La transformación del Leganés

Los aires han cambiado mucho por Butarque desde la derrota frente al Albacete (1-2). Una derrota que zambulló de lleno al club en una crisis. Y no era para menos, ya que estaba como colista de LaLiga SmartBank con tan sólo 4 puntos. Esa paupérrima dinámica requería de una vuelta de turca y tanto Idiakez como la plantilla han puesto todo de su parte para que así fuese. Desde entonces, 9/12 puntos en dos semanas que han supuesto una elevada dosis de confianza y de seguridad. Transmitiendo un sacrificio en el césped que hace volver a creer a los aficionados pepineros. Ahora sí, han estado a la altura de las circunstancias. ¿Qué factores han provocado la transformación del Leganés?
Repliegue en vez de posesión
Las victorias recientes del Leganés tienen un denominador común, ya que la apuesta de Idiakez varió a partir del choque contra el Cartagena. Inclusive con cambios en el once, destacando la titularidad de Sergio en defensa y de Cissé en el mediocampo. Además de volver a jugar con tres centrales y dos carrileros, decidió replegar al equipo, acostumbrado desde principio de temporada a ser protagonista con el balón y a presionar muy arriba. Sobre todo esta última faceta del juego estaba generando muchos problemas para defender jugadas a la espalda, costando mucho replegar y llegar a las ayudas; unido a una falta de intensidad y concentración palpable.
Por ello, se posicionaron en un bloque medio-bajo para esperar al rival, robar y salir rápido en transición. El plan salió a la perfección: 1-2 y primera victoria fuera de casa. Eso sí, no podía faltar el sufrimiento. La mismísima Virgen de Butarque pareció hacer acto de presencia en Cartagonova, anulando un gol que pudo haber dado el empate al Efesé en el descuento.
Mismo plan ante el Málaga en Butarque y contra el Levante en el Ciutat de Valencia. Frente al primero se volvió a ganar (1-0), aunque sufriendo más de la cuenta en la primera mitad. Con el segundo no funcionó del todo (2-1), pero el equipo supo competir y a punto estuvo de llevarse el empate. Jugando así, el Leganés ha ganado en varios aspectos.
El primero, estar más seguros atrás con una defensa más poblada y de la misma manera en salida de balón, con un equipo muy abierto, pero que aglutina jugadores interiores. El segundo, que las líneas no estuvieran tan separadas al hacer una presión más calmada que permitiera fijar mejor las marcas y no sufrir a la espalda. Aparte de dosificar esfuerzos para llegar mejor a los finales de partido. El tercero y más significativo, llegar al área rival de manera más directa. Las estadísticas y sobre todo los puntos avalan este cambio de tendencia.
Eficacia goleadora y fe
El Leganés estaba acumulando buenos tramos de partido hasta la mencionada derrota que cambió todo. Pudo golear al Lugo… mereció puntuar en Gran Canaria… se le escapó la victoria frente al Huesca… Pero le estaba faltando lo más importante para ganar: marcar. Los guarismos del Leganés evidencian la mejora. Contando el último triunfo del Leganés contra el Tenerife (2-1), suma 6 goles en un total de 31 disparos repartidos en cuatro partidos. Si se miran los mismos datos desde el inicio de temporada hasta la derrota ante el Albacete, los pepineros sumaban únicamente 4 goles con 97 tiros realizados.
Por tanto, una mayor eficacia de cara a puerta les ha dado muchos puntos para salir momentáneamente del descenso. Todo ello, incumbe en un elevado grado de implicación por parte de la plantilla, multiplicando esfuerzos defensivos para no permitir al rival, pero siendo incisivos y directos en área contraria. Destacando Qasmi y Raba como revulsivos en ataque.
Esto es lo que más agradece la parroquia pepinera: el sudor, las ganas. Alma, al fin y al cabo. Seguramente la última victoria en casa haya sido el partido más competitivo del Leganés hasta el momento, abandonando la tendencia reciente de repliegue y arrinconando al Tenerife en su área dominando la posesión. Pero, sobre todo, sabiendo hacer daño con el balón sin sufrir en transiciones defensivas. Es más, en ese mismo partido tocó apretarse el cinturón para sufrir en la segunda parte, replegado por momentos.
Sin embargo, creyeron, lucharon y compitieron hasta el final. Una fe que la grada de Butarque apremia y una fe representada en Qasmi, que salió al campo con escasos minutos por delante, pero dio la gloria a los suyos con un gol en el descuento. Ya lo dijo un sabio de Vergara: «el que cree que no se va a sufrir es porque no tiene ni puñetera idea de lo que es Leganés».
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