Luis Rioja, nivel y compromiso

El Deportivo Alavés es el ejemplo idóneo de equipo que ha sabido interpretar el nuevo contexto para adaptarse a las exigencias de la categoría. Por ello, no parece una sorpresa que, a día de hoy, se mantenga como líder en solitario tras ocho jornadas disputadas. El combinado vitoriano está dando la razón a aquellos que depositaron su confianza en el plantel desde el inicio, y ha terminado de evaporar las dudas de quienes preferían apostar por otros equipos como Levante UD o Granada CF como favoritos al ascenso directo cuando la competición ni siquiera había echado a rodar. Con un sello tan distintivo como el de LGP, el Deportivo Alavés ha sido capaz de potenciar fortalezas como el juego por banda o las acciones a balón parado que, hasta el momento, han dado el rendimiento necesario para iniciar la travesía hacia la cumbre y asentarse en lo más alto. En esas facetas, precisamente, es donde está brillando con una luz de intenso fulgor la figura de Luis Rioja: un argumento de peso personificado para creer en un regreso próximo del Deportivo Alavés a la primera división de nuestro fútbol.
La decisión más difícil
Un descenso de categoría desata un auténtico terremoto que sacude todos los cimientos de cualquier institución. Es una experiencia poco apetecible para cualquiera que abre un nuevo periodo de transición marcado por la austeridad, en el que la reestructuración del proyecto aparece condicionada desde el comienzo por unas limitaciones económicas sensiblemente más estrictas. Los equipos deben hacer encaje de bolillos en el intento de mantener a sus piezas capitales que, en la mayoría de los casos, terminan sucumbiendo a la tentativa de emigrar hacia otros lares en busca de la comodidad que supone mantenerse en la élite. Aunque, como ya adelantaron en tiempos del Medievo, la excepción confirma la regla.
Y es que, pese a contar con distintas ofertas para continuar compitiendo al máximo nivel, Luis Rioja decidió permanecer en las filas del Deportivo Alavés tras el descenso del equipo vitoriano a La Liga Smartbank para demostrar que puede ser una parte importante del proyecto. La decisión más difícil, sí, pero el tiempo parece estar dándole la razón al futbolista de Las Cabezas de San Juan, que está atravesando un momento dulce en este inicio de competición.
De servir mesas a servir goles
La temporada no comenzó de la manera soñada para Luis Rioja. La sanción de dos partidos que recibió en el Anxo Carro, así como la irrupción de futbolistas de banda como Abde Rebbach en el equipo le desplazaron a un segundo plano; pero si hay algo de lo que Luis Rioja sabe un rato, es que el éxito no llega por casualidad, sino a base de una unión de tres elementos que siempre le han acompañado a lo largo de su carrera deportiva: trabajo, esfuerzo y dedicación. Es esa unión esencial la que le incentivó a continuar luchando por su sueño de convertirse en futbolista profesional, cuando aún hacía frente al sacrificio diario de un sector tan duro como es la hostelería en el Bar Conejo de las Cabezas de San Juan. Posiblemente nunca llegó a imaginar que un día dejaría de servir mesas para empezar a servir asistencias, pero lo que siempre tuvo claro es que no podía dejar de luchar.
Es esa unión esencial la que, con el paso del tiempo, ha llevado a Luis Rioja a escalar desde el barro de la antigua Segunda División B con el Marbella FC, hasta el pico más alto de la pirámide de nuestro fútbol como es la Primera División de la mano del Deportivo Alavés ,y, ahora, le ha guiado hacia el reencuentro con su mejor versión. La que le ha hecho recuperar la titularidad y alzarse, además, como uno de los líderes indiscutibles de un aspirante a todo como es el cuadro de Mendizorrotza. Es un futbolista de los que marcan la diferencia. Los números así le avalan: Luis Rioja ha nutrido a su equipo con 3 goles y 2 asistencias hasta la fecha. Cifras nada desdeñables, menos aún si las interpretamos en clave global, pues de los 13 goles que ostenta el Deportivo Alavés en su casillero de goles a favor, el extremo sevillano ha participado de forma más o menos transversal en 7 de ellos, lo que supone más del 50% del total. Una auténtica bestialidad.
La flecha que marca el camino
El juego que despliega Luis Rioja no solo es efectivo sino, además, de muy bella factura. El futbolista de las Cabezas dispone de un amplio abanico de registros que destacan por una calidad técnica excelsa: partiendo desde la banda izquierda como un extremo puro, acostumbra a meterse por dentro para participar activamente en la construcción de la jugada. Recibe, conduce, combina y desborda. Apura línea de fondo y asiste. Capaz de imprimir la templanza más absoluta para después iniciar un aumento de revoluciones en una transición inmediata. El disparo también se presenta como una de sus mejores bazas. Espera su momento para brillar con paciencia y suelta la pierna desde la frontal con una potencia y una precisión bárbaras.
Fuerza o colocación es el eterno dilema que se le presenta a todo aquel que se dispone a lanzar un balón, aunque para el liviano extremo del Deportivo Alavés no existe debate alguno: él solo piensa en como celebrar el tanto una vez la bola esté dentro. Aunque la característica de Luis Rioja que más miradas atrapa es, sin lugar a dudas, una velocidad de vértigo. Es un coche de carreras. Los eruditos del fútbol lo definirían como “centella”, mientras que en su Sevilla natal optarían por llamarlo “manojo de nervios”. Yo, personalmente, prefiero hacer la analogía con una flecha, porque además de hacer referencia a su velocidad punta, la definición de este término alude al instrumento que marca un sentido direccional. No podía ser de otra manera: Luis Rioja es el hombre que marca el camino para el Deportivo Alavés.
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