Rober Ibáñez, el goleador inesperado

La impresionante racha de partidos sin perder que ha enlazado el Levante le ha permitido situarse, por primera vez en la temporada, en posiciones de ascenso directo. La escalada meteórica que ha experimentado el cuadro granota hasta colocarse en la cúspide, no se entiende sin la labor concienzuda de Javi Calleja o la solidez defensiva de una retaguardia que parece indestructible. Aunque existe otro factor con el que quizás no se contaba, pero ha aparecido casi de manera sorpresiva para terminar marcando la diferencia: los goles de Rober Ibáñez.
Un elemento diferencial en un equipo coral
En todos los equipos- o casi todos- existe esa referencia ofensiva a la que aferrarse en los momentos más complicados. Ese líder indiscutible en la delantera, capaz de acumular buenos números de cara a puerta que, al final, terminan siendo claves en el devenir del bloque: la explosión de Raúl García de Haro para asegurar la permanencia momentánea del Mirandés, o la temporada sobresaliente que está firmando Uzuni para mantener al Granada en la lucha por el ascenso, parten como los casos más destacados; aunque esta norma no es ni mucho menos indudable, porque en equipos tan corales, el rendimiento se entiende mejor analizando el funcionamiento del conjunto.
Es el caso del Levante, donde no existe un goleador capaz de romper todo tipo de registros, pero poco parece importar eso en el Ciutat de València cuando disponen de una plantilla repleta de talento, formada por piezas que están dispuestas a exprimir sus oportunidades, por pocas que puedan parecer, para contribuir a la causa. Y esa es la línea de pensamiento a la que se ha aferrado Rober Ibáñez hasta el momento, para colocarse como uno de los motivos de peso del éxito de este Levante.
Apariciones que dan puntos
Y eso que la temporada no comenzó de la manera más deseada por el extremo valenciano. Una lesión en el aductor del muslo izquierdo le mantuvo apartado del equipo desde finales de noviembre. Rober Ibáñez volvió a formar parte de una convocatoria después de seis semanas, ante el Leganés, para marcar el gol del empate entrando como revulsivo desde el banquillo. La semana pasada, Rober Ibáñez volvió a cumplir con un papel diferencial, esta vez, para dar la victoria a su equipo en un escenario tan complicado como es el Cartagonova. El remate, como en la ocasión anterior, no sobresalió por su calidad estética, pues tan solo tuvo que colocar el pie para enviar a la red un pase de la muerte, pero los poco más de 500 desplazados a tierras murcianas lo cantaron con más fuerza que nunca: sirvió para colocar al Levante en puestos de ascenso directo, por primera vez esta temporada.
Rober Ibáñez: el goleador inesperado, o el goleador silencioso, llámenlo como prefieran. Ya son cuatro puntos los que ha labrado con sus propias manos para contribuir a la causa granota, y todo apunta a que esos números irán a más. Porque no es un líder innato, no, ni siquiera un gran goleador: sólo un tipo paciente que sabe estar en el momento justo y en el lugar adecuado para brillar con fuerza. Y eso no es cuestión de suerte.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.