayor ventaja al hacer determinados contactos dentro del área. Además de ello, su ligereza en determinados trazos o giros para construirse el remate en distancias cortas es otra condición salientable y que le ha permitido en categorías como la Segunda B ser difícil de detener y defender. Como punta de referencia es completo para dar con el remate o con la portería.
Un apoyo referencial
Raúl García es más que área. Además de todo lo que genera y logra en zonas próximas a portería es capaz de aportar a la construcción y a determinadas acciones a través de su juego. Es cierto que su naturaleza es el remate y el gol, pero fuera de ese rasgo está acostumbrado a realizar aportes. El más claro es las descargas. Es un punta que además de fijar aparece realizando desmarques de apoyo y que alivia al ataque con sus contactos. Bien sea devolviendo de primeras o en pocos toques, su presencia sirve para dar aire al equipo al combinar de cara.
Por otra parte, su estatura y su salto vertical son dos recursos claros para que sus equipos puedan avanzar. Tiene aguante con el defensor encima y tiene unas condiciones fantásticas para ganarle por alto y dar prolongación o devolver balones hacia compañeros próximos. Tanto para las entregas aéreas desde puerta rival o en situaciones de estrategia es un objetivo claro para poder involucrarlo en disputas por alto y que pueda hacer que el balón avance o se mueva en beneficio del equipo.
Una perla por pulir
De rojillo hemos visto a futbolistas de la talla de Merquelanz, Iván Martín, Sergio Camello o Rodrigo Riquelme que aprovecharon su experiencia para llevar su fútbol y su carrera a un nivel superior. Raúl García es uno de los llamados a portar ese testigo durante este año. Sus comienzos así lo parecen indicar, dado que ha tardado poco en estrenarse. Los resultados colectivos todavía no están llegado, pero en lo individual su rendimiento está siendo de lo más destacado en el equipo de Joseba Etxeberría. Transmite sensación de peligro cada vez que un balón se aproxima a él en el área rival. Un don que no está al alcance de todos y menos a la edad que lo muestra.
El Betis y su entorno vigilan con atención los primeros coletazos de este joven y prolífico punta en el fútbol de plata. La nueva aventura de un Raúl García de Haro que está llamado a protagonizar grandes momentos en el Benito Villamarín. Mientras no suceda lo veremos fraguando su camino y sus armas vestido con los colores de otro club. Un matador de blanco y verde está suelto en Miranda de Ebro.
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