Un Oviedo en el lugar donde todos anhelan estar

20 de abril del 90. Hola Real Oviedo, ¿Cómo estás? ¿Te sorprende que te escriba? Tanto tiempo es normal. ¿Recuerdas aquellas noches en el viejo Tartiere? Supongo que sí, pero con melancolía. Ya lo decía la canción de los Celtas Cortos. “Hoy no queda casi nada de lo de antes, y lo que hay ha cambiado.” Y es que 33 años dan para mucho. Y en el Real Oviedo para mucho más. A pesar de que solo es un tercio de su historia, a la mayoría de aficionados carbayones se les está haciendo eterno. El conjunto asturiano pasó de acumular su mayor estancia en Primera a hacerlo alejado del fútbol profesional; pasó de vencer a los gigantes españoles a caer derrotado en los campos de Tercera. Pasaron jugadores, entrenadores, directivos y propiedades, incluso estuvo cerca de desaparecer, pero regresó. Cambiaron muchas cosas, pero hay algo que es y será eterno: su increíble afición. Eso es lo único que queda de aquel 20 de abril del 90.
Un equipo instaurado en la élite… y que llegó a disputar Europa
Ya lo decía Messi tras ganar el triplete con el Barcelona. «Sólo cuando pasen los años nos daremos cuenta de verdad de lo que hemos hecho, de la importancia y la dificultad de lo que hemos conseguido». La rutina, en muchas ocasiones, nos hace pensar que lo que se está logrando es fácil e, inconscientemente, pierden el valor que realmente tienen. Pero con el tiempo, ese valor regresa. Entre 1988 y 2001, el Oviedo jugó de forma ininterrumpida en la élite del fútbol español. 13 temporadas en Primera División no están al alcance de cualquiera y durante esa época el conjunto azul pudo disfrutar de futbolistas de la talla de Dubovsky, Dely Valdés, Prosinecki, Onokpo y Carlos Muñoz, entre otros.

El Real Oviedo en su debut europeo en el viejo Carlos Tartiere ante el Genoa | Fuente: Pinterest
En los 90 el conjunto azul vivía tranquilo por la zona media de Primera, pero un año quiso hacer historia y acabó la temporada en la sexta posición, que da acceso a jugar UEFA. En la 91-92, el Oviedo disputó la primera ronda de la Copa de la UEFA, lo que hoy se conoce como Europa League, aunque los carbayones no tuvieron fortuna y se enfrentaron a uno de los cocos: el Genoa, que acabaría llegando hasta semifinales, donde fue derrotado por el campeón de aquella edición: el Ajax (3-4). A pesar de la victoria en el viejo Tartiere (1-0), con gol de Bango, los azules caerían en la vuelta (3-1) y dirían adiós al sueño europeo. Nunca más jugaron competiciones europeas.
En la temporada del descenso, la 2000-01, el Oviedo se mudó de estadio, pasando al nuevo Carlos Tartiere, un campo que a pesar de tener una capacidad mucho mayor (30.500), nunca llegó a tener la mística del antiguo según muchos aficionados. Los azules tenían todas las papeletas para salvarse, pero una mala segunda vuelta les condenó y en la última jornada cayeron en descenso en detrimento del Osasuna. Pero ni el peor enemigo le desearía lo que le ocurrió al Oviedo años después.

Luis Aragonés consuela a Esteban tras el descenso del Real Oviedo a Segunda División en Mallorca | Fuente: La Voz de Asturias
La época más oscura de su historia
El fútbol ya ha demostrado que, por muchas temporadas o éxitos que tengas en la élite, la memoria es un bien carente. Y si haces mal las cosas, nada ni nadie podrá salvarte. La mala gestión administrativa y deportiva les condenó. El Oviedo acumuló una deuda económica muy elevada y en apenas dos años, los azules pasaron de jugar en Primera División a descender hasta Tercera, tras dos descensos deportivos (de Primera a 2ªB) y uno administrativo por impago a sus jugadores.
En ese momento el club estuvo cerca de desaparecer. El Oviedo había perdido a todos sus jugadores y no había garantías de que pudiera salir a competir, pero finalmente logró inscribirse y comenzar la temporada en Tercera con -6 puntos. En esa tesitura, su afición no falló y batieron el récord de socios de la categoría, con 10.759 abonados, superando al Málaga CF.

