La llegada de Juan Carlos Cordero parece haber reactivado las operaciones en las oficinas de La Romareda. Ya afirmó el nuevo director deportivo que se empezaría a trabajar en las salidas para hacer sitio a las llegadas y, aunque de momento no se ha conseguido aligerar la plantilla, comienzan a sonar nombres y varios para apuntalar al equipo en diversas posiciones. El último nombre es un viejo anhelo del  club, que ya se ha interesado por él varias veces en anteriores mercados: Pol Lozano.

Un deseo blanquillo que viene de lejos

Pese a su juventud -23 años recién cumplidos- son ya, como decíamos, varias ocasiones en las que el Zaragoza ha preguntado al Espanyol por el centrocampista nacido en Sant Quirze del Vallès. Paisano de nuestro compañero Albert Riera, el pivote parecía consagrarse la pasada temporada en el fútbol profesional con un rendimiento elevado en un Girona FC que terminaría ascendiendo en el playoff.

El futbolista encajó a las mil maravillas en el esquema de Míchel, jugando en la medular junto a Aleix García y formando un tándem difícil de superar en cuanto a tareas defensivas y que ofreció fluidez y ritmo a la salida de balón del conjunto gironí. Así, fue creciendo en el equipo hasta convertirse en un jugador indispensable, capaz de abarcar mucho terreno de juego y de convertirse en un apoyo constante para sus compañeros. El comodín fue fundamental para el ascenso del Girona, pero ahora apenas cuenta para el Espanyol. 23 minutos ha disputado en lo que va de temporada y necesita salir para disfrutar de minutos y continuar creciendo futbolísticamente. Y ahí, el Real Zaragoza vuelve a mostrar su interés y a posicionarse para hacerse con sus servicios.