Pablo Martínez, superar y demostrar

La vida ha cambiado mucho en el Ciutat de València en muy poco tiempo. La calma de un equipo que escalaba posiciones a velocidad de crucero, es ahora la tempestad de una incertidumbre que inquieta, por no saber si se encuentra ante un simple bache o, por el contrario, la vuelta a la cruda realidad. Los motivos capaces de explicar la caída de lo que hasta hace poco parecía un vasto imperio cuya torre más alta cosquilleaba el cielo de Primera, pueden ser muchos. La lesión de Pablo Martínez, que estará fuera para el resto de la temporada, parece el más evidente. El Levante, ahora, no tendrá sobre el campo al que para muchos no solo es la pieza más indispensable del equipo granota sino, además, uno de los futbolistas más talentosos de toda la competición; pero, ante la aparición de complicaciones hasta el ocaso de la temporada, siempre podrá mirar fuera del campo para seguir el modelo de lucha de Pablo Martínez como una inspiración hacia la consecución del ansiado objetivo. Después de todo, lo que ha hecho Pablo Martínez hasta completar una carrera de la que hoy puede estar orgulloso es, precisamente, lo que necesita hacer su equipo en estos momentos tan cruciales donde se deciden los destinos: sortear barreras y demostrar que, por más puertas que se cierren, siempre habrá una salida. Y, con una pizca de suerte, será la que muestre el camino de vuelta a Primera División.
El Levante espera a su líder
Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que el Levante UD obtuvo un reconocimiento que traspasó fronteras. Encadenó 20 partidos sin conocer la derrota para acaparar la atención mediática como uno de los equipos más invictos de Europa y, de paso, sirvió como el principal exponente de una categoría que necesita demostrar continuamente ante otras competiciones más reputadas, que recurren al poder económico para colocarse la etiqueta de “la más emocionante del mundo”. El Levante escaló posiciones en la tabla a una velocidad de récord y se asentó cómodamente en la parte de la tabla, sin atender a la consecuencia más directa que supone afilar un arma de doble filo como es el inicio de una buena racha: saber pero sobre todo entender, cuanto antes mejor, que no perdurará para siempre.
La derrota ante el Huesca abrió el debate de si el Levante estaba ante el comienzo de un declive, mientras que el empate cosechado contra el Albacete Balompié terminó por despejar todo tipo de dudas para dejar al descubierto la pobre imagen de un crecimiento en receso. La endeblez del rendimiento ofensivo, acumula buena parte de los motivos que han hecho tambalear los cimientos colocados con tanta firmeza por Javi Calleja en el día de su nombramiento como nuevo entrenador granota, pero no podemos hablar de un único epicentro ante un desmoronamiento de amplias dimensiones.
El último partido en el Ciutat de València dejó muchas notas negativas: desde lo tocante a una evidente problemática estructural, hasta un plano que se redujo mínimamente a lo individual tras conocerse la gravedad de la lesión de Pablo Martínez. Con la baja del centrocampista madrileño, el Levante perdió a uno de sus principales argumentos para creer en que la mala racha que atraviesa no es más que un momento transitorio. No es para menos. Pablo Martínez no solo es el motor principal que mueve los hilos de la medular levantinista sino, además, uno de los futbolistas más talentosos de toda la categoría. La rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha le mantendrá alejado de los terrenos de juego para lo que resta de la temporada, pero la afición puede estar tranquila: lo que para cualquier futbolista puede parecer un diluvio inmenso, para Pablo Martínez es tan solo una fina cortina de lluvia. Y un adiós para la eternidad, tan solo un simple hasta luego. Siempre fue así. Siempre lo será.
Una piedra más en el camino
Pudo ser un adiós cuando el Alcorcón le permitió saborear las mieles del fútbol profesional por un momento, para devolverle inmediatamente después a la casilla de salida cubierto por el barro de los peldaños más modestos. Pudo ser un adiós cuando debutó en Primera División cumpliendo el sueño de cualquier canterano para presenciar cómo, a la temporada siguiente, realizó un papel espectacular actuando como cedido en el CD Mirandés esperando un billete de vuelta a la élite que nunca llegó.
Pudo ser un adiós cuando una temporada decepcionante en Huesca amenazó con enterrar sus posibilidades de consolidarse como un futbolista de primer nivel, o cuando comenzaron a extenderse rumores acerca de una nueva cesión en el momento que regresó al plantel de un Levante UD recién descendido a la categoría de plata, ante la competencia feroz que encontraría en su posición. Ha podido ser un adiós muchas veces, pero nunca lo fue. La actitud de lucha constante que ha mostrado para pulir sus defectos y potenciar sus fortalezas hasta alcanzar una meta que tantas veces se le ha complicado, parte como la idea más exacta a la hora de entender la trayectoria de Pablo Martínez.
Es curioso pensar como el Levante que, hasta hace no mucho pensó tener el centro del campo asegurado con la presencia de Iborra, Campaña y Pepelu, ahora echará de menos a la que ha terminado por convertirse en una pieza indispensable. Aunque creo que podemos hablar de un dolor compartido, que trasciende más allá del sentimiento levantinista para calar en el sentimiento de todos aquellos que sentimos esta categoría como propia: Pablo Martínez es un futbolista que, como la propia LaLiga SmartBank, siempre ha tenido que demostrar ante los ojos de los demás.
La lesión de Pablo Martínez tan solo será una piedra más en el camino de las tantas que ha tenido que superar hasta convertirse en ese futbolista tan trascendental del que, próximamente, espero escribir nuevamente aunque, a ser posible, con un pequeño gran matiz respecto a estas líneas: relatando el regreso del Levante UD a Primera División, la competición en la que está destinado a competir. Será ese día cuando tan solo nos quedará dar las gracias al fútbol, ese elemento con el que todos mantenemos una tensa relación que balancea entre el amor y el odio, por habernos permitido conocer a Pablo Martínez.
Imagen: Las asistencias médicas retiran en camilla a Pablo Martínez, lesionado en el partido ante el Albacete Balompié en el Ciutat de València / Twitter Levante UD.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.