Una de las portadas de los diarios asturianos durante esa época | Fuente: realoviedo.incondicionales.com
El Oviedo fue uno de los pocos clubes que lograron sobrevivir en Tercera tras haber jugado en LFP sin refundarse ni desaparecer, a pesar de los intentos por conseguirlo. Desde el Ayuntamiento de Oviedo, con Gabino de Lorenzo a los mandos, se intentó cambiar el escudo y el nombre de otro de los equipos de la ciudad, el Astur, para poner en marcha otro club: el ACF, que buscaba dejar a un lado al Real Oviedo y ser el principal en la ciudad. Pero su afición lo impidió y varios años más tarde el ACF volvería a ser el Astur, equipo que continúa vigente en la actualidad.
El cuadro carbayón logró ascender a Segunda División B en 2005, pero dos años después volvería a caer a Tercera. Y desde ahí, un crecimiento lento pero firme, hasta llegar a la actualidad. Un histórico como el Real Oviedo no podía caerse, y en sus momentos más duros fue su afición la que tiró de él para salvarle. No en vano, aglutinar a más de 27.000 personas para ver un partido de la antigua Tercera División no está al alcance de cualquiera. En 2009 ascendió a Segunda B y tardó en volver al fútbol profesional, pero lo logró, no sin antes sufrir mucho durante el proceso. En 2012 el club azul volvió a estar cerca de desaparecer, pero entre sus accionistas —repartidos por todo el mundo— y el grupo Carso logró seguir adelante. 3 años después, en 2015, David Fernández conquistaba Cádiz (0-1) y devolvía al Oviedo a Segunda División tras una largo y dura etapa llena de penurias.
Y al final del túnel…la luz
El Oviedo consiguió salir del abismo y, tras 12 temporadas alejado del fútbol profesional, regresó. La vuelta a la LFP fue un motivo de alegría y esperanza, pero también hubo desilusiones, y no pocas. El conjunto carbayón es un experto en pegarse tiros en el pie habitualmente, como cuando en 2016 iba 3º a solo tres puntos del ascenso directo y Sergio Egea, el entrenador por aquel entonces, decidió dimitir en la jornada 29. El equipo acabó hasta lejos de la sexta plaza, aquella que se le lleva resistiendo años.

David Fernández celebra el gol del ascenso en Cádiz (0-1) para dar el ascenso al Oviedo a Segunda División | Fuente: Real Oviedo
El Real Oviedo es uno de los pocos equipos habituales en Segunda que aún no ha jugado un playoff desde su regreso, y eso que han tenido oportunidades, pero la suerte no estuvo de su lado. Hasta en dos ocasiones los carbayones se quedaron fuera por golaverage, empatados a puntos con sus adversarios (Numancia y, este último curso, Girona). Pero siempre se caracterizaron por su irregularidad. Muchos cambios de entrenadores, de directores deportivos e incluso de propietarios, algo que en el fútbol no suele funcionar. Por ello, la entidad azul necesita conformar un proyecto a largo plazo que le devuelva a donde estaba en los años 90, pero para eso hace falta paciencia, y perspectiva.
Ahora, el equipo asturiano está más vivo que nunca, aunque aún lejos de lo que todos los carbayones desearían. Cualquiera querría volver a revivir esos momentos en la élite del fútbol español, cualquiera querría rebobinar en el tiempo y volver al viejo Carlos Tartiere, donde numerosos colosos del fútbol español cayeron derrotados, pero el simple hecho de seguir existiendo ya es un motivo para estar contentos. El Oviedo resurgió de sus cenizas como el ave fénix, pero aun tiene mucha historia por escribir. Todo ha cambiado desde ese 20 de abril de 1990, pero su afición, el orgullo y ese amor por los colores siguen intactos, independientemente de la categoría que disputen. Y eso vale mucho más que cualquier ascenso.
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