Álvaro Cervera, el apagafuegos azul

Su debut con el combinado nacional fue en el Tartiere. Su único ascenso a Primera se produjo después de una victoria del Oviedo. Sus caminos estaban predestinados a encontrarse, aunque ninguno de los dos lo sabía. Lo que seguro que tendrían en común, es que no les hubiese gustado en estas circunstancias. Cervera ha asumido el reto de coger a un equipo en descenso, con la moral por los suelos y pobre de fútbol, pero confía en sacarlo adelante. Solo así se entendería que un entrenador cuyo último servicio fue en Primera decida bajar hasta aquí. El ex del Cádiz será el encargado de apagar todos los fuegos, de retomar la ilusión en la ciudad y de conformar un Oviedo que luche por otros objetivos. Él ya está listo y con ganas de empezar.
Un estilo muy bien definido
Pocos entrenadores en el mundo del fútbol tendrán tan definida su manera de jugar como el nuevo fichaje del Oviedo. Cervera, caracterizado por ser defensivo, lo tiene muy claro. Pero sus ideas van mucho más allá. El ecuatoguineano, además de ganar, busca cometer los mínimos errores posibles. Para él, el equipo que tiene la pelota es el que puede cometer más fallos, sobre todo si no cuenta con piezas de mucho nivel para ejecutar esa idea. Por eso prefiere jugar a aprovechar los errores del contrario. “En el fútbol no sólo se trata de acertar, sino de no cometer errores. Es más fácil dejar de cometer errores que acertar, es así de simple.”
Sus equipos nunca destacan por el buen manejo de la pelota, sino por la buena colocación para defenderse del uso de la misma. Líneas muy juntas, cerrando todas las vías de pase, y un gran esfuerzo defensivo grupal. Todos son partícipes en el proceso. Desde los delanteros hasta el portero. Su lema lo deja claro: la lucha no se negocia. Caló tanto que lo lleva tatuado en su mano. Y curiosamente, esta historia surgió en el Tartiere.
«DESDE LA DEFENSA SE CONSTRUYE UN EQUIPO, DESDE EL ATAQUE SÓLO TIENES UN PLAN» (REVISTA LIBERO)
A pesar de pasarse la mayor parte del tiempo en campo propio, su Cádiz era uno de los equipos que menos faltas realizaba. Esa es una de las principales premisas en las que se focaliza el míster. Le otorga mucha importancia a no hacer faltas en zonas innecesarias o momentos inadecuados, porque de esta forma se evitan jugadas peligrosas (córners y jugadas a balón parado). Parece evidente, pero no todos los equipos son capaces de llevarlo a cabo en la práctica.
Ser un equipo ordenado y serio atrás es fundamental para él, pero no se olvida de que para ganar hay que marcar más goles que el contrario. Eso sí, siempre será más fácil lograrlo si no encajas. Cervera le otorga gran importancia a los contraataques. Esa era su vía para hacer daño al rival. Transiciones rápidas, siempre ejecutadas por los extremos, claves para el técnico. Su perfil está claro: jugadores veloces y muy verticales. El ejemplo claro lo encontramos en Salvi y Álvaro García. El técnico sacó la mejor versión de ambos, que eran piezas clave en ese Cádiz.
En el Oviedo, Viti puede ser el perfil que más se asemeje a estos dos. Pero el conjunto azul carece de más extremos similares. Esa era una de las principales dudas, si el técnico tenía la plantilla idónea para su estilo, pero en la rueda de prensa de su presentación se disiparon todas las dudas: “Hubiera formado, con quizás algún pequeño retoque, un equipo muy parecido a este Real Oviedo”, afirmó.
Que priorice la defensa no quiere decir que sus equipos no ataquen. De hecho, más bien lo contrario. Durante su periplo en 2ª el Cádiz siempre estuvo entre los equipos más goleadores. En la temporada 16/17 y en la 18/19 fue el 3º más anotador con 55 y 53 tantos respectivamente. La casa se construye por la base, y para él es la defensa. Pero como muestran los datos sus equipos no se olvidan de ver portería.
Mucho trabajo por delante
El Oviedo necesita levantar el ánimo. La situación clasificatoria ha hecho mella en los jugadores y el propio Cervera lo reconocía: “Es un equipo que ahora está tristón. Está esperando que le pase algo bueno. Necesita que el viento vaya a favor”. Lo más importante es recuperar a los jugadores mentalmente, que crean en lo que les dice. Y en eso se está focalizando estos días. Con Bolo este jueves estaba programado día de descanso, pero lo canceló y programó una sesión táctica para ir impregnando su filosofía a los suyos.
El nuevo técnico busca recuperar la solidez defensiva de un Oviedo que ha visto como con el paso de las jornadas ha perdido entereza, demostrando en muchos momentos inseguridad. Poco a poco se fue deshaciendo ese gran bloque defensivo que se había conformado la temporada anterior. Los 9 goles recibidos por el conjunto carbayón tienen un patrón común: han llegado a balón parado o de centro lateral. Cervera lo sabe y en el entrenamiento se lo hizo saber a los suyos: “Centros laterales y balón parado. ¡No hay más! No hay equipo que os vaya a hacer daño de otra forma”
También tendrá que encontrar la fórmula para que su equipo genere peligro y mejore en la faceta goleadora. El Oviedo tiene uno de los peores registros de su historia, sale a menos de un gol cada dos partidos (5 tantos en 11 encuentros), pero tiene futbolistas contrastados y de mucho nivel para revertir la situación.
«YO ENTRENO PARA GANAR, NO PARA JUGAR BIEN» (EL MUNDO)
Su debut será complicado, y no solo porque se enfrente a un Málaga que parece ir al alza. Al Oviedo se le acumulan los problemas. El más grave surge en la retaguardia. A día de hoy Cervera solo tiene disponible a Oier Luengo. David Costas y Dani Calvo volvieron a entrenar con el grupo este jueves, pero son seria duda para el partido del lunes, y el central titular habitual, Rodri Tarín, será baja por acumulación de tarjetas.
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