El Sporting encuentra el camino

Sin alzar demasiado la voz, el Real Sporting está volviendo sobre sus pasos y ahuyentando los fantasmas del descenso gracias a una gran racha de resultados y sensaciones. Miguel Ángel Ramírez parece haber dado con la tecla después de innumerables retoques y ya puede tomarse un respiro y planificar la próxima campaña, a no ser que esta dinámica continúe y los gijoneses se vean disputando de manera inesperada entrar en el playoff…
El resurgir de las cenizas
Si había una concatenación de partidos poco propicios para que el Sporting tomase aire, sin duda era la que acaba de pasar. Con tres partidos fuera de casa (Burgos, Las Palmas e Ibiza) y la visita del Granada, no daba la impresión de que este fuera el momento en que las cosas por fin fueran a cambiar. Y menos aún viniendo de dónde se venía. Aún sin haber encontrado el sistema ni los jugadores propicios —lesiones y sanciones mediante—, el Sporting se plantó en Burgos con bastantes inseguridades. Si bien el partido no fue precisamente bueno, con varias ocasiones para los locales que fueron desperdiciadas de una manera inusual, los de Ramírez parecieron dar un paso adelante en cuanto a actitud e intensidad. Ese punto obtenido en El Plantío no espantaba las bestias, pero sí daba un rayo de esperanza a lo que estaba por llegar.
En Gran Canaria, esa dinámica continuó y los asturianos no sufrieron en ningún momento ante uno de los equipos con más calidad y proyección ofensiva de la categoría como es la UD Las Palmas. El golazo estratosférico de Dani Queipo dio ilusión a un equipo que llevaba meses sin ganar a domicilio, y solo un penalti bastante dudoso de Carlos Izquierdoz fue capaz de arrebatar los tres puntos a los rojiblancos. Ni siquiera jugar media hora con uno menos hizo que Cuéllar pasase apuros para aguantar otro punto más. Como dice el refrán, grano a grano se hace granero, y eso es lo que se iba pensando al ver que dos de los viajes más complicados del año se saldaban sin daños colaterales.
El verdadero cambio de chip
Si hay un partido que parece marcar un verdadero cambio de rumbo en el barco gijonés es el del Granada. El Molinón entregado al equipo, el equipo respondiendo a la afición. Diego Sánchez, sportinguista de cuna, se estrenaba como goleador y lo hacía ante su gente en un momento clave. Sintonía perfecta para unos tres puntos que por fin diesen la calma necesaria más allá de las sensaciones, que sí que eran buenas. Era volver a creer en la realidad, en que la plantilla está para algo más que escapar del descenso, pero siempre con los pies en el suelo. La bocanada de aire fresco que se necesitaba.

Ramírez, celebrando un gol | Foto: Real Sporting
Tras ese respiro de afrontar tres finales y no salir herido en ninguna de ellas, el equipo de Ramírez viajó a Ibiza para uno de esos encuentros que al Sporting se le suelen atragantar: los equipos en descenso. Las cosas empezaron muy bien, y los golazos de Otero y Carrillo, que también se estrenó como goleador, parecían presagiar un camino de rosas. Nada más lejos de la realidad, pues el 1-2 no tardó en llegar comenzado el segundo tiempo, Cuéllar tuvo que ser héroe —penalti parado de por medio— y tuvo que volver a remar los últimos minutos con un hombre menos tras expulsión de Diego Sánchez. Sin embargo, contrario a lo que acostumbra a pasar en Gijón, al Sporting le salieron bien las cosas y Aitor García encontró la red tras un disparo a puerta vacía desde su propio campo. 8 puntos de 12 posibles para poder coger aire y suspirar de alivio tras atravesar un verdadero Tourmalet.
Un final calmado… ¿o no?
Pasado este exigente puerto de montaña de las últimas cuatro semanas no se encuentra precisamente una bajada placentera. Ni siquiera una liviana llanura. Los dos próximos huesos que roer serán Deportivo Alavés en El Molinón y una visita a Cartagonova. Dos partidos eminentemente duros, pero que ya se afrontan con otra cara una vez que el 12º puesto y los últimos resultados permiten relajarse un poco. Sin embargo, un equipo en fase de creación como lo está siendo el Sporting no puede permitirse partidos «libres» y ha de aprovechar todo lo que pueda para sacar conclusiones de cara a la 23/24. Y qué mejor que estas dos piedras de toque.
Si bien la lógica hace pensar que los gijoneses ya tienen un final de temporada relativamente calmado, el fútbol pocas veces entiende de lógica. Y una afición pasional como La Mareona menos aún. Y es que, como dijo Pedro Díaz al recoger su galardón como Jugador del Mes de marzo, «llevamos más de media temporada con miedo mirando hacia abajo e igual damos la sorpresa y en estos últimos 7 partidos hay que mirar hacia arriba». Y mientras los números den opciones y los resultados acompañen, ¿por qué no creer? Al fin y al cabo, cosas peores se han visto.
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