La garra afilada de Jorge Pombo

Un depredador no pierde nunca su naturaleza. Si los colmillos son afilados es para que sean útiles en la caza. Si tiene el olfato desarrollado es porque se ha acostumbrado a ser proactivo a encontrar y buscar sus objetivos. Y aunque hayan tiempos mejores y peores la sed de atrapar un botín forma parte de su supervivencia. Jorge Pombo llevaba tiempo al acecho, arañando minutos desde el banquillo y tratando de volver a ser el león que fue en Zaragoza. En El Sardinero ha vuelto a afilar sus garras y está empezando a arañar puntos para el Racing de Santander.
Fueron difíciles los comienzos de curso en Cantabria. Pese a que el rendimiento era satisfactorio al Racing no le estaban sonriendo los resultados en un inicio. Estas semanas las cosas han cambiado. Guillermo Fernández Romo está sacando partido de los fichajes que se hicieron en verano y poco a poco están llegando los triunfos a la parroquia racinguista.
Uno de los más trascendentes refuerzos está resultando ser el del Jorge Pombo. El maño ha vuelto a ser titular e importante en la categoría. Lleva varias jornadas teniendo una buena suma de minutos y con el paso de las jornadas ha ido creciendo dentro del equipo. Cada vez más brillante, más inspirado y mejor adaptado al modelo de juego. Gracias a él se vence en Orriols frente al Levante y frente al Real Zaragoza en El Sardinero. Dos triunfos que permiten a los cántabros descansar fuera del descenso por primera vez en la temporada.
Punzante y pensante
Romo está haciendo jugar a Pombo en un entorno que le favorece por sus características individuales. Su consonancia con los rasgos del equipo y su idea de juego es la principal razón por la que ha sucedido ese paso hacia adelante. Como segundo punta o enganche es un elemento más móvil que otros puntas como Sékou o Matheus. Se ofrece y recibe entre líneas, aparece en esos espacios intermedios y con la pelota. Hace gala de personalidad y su capacidad para pensar, actuar y ejecutar con rapidez cuando recibe cerca en zonas de ataque.
Frente al Levante quedó patente. Cada vez que recibía era capaz de habilitar en velocidad y ventaja a los jugadores ofensivos del Racing de Santander. Con cuerpo para proteger la pelota, con técnica para dar buenos pases en ventaja y una gran sensibilidad para filtrar balones a la espalda de la defensa. A razón de uno de ellos se desencadena la acción de la victoria. Un desafortunado gol en propia de Rubén Vezo, pero una acción ofensiva de gran calidad y peligro por parte del club montañero.
Enseñar las garras… Frente a tu jauría
Pombo se halla en un evidente círculo virtuoso. Volver a ser titular lo ha llevado a volver a un buen rendimiento sobre el campo y, de su mano, a una mayor confianza. Otro punto desencadenante y consecuencia de ese momento es su reencuentro con la portería. Contra al Real Zaragoza, el equipo de su tierra y en el que mostró su mejor fútbol, logró estrenarse como goleador temporada. Un tanto de killer que logra en un córner gracias a un buen posicionamiento y un fantástico remate de cabeza. Con potencia y tensión puso el 1-0 y otros tres puntos.
Esa confianza, además de contactar más remates y dar una mayor sensación de peligro cada vez que está cerca del área, le esta permitiendo volver a aprovechar una de sus principales virtudes. Pombo cada vez muestra más determinación y peligro al armar su pierna y buscar el disparo lejano. Cuestión de tiempo que encuentre nuevas anotaciones o asistencias en el balón parado a través de su cañón.
Un baile de sangre
El Racing de Santander sigue creciendo y mejorando. Todas esas hechuras que mostraron como colectivo en 1ªRFEF se están comenzando a reproducir en Segunda. Triunfos por la mínima pero con sensación de empaque y solidez. La imagen exhibida en los últimos partidos es muy positiva y llevan a la afición a perseverar con una permanencia. Desde luego, mucho más que en la última campaña del club cántabro en Segunda.
En lo particular, Jorge Pombo apunta a ser una de las figuras clave para lograr ese objetivo a final de campaña. En ausencia de Pablo Torre el maño es quizá el hombre más diferente y osado del equipo en la parcela de atacantes y medio ofensivos. Su refuerzo comienza a rentabilizarse. Ha estampado sus huellas en los seis puntos conseguidos recientemente y no parece que vaya a quedarse conforme. El depredador del Racing ha afilado sus garras y en un momento así es una garantía de sangre para la parroquia. Convidémosla con su talento.
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