Rubén Yáñez, de profesión portero

Estadio de La Romareda. Minuto 14. Javi Jiménez realiza una durísima entrada sobre Sergio Bermejo y es expulsado. En ese momento los aficionados malaguistas debieron pensar: «¿Qué más nos puede pasar?». Tocaba, como en Cartagena, aguantar con 10 casi todo el partido. Una vez más, abonados al sufrimiento y con el fantasma de una nueva derrota acechando en el plantel malacitano.
Pero el equipo de Mel no bajó los brazos. Se refugió con carácter, solidaridad y espíritu de supervivencia para hacerse más fuerte y contener los ataques de los pupilos de Escribá. Sistema 1-4-4-1 y a esperar su oportunidad aprovechando los espacios que dejaban los maños.
Una carrera con un denominador común
Pero para aguantar tantos minutos en inferioridad y tener éxito, tienen que darse muchas circunstancias. Y quizás la más importante de todas, es tener un jugador sobre el césped que ejerza su profesión al máximo de rendimiento. En esta ocasión le tocaba a Orlando Rubén Yáñez Alabart, portero que cuando jugaba en las categorías inferiores del Girona no era consciente de todo lo que le vendría después. De ahí fichó por el Real Madrid, donde estuvo 7 temporadas (Juvenil, Real Madrid C, Real Madrid Castilla y primer equipo). Getafe, Cádiz y Huesca serían sus siguientes destinos antes de llegar a La Rosaleda. Y todos ellos con un denominador común.
Yáñez nunca se asentó como portero titular, si repasamos sus estadísticas. Llegaba a Málaga con 28 años y habiendo disputado tan solo 88 partidos oficiales desde la temporada 2012/13 hasta la 2020/21. Para ponernos en situación, una temporada de Liga Smartbank tiene 42 partidos. Prácticamente sería el equivalente a jugar dos temporadas en la segunda categoría del fútbol español, pero a lo largo de nueve campañas en realidad.
Antes palmarés, ahora a jugar
Con un palmarés envidiable (campeón de Europa, Mundial de clubes, Supercopa de Europa…) pero con poco bagaje como titular en sus equipos, llegaba a Málaga dispuesto a disputarle el puesto a un Manolo Reina que tras varios partidos irregulares perdería el puesto. Llegó el momento de jugar para Yáñez, intercalando grandes paradas con errores técnicos derivados de la falta de portería que había tenido en las últimas temporadas. Los aficionados murmuraban y en redes sociales insistían en el problema que tenía el Málaga en la portería.
Pero todo eso cambiaría el Sábado 19 de Noviembre. Yáñez demostró las condiciones que hicieron que un gigante como el Real Madrid apostase en su día por él. Se hizo gigante, sostuvo a un Málaga que se veía dominado por el Zaragoza, y acabó desquiciando a un Giuliano Simeone que lo intentó de todas las maneras. Con la izquierda, la derecha, de cabeza… pero siempre encontrándose con una extraordinaria respuesta del guardameta malaguista.

Todos celebran con Rubén Yáñez | Foto: LaLiga
Todas esas dudas y sensaciones transmitidas en anteriores partidos desaparecieron. Lluís López también vería como el guardameta malaguista evitaba su tanto en un remate de cabeza a bocajarro. El trabajo de Yáñez ayudó a que su equipo incluso llegase a estar por delante. Finalmente el Zaragoza acabaría empatando el partido (en la única que no pudo parar) y tras el pitido final todos sus compañeros fueron a abrazarle y a dedicarle palabras de cariño. No era para menos. El punto sabía a victoria por lo acontecido. Porque todos sus compañeros tenían claro quién había sido clave para conseguirlo y para que nadie lo dude más: Orlando Rubén Yáñez Alabart, de profesión portero.
